"De grande se valora mucho más el estudio"

Cecilia Sanabria tiene 37 años. Es Abogada con perspectiva de género recibida de la UAI en el año 2018 y Diplomada en Niños, Niñas y Adolescentes como sujetos de Derecho. Luego de rendir su tesis que sirvió como inspiración para un proyecto de ley, escribió el libro "La Mujer y el Nasciturus: Protección Jurídica ante la Muerte Perinatal"- Violencia Obstétrica.

-¿Cómo conociste a la UAI y por qué decidiste estudiar ahí?
Terminé el colegio secundario a los 18 años en el año 2000 y como todos, en esa época, me inscribí en el CBC para entrar a la carrera de Derecho en la UBA. Cursé alrededor de un mes entre paros, clases públicas en el medio de la calle, tomando apuntes en el piso porque nunca había sillas disponibles y para todos eras un número de legajo. Cuando vi que no iba a poder soportar estudiar así y saliendo de un colegio privado se lo comenté a mi mamá y ella me contestó con una risa cómplice y un "estás anotada en la UAI. Empezás en abril. Sabíamos que no ibas a acostumbrarte a estudiar en el caos". Y ahí comenzó mi camino por la UAI en la sede de San Juan. En la crisis del 2001 mi papá se quedó sin trabajo y para el 2004 terminé abandonando porque se me hacía imposible sostener las cuotas. En 2005 retome ya estando embarazada de mi primer y único hijo, Bruno, pero la situación económica no mejoraba por lo que en el año 2006 termine 5to año pero no pude rendir mis
finales. Y ahí volví a abandonar. Aunque la historia parezca muy loca, en 2016 y con la insistencia de mi familia y amigos volví a la UAI, esta vez para ver si podía terminar mi 5to año y obtener el título que tanto había deseado. No sé si habrá sido un instinto, o el momento justo pero me reconocieron todo lo cursado y entre el año 2017 y 2018 logre rendir todas mis materias de 5to año (15 en total). Volver a la facultad después de 10 años fue lo mejor que me pasó. Otra mirada. Otra edad. Una experiencia enriquecedora al máximo. Creo que de grande se valora mucho más el estudio, cada clase y los años vividos
te hacen tener una mirada totalmente distinta de la que tenías a los 18 años.

-Tu tesis trascendió más allá de lo académico, contanos sobre ello.
Presenté mi tesis en agosto de 2018. La idea surgió luego de leer un recorte periodístico sobre muerte perinatal y al ver el vacío legal que había respecto al tema comencé a investigar. En ese momento no podía entender y me indignaba muchísimo que había mujeres que recibían a sus hijos fallecidos dentro del vientre en cajas, frascos o bolsas. No entendía en donde quedaba la tan defendida dignidad de esa persona por nacer, que por más que haya fallecido dentro del vientre no dejaba de ser persona. Era muy difícil poder
llevar adelante una tesis de Derecho sin jurisprudencia, sin doctrina, sin bases legales. Por suerte encontré una docente maravillosa, que me alentó desde un primer momento, la Dra. Celia Illiobre. Al ser un vacío legal no llegaba al número de hojas que exigía la universidad y todo se complicaba. Pero lo logré y en agosto la presente. En diciembre de ese mismo año la defendí ante el tribunal. Se dijo que fue una defensa brillante y lloré de emoción con mi
tutora. La vinculación entre la muerte perinatal y la violencia obstétrica es muy estrecha. Silenciar y minimizar esta problemática es someter a las personas gestantes a situaciones violentas. A eso apuntaba mi tesis, a visibilizar. A que las personas gestantes que tienen que parir a un hijo sin vida puedan decidir como hacerlo, a que puedan darle una despedida a su hijo según sus creencias, a que se implementen protocolos de atención frente a la
muerte perinatal, a que los bebés fallecidos puedan tener un nombre y las personas gestantes no reciban una partida de defunción con las iniciales NN, entre otros. Ese mismo diciembre una diputada nacional que venía trabajando en la problemática de la muerte perinatal vio mi tesis y me convocó para trabajar en conjunto. Mi tesis finalmente fue utilizada como fundamento de ese proyecto de ley que ingresó a diputados en 2019, el 1240-D-2019. Finalmente este año la tesis se convirtió en libro.

-Luego del libro, ¿cómo sigue tu carrera profesional? ¿Seguís incursionando en la escritura?
El libro está recién salido del horno unas semanas apenas antes de que se decretara la cuarentena. Quedé con una presentación postergada. La idea fue editarlo de manera independiente así que lo hice por medio de imprenta y hoy soy distribuidora también del mismo hasta que después de la pandemia se empiece a comercializar en cadenas de librerías. Mientras esperaba el trámite del título me seguí formando en la UBA y obtuve el título de Diplomada en Niños, Niñas y Adolescentes como Sujetos de Derecho. Otra de las cosas que me apasionan. Sigo formándome en violencias, en derechos humanos y como profesional con perspectiva de género aunque todavía no ejerzo la profesión. Mi sueño es poder trabajar en el estado en implementación de políticas públicas que hagan hincapié en derechos de todos. Nunca creí que iba a escribir un libro aunque siempre me gustó escribir. La realidad es que empecé a escribir un segundo libro sobre violencia obstétrica y derecho a la salud con un enfoque en derechos humanos. Así que tal vez pueda seguir escribiendo.

-¿Qué propuestas recibiste después del lanzamiento de tu libro?
Propuestas muchas pero como justo el lanzamiento se dio unos días antes de la pandemia son proyectos a futuro. Lo que sí puedo decir es que la cuarentena me permitió comercializar el libro en varios puntos. Se han ido ejemplares a Córdoba, Neuquén, Misiones y Tierra del Fuego por ejemplo. Esos son hechos que a una escritora novata llenan enormemente el corazón.

 

 

-¿Te interesa la política?
Me encanta la política. Amo militar. Militar por los derechos humanos. Para mí ser abogada es mucho más que una carrera. Es una profesión que permite bregar por los derechos de todas las personas. Me gusta la política desde el hacer. Desde el defender a los más vulnerables, no importa quien sea. Creo que los derechos se militan y se conquistan y ser abogada en esa militancia y conquista es una herramienta fundamental. El conocimiento siempre es poder. Haberme educado en Derecho me permite militar por derechos con conocimiento.

-¿Qué te sorprendió de todo el proceso de un proyecto de ley?
Me sorprendió todo. Siempre soñé con entrar a la Cámara de Diputados por ejemplo. Participar de las reuniones pre proyecto, estar donde las leyes se hacen y se discuten. Participe también de reuniones de comisión por el proyecto de ley de discapacidad. Todas experiencias súper enriquecedoras y que llevan al crecimiento personal y profesional.

-¿Cómo tomó el colectivo de tu profesión la investigación en el tema de tu tesis?
El colectivo de mi profesión lo tomó como algo novedoso. Sin embargo tuve mucho eco en la Psicología. De hecho diserté en una pasantía clínica de extensión sobre Abordaje Psicoanalítico en Neonatología organizada por la Red de Psicología Perinatal en la facultad de Psicología de la UBA, en la que expuse los principales lineamientos de la tesis. Las psicólogas perinatales vienen luchando hace mucho tiempo por los derechos de las mujeres
y las personas gestantes ante la Muerte Perinatal y que una abogada llegará con una tesis con fundamentos legales fue muy bien recibido y les estoy muy agradecida por el espacio que siempre me dieron para exponer mis argumentos.

-¿Cuáles fueron los principales inconvenientes con los que te encontraste?
No sé si llamarlos inconvenientes. Todo sirve y suma para crecimiento. Los manejos de la política a veces me cuestan entenderlos. Y me costó adaptarme a los modos. Sí podría mencionar como inconveniente lo difícil que es ingresar o postularse para trabajar en el estado. A veces tenemos muchas ganas de hacer, de aportar a políticas públicas pero no es tan fácil poder ingresar o concursar para trabajar en los ministerios por ejemplo. Me
encantaría poder trabajar en políticas públicas en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Disidencias, pero lo veo como algo un poco complicado.

-¿Qué futuro auguras a mediano plazo para este tema? (el de tu libro)
Espero que se visibilice, que llegue cada vez a más personas, que todos sepamos que es la muerte perinatal y que hay derechos vulnerados ante esta situación. Espero que el proyecto sea ley y saber que mi libro ha sumado a que más derechos sean reconocidos. Creo que quien escribe sobre este tipo de temáticas no lo hace para comercializar o ser un escritor reconocido sino para visibilizar. Y saber que alguna persona en algún rincón del país o del mundo está leyendo mi libro ya es un orgullo.

-¿De qué manera afectó la pandemia del covid-19 a los abogados?
En el ejercicio de la profesión muchísimo. En mi caso quedé sin matricularme así que quedé a medio camino. Pero hay que buscar formas alternativas. Pude seguir visibilizando mi libro, escribo post para las redes sociales con diferentes temáticas y leyes. Pude seguir enviando ejemplares a los que me encargaron. Y exprimí cien por cien este aislamiento para seguir
formándome y especializándome. Por suerte hay una gran oferta de pequeños cursos y Diplomaturas.

-¿Recomendarías a la UAI?
Por supuesto que la recomendaría. Es la universidad donde me forme y en la que después de tantos años elegí graduarme.