“Sin pasión no se llega a ningún lado”

El Lic. Sergio de San Martín es graduado de la carrera de Kinesiología en la Sede Regional Rosario, donde egresó con medalla de plata de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Posteriormente realizó posgrados en Osteopatía y Facilitación Neuromuscular Propioceptiva, haciéndose cargo de las asignaturas: Fisioterapia I y II, además de formar parte de la cátedra de Kinefilaxia. Doctorado en Ciencias Biomédicas, fue vicepresidente del Colegio de Kinesiólogos de Rosario y titular del Departamento de Investigación y Estrategias de Prevención del Club Newell’s Old Boys. Hoy su prolífica carrera profesional lo llevó a Rusia para desempeñarse, desde 2013, como fisioterapeuta en el FC Dynamo de Moscú e integrar el staff médico de la selección rusa de fútbol. En la cuarta temporada de trabajo, su experiencia incluye una participación en la Europa League, el segundo torneo de clubes, en orden de importancia, dentro del Viejo Continente.  

 

- Sergio, ¿cuál es tu experiencia hasta el momento en Rusia?

- Hasta el momento es una experiencia maravillosa no solo desde lo laboral, sino desde lo personal. Viajar y conocer otros países y otras culturas, enriquece, es inevitable. La persona que vuelve es la misma, pero la cabeza no. Por otro lado está el desafío que implica insertarse laboralmente en un medio diferente. En ese aspecto me facilitó que, antes que yo, estuvo trabajando otro colega de la ciudad, Luis Craft, y antes de él, había estado trabajando un tiempo un colega brasilero.

 

- ¿Cuáles son tus funciones dentro del staff del club?

-Soy parte del staff médico del equipo. En el club somos tres médicos, cuatro masajistas (uno con formación en medicina china), y yo como fisioterapista. Hay además un preparador físico que a veces participa en la recuperación de los jugadores.

Mi labor implica trabajar con el jugador en todo lo que a salud física se refiere. Desde la evaluación, diagnóstico de dolores o posibles lesiones, y la planificación y ejecución del proceso de recuperación de esas dolencias, ya sea en sala de camilla, en sala de entrenamiento y/o en campo de juego. Además, estoy a cargo de la coordinación de la misma actividad en el equipo juvenil (sub 21) del club, donde el trabajo diario lo realiza un colega ruso, Dmitri Smirnov. Si bien él está a cargo del U21, los dos estamos en relación con ambos equipos; yo como consultor –si vale el término- del equipo juvenil, y el como compañero/ayudante en el equipo mayor. Es mi soporte laboral y es quien queda a cargo de los jugadores lesionados del equipo mayor que quedan en Moscú cuando jugamos de visitante.

 

- ¿Cuáles son tus objetivos como profesional?

Hoy, los objetivos que verdaderamente me planteo, tal vez sean más personales que profesionales. Por supuesto que en lo profesional uno siempre quiere seguir creciendo y mejorar. Pero eso no lo definiría como objetivo.

Hoy me toca estar trabajando en un lugar que me gusta mucho, y eso no es fácil de conseguir. No sé si podría plantearme objetivos diferentes a ese. Está claro que siempre se puede aspirar a más, pero me gusta más dejar que las cosas lleguen por decantación natural, no porque se las busca. Tengo la alegría de estar también participando en el staff médico de la Selección de futbol de Rusia, viajando con ellos por las giras preparatorias para la copa Confederaciones (junio 2017) y la Copa del Mundo (2018) que se va a jugar justamente allí. Tal vez el único objetivo puesto como profesional pase por ahí; el participar en un torneo internacional de selecciones como es la Copa del Mundo. No podría plantearme algo más por encima de ello. Tal vez un Juego Olímpico. No se me ocurre nada por encima de eso a nivel deportivo.

 

 

- ¿Cómo evaluás tu paso por la Universidad Abierta Interamericana?

- En la UAI estuve más tiempo como docente que como alumno. Fue un paso increíble, casi 15 años muy lindos, tanto por la gente con la cual compartí claustro docente (algunos de ellos habían sido docentes míos), como con quienes alguna vez fueron alumnos y hoy son colegas, en muchos casos amigos o fueron compañeros de trabajo.

 

- ¿Cuáles son las principales fortalezas que podes destacar en esa formación?

- Creo que las fortalezas se logran desde una gran conducción. El trabajo de la dirección en la formación de Kinesiología en Rosario es lo que permite que la carrera sea lo que es. Eso y la plantilla docente que tiene. El mayor mérito de Daniel Airasca como director de carrera es apostar siempre a la práctica. A fomentar al alumno a hacer, a aprehender haciendo; y estimular a los docentes a ser responsables de eso. No quedarse con el modelo simplista y tradicional de dar una clase teórica que es solo “magistral” de nombre y para quien la da, pero nunca para el alumno. El conocimiento teórico, si bien es necesario e importante, no es la piedra fundamental donde se sostiene esta carrera.

 

- Desde tu recorrido, ¿qué consejo le darías a los futuros profesionales?

- Simplemente les diría que disfruten de lo que hacen, y que lo hagan si verdaderamente les gusta hacerlo. Que no se mientan a sí mismos haciendo algo que no disfrutan, o que no les hace bien.

Soy un convencido que sin pasión no se llega a ningún lado. Mucho menos en una carrera como esta. No somos nosotros el centro, son las personas que, de manera transitoria, tenemos como pacientes. Cualquier profesional saca un dolor, solo con mandar al paciente a no hacer nada el dolor, tarde o temprano, se va. Pero hacer sentir bien a un paciente, a otra persona, eso es algo completamente diferente. Si no se está realmente comprometido y apasionado con lo que decidieron hacer de su vida profesional, solo van a sacar dolores, y se van a estar perdiendo de un montón de otras cosas.