Las crisis como oportunidades

Un nuevo encuentro en esta situación tan anómala hace que podamos reflexionar, aún más, sobre las palabras de nuestro Papa Francisco y las ideas del Dr. De Vincenzi que traen un poco de luz a estos días que a veces se tornan “oscuros”.

En una nota que dio el Dr. De Vincenzi, hace unos días, sostenía: “Nos encontramos frente a una situación inédita en el mundo, donde un nuevo virus puso en jaque la inercia en la que se movían las sociedades. La pandemia del coronavirus COVID-19 y el confinamiento obligatorio no solamente nos enfrentó cara a cara con la finitud -tabú que el ser humano oculta diariamente por supervivencia-, sino que nos obliga a transformar la crisis en oportunidad creativa”. Más adelante dirá: “No es un buen momento para buscar excusas. La vida son momentos que gastamos, usamos y administramos. Depende de nosotros aprovechar las crisis, ya que es en ellas y en la diversidad donde emergen los capaces (…) para hacerle frente a esta situación se necesita una educación que busque un optimismo realista, ya que no podemos cambiar los hechos, pero sí podemos tomar actitudes para afrontar el problema y hacer lo mejor posible (…) La crisis humanitaria en la que nos ha puesto el COVID-19 es una oportunidad de resiliencia. No la desperdiciemos”.

Por su parte, el Papa Francisco en su homilía de la Misa de la Divina Misericordia sostuvo: “En la prueba que estamos atravesando, también nosotros, con nuestros temores y nuestras dudas, nos reconocemos frágiles. Necesitamos al Señor, que ve en nosotros, más allá de nuestra fragilidad, una belleza perdurable. Con Él descubrimos que somos valiosos en nuestra debilidad, nos damos cuenta de que somos como cristales hermosísimos, frágiles y preciosos al mismo tiempo. Y si, como el cristal, somos transparentes ante Él, su luz, la luz de la misericordia brilla en nosotros y, por medio nuestro, en el mundo. Ese es el motivo para alegrarse, como nos dijo la Carta de Pedro, «alegraos de ello, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas» (1 P 1,6) (…) Esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro. Es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad (…) Aprovechemos esta prueba como una oportunidad para preparar el mañana de todos, sin descartar a ninguno: de todos. Porque sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro”.

En ambos casos es claro que no debemos dejarnos abatir por la situación, sino más bien aprender de ella y poder reflexionar sobre lo que hacemos con nuestro tiempo en la vida terrena y sobre todo, lo que haremos con él cuando esto pase. Que nos sirva esta pandemia para poder ser mejores personas, con nosotros y con los otros.