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Aprender en contextos reales como mejora del perfil profesional

Cada semana toman un colectivo, -o dos- y atraviesan la ciudad para internarse en una realidad que les es ajena. Estudian, trabajan, algunos tienen una familia a cargo. Y eligen formarse no sólo dentro de las aulas sino fuera, dejando mucho más tiempo y energía de lo que les llevaría hacer cualquier otro tipo de trabajo práctico.

Activos, entusiastas, curiosos, comprometidos: así son los estudiantes que participan como voluntarios en proyectos de la Secretaría de Acción Comunitaria en la UAI. Lo hacen con sus docentes y bajo la conducción de una línea institucional firme que promueve el aprendizaje en terreno en asociación con organizaciones insertas en contextos de vulnerabilidad.

“Mientras fui voluntaria no me había dado cuenta de todo lo que había aprendido. Me recibí y trabajo en otra cosa pero lo que aprendí ahí me sirve para resolver cosas en mi trabajo de hoy. ” A lo que esta graduada reciente se refiere con “ahí” es la escuela pública de un barrio del sur porteño en donde participó por dos años de un programa de voluntariado de la UAI.

El testimonio resume el espíritu de las acciones de voluntariado universitario en la UAI: aprender mientras se mejora la calidad de vida en una comunidad de un contexto vulnerable.

 

Se trata, por ejemplo, de salas de juego donde los niños aprenden a desarrollar habilidades sociales y personales, espacios en donde el juego es una herramienta terapéutica para resolver problemas, en donde la interacción con los padres y la articulación con las escuelas tiene un lugar fundamental; de investigar cómo toma forma la violencia en distintas localidades y colaborar con las intervenciones para reducirla; de infinidad de acciones en el campo de la salud, el hábitat, el deporte, la creación de líderes positivos, la inclusión de personas con necesidades especiales.

 

Las distintas intervenciones de voluntariado universitario en la UAI se desprenden de una necesidad de un colectivo social. Se trata de articular propuestas entre organismos de gobierno, ONG´s y organizaciones comunitarias sin fines de lucro para promover el aprendizaje en terreno, acercar a los estudiantes a realidades diversas, ampliar sus experiencias y contactos, comprender los entramados sociales en espacios nuevos para ellos. Todo esto repercute y resignifica la formación que en paralelo se va desarrollando en las aulas, enriqueciéndose además con la mirada interdisciplinaria que aportan otras áreas de conocimiento. “De mis compañeros de otras carreras también aprendí mucho. Cada uno ve la realidad desde su profesión. Por ejemplo, una chica de Nutrición miraba el pelo de un nene y nos decía que ese nene podía estar desnutrido”, explica un voluntario.

Los proyectos tienen fechas de inicio y finalización, pautas claras y contemplan los tiempos necesarios para la presentación a exámenes finales.

Los estudiantes de la UAI que participan en acciones de voluntariado empiezan capacitándose, tomando un colectivo – o dos- para internarse en una realidad que les es ajena. De a poco esa realidad va siendo cercana, conocida. Aprenden aspectos de su profesión futura en un lugar o con un grupo social con el que probablemente vayan a desarrollarla. Obtienen una formación distinta, superior. Para eso asisten a la universidad.