Kaizen desde la mirada de la Psicopedagogía Laboral

Por Natalia Staszkiw. Licenciada y Profesora en Psicopedagogía egresada de la UAI.

Hace unos años conocí en una empresa japonesa la palabra Kaizen. Desde entonces me dediqué a su estudio, lectura, investigación y aplicación; pero hace muy poco tiempo me di cuenta del por qué me siento identificada con la misma y su relación con la Psicopedagogía Laboral u Organizacional.

La palabra Kaizen deriva de dos ideogramas japoneses: KAI: “Cambio” y ZEN: “Bueno

Kaizen es muy conocida en el ámbito empresarial u organizacional. Según Manuel Suárez en su libro ¨El Kaizen¨: “Lo más interesante y práctico del Kaizen a diferencia de la innovación es que no necesita una tecnología complicada, altamente sofisticada, ni siquiera una enorme inversión para implantarlo; sólo se requiere de sistemas, mecanismos y herramientas sencillas, convencionales, que con sentido común son fáciles de aplicar".

Aun así, no solamente es adaptable a este nivel organizacional, sino que puede ser utilizada en la vida diaria de todas las personas. Kaizen tiene también una fase espiritual. Es considerada una filosofía o sistema de creencias, relacionada con una poderosa afirmación del ¨Gran Libro del Tao¨: ¨Un viaje de mil millas comienza con un primer paso¨.

Vinculado con esta última afirmación, el Psicólogo clínico Robert Maurer del Centro Médico de UCLA de Santa Mónica, dice que el Kaizen puede definirse de dos maneras:

- Uso de pasos muy pequeños para mejorar un ámbito, un proceso o un producto.

- Uso de momentos muy pequeños para inspirar nuevos productos o inventos.

Explica que, a diferencia de la innovación que requiere un cambio drástico, dar estos pequeños pasos ayudan a desarmar la respuesta cerebral al miedo y estimula a la creatividad y el pensamiento racional.

Tomando este fundamento Neurobiológico, con el fin de profundizar del por qué el Kaizen es un buen método para realizar modificaciones, aprender algo nuevo o realizar un proyecto que consideramos lejano, no quiero dejar de hacer referencia a los aportes del Dr. Osvaldo Panza Doliani. El mismo sostiene que el aprendizaje comienza con la llegada de los estímulos del ambiente a la interfase de los organismos u órganos de los sentidos. Llegan hasta los receptores, que son las células especiales, donde se traduce la información en un conjunto códigos que conforman la gramática cerebral.

En este proceso tiene un especial protagonismo el Sistema Límbico que, con el afán de dar respuesta al ambiente externo (Motivación, es decir tener ganas de…), emite señales al Hipocampo (quien activa las memorias desiderativas) y luego al Tálamo (en el cual convergen y procesan los contenidos del miedo).

Seguidamente la información se distribuirá a las diferentes cortezas, regresando posteriormente al Sistema Límbico, para comunicar por vías y sistemas eferentes nuevamente a la interfase, dando como resultado final el Comportamiento.

Hasta aquí hemos visto cómo el Kaizen y la gramática cerebral funcionan de la mano, pero ¿Por qué lo relaciono con la Psicopedagogía? Porque así como el Kaizen tiene como premisa que no debe pasar un día sin que se haya hecho alguna clase de mejora, la Psicopedagogía, también se rige con esta lógica de mejora continua. Para aprender y reaprender deberá generar conocimiento, observación, análisis de la situación, planificación, ejecución y sistematización.

Es así que considero que Kaizen y Psicopedagogía trabajan de la mano en pos del aprendizaje y la mejora continua requerida en los diferentes ámbitos. ¿Cómo? Trabajándolo de manera acotada, sostenida, aprendiendo desde nuestros proyectos y labores diarios. Mediante pequeños intentos, pasos e ideas iremos generando y modificando la red neuronal que nos llevará a concretar nuestros objetivos de forma positiva y enfocada hacia el éxito. Así de este modo, evitaremos caer en el miedo, la frustración, la desmotivación o falsas expectativas que solo provocan el bloqueo y la desesperanza.