Un graduado UAI suelto por Canadá

Mateo Ambrogio es graduado de la Carrera de Comercio Exterior de la Universidad Abierta Interamericana. Ya hace 8 meses que vive en Vancouver, Canadá. Actualmente se desempeña como Implementation Specialist para la empresa Global Fleet Management.

Nos comunicamos con él para que nos cuente cómo es vivir en aquel país, cómo hizo para poder validar su título y qué herramientas le brindó la UAI para hoy poder desempeñarse profesionalmente en el extranjero.

¿Por qué decidiste estudiar Comercio Exterior?

Estaba al tanto de la carrera porque ya hace varios años venía en auge y la escuchaba nombrar, me parecía super interesante. Y cuando miré el programa automáticamente pensé "es la combinación de todas las cosas que me gustan".

¿Por qué elegiste estudiar en la UAI?

Conocía a la Universidad desde hace mucho tiempo. Sabía que tenía mucha presencia porque la veía por todas partes, y varios de mis amigos estudiaban ahí, además de que ofrecían la carrera que quería estudiar.

¿Dónde trabajas? ¿Cómo conseguiste el trabajo?

Actualmente me desempeño como Implementation Specialist para Global Fleet Management (PosiTrace). Es una empresa canadiense de desarrollo de software y rastreo satelital de GPS con sede en Vancouver, British Columbia. El trabajo lo conseguí por medio de LinkedIn. Y paralelamente estoy finalizando una Diplomatura IBM en Greystone College.

¿Podrías contarnos un poco más sobre tu desempeño en la empresa?

Esencialmente es desarrollo de software e implementación de sistemas. Nuestros clientes son multinacionales canadienses, estadounidenses y mexicanas en busca de una plataforma de gestión de flotas que les permita no solo el monitoreo de las mismas, sino también obtener reportes en tiempo real de costos, mantenimiento y rendimiento de sus unidades. Tenemos muchas reuniones semanales con nuestros clientes porque el rubro de la logística del cual muchos son parte, es muy dinámico y demanda actualizaciones constantes. Por lo que hacemos bastante planificación por bloques de trabajo y mucha asistencia de soporte. Estamos en un momento en que el mercado norteamericano está en un pico de demanda muy alta en la incorporación de estos sistemas, por lo que estamos creciendo a pasos agigantados.

¿Qué herramientas te brindó la UAI para que hoy puedas estar trabajando en Vancouver?

Desde el primer momento fue muy honesta y directa a la hora de encarar que era lo que nos esperaba allá afuera una vez que nos graduáramos. Y no solo en nuestra ciudad, sino en el mundo. No era solo una cuestión de leer miles de libros, o aprender cien páginas de teoría de memoria, o hacer cálculos matemáticos porque sí, sino de aprender cosas reales y útiles para aplicarlas en nuestro día a día. Ese sentido de utilidad y eficiencia hizo que disfrute la carrera desde el primer hasta el último día.

Más allá de eso, ¿Qué te llevas de tu paso por la Universidad?

Muchos amigos y profesores que siempre recuerdo con mucho cariño, y que hasta el día de hoy mantengo contacto. Por otro lado, me ayudó a forjar hábitos y encontrar cosas sobre mí mismo que no conocía.

¿Qué es lo que te piden en Canadá para validar el título?

Simplemente solicitan el título y analítico originales, y ambos traducidos al inglés por un traductor certificado. Luego estos documentos deben ser enviados a WES para evaluación y validación. Pero sin la asistencia y apoyo de la UAI esto no hubiera sido posible. Me encuentro muy agradecido con toda su gestión. 

¿Qué le recomiendas a los alumnos que están comenzando a estudiar Comercio Exterior en la UAI?

¡Llevarla al día! Es una carrera hermosa y siempre te mantiene enganchado. Puede que haya algunas materias con las que sientas más afinidad que otras, pero no hay que descuidar ninguna. Todas son parte del proceso y en algún punto terminas entendiendo por qué eran tan necesarias de aprender.

¿Cómo ves al comercio exterior en Argentina? ¿Y en Canadá? ¿Y en 10 años?

El mundo está y estará siempre en un constante proceso de expansión, y el protagonista más grande de esa expansión, siempre va a ser el comercio. Últimamente, y hablando desde un punto de vista muy personal, considero que el que más está creciendo es el comercio del mundo tech/software. Veo un mercado con posibilidades ilimitadas.

Argentina tiene profesionales de élite muy cotizados y es el país con más riquezas naturales del planeta, su futuro siempre va a ser brillante más allá de las situaciones de la que atraviese. Los argentinos siempre caemos en 4 patas.

Canadá es muy abierto al mundo, constantemente está buscando abrirse a nuevos caminos. Pero no solo desde el punto de vista comercial. Hay mucha diversidad étnica y cultural congeniando sobre la misma tierra. No obstante, hay un clima laboral muy armonioso, y la seguridad que se siente es total. Todos son muy respetuosos.

¿Cómo te arreglaste con el idioma?

Desde muy pequeño mis papás me inculcaron el inglés. Se cercioraron de que en mi educación siempre estuviese ese componente presente, entendiendo el activo que representa, y las puertas que se me abrirían en el futuro por saber dominarlo. Mi agradecimiento hacia ellos es total.

¿Qué es lo que extrañas de Argentina?

Las cosas más simples. Un abrazo de mi familia, una picada con amigos a la noche por Pellegrini, salir a correr por la costanera bien temprano a la mañana. Y las empanadas, obvio. Las de Deliveritalia más precisamente. Yo fui su mejor cliente durante mis años de facu, debo mencionarlos.

¿Y qué costumbre es la que más extrañas? ¿Y qué costumbre canadiense es la que más se te pegó? 

Seguro deben creer que voy a decir el mate, pero no. Porque se puede conseguir yerba acá. Lo que más extraño es el asado del domingo. Y la costumbre canadiense que más se me pego es la de ir a ver muchos partidos de hockey sobre hielo (me volví fan de los Canucks de Vancouver), voy a verlos finde de por medio.

Recientemente Canadá entró al mundial de fútbol luego de muchos años ¿Cómo se vivió?

Ir a un mundial siempre es motivo de festejo para cualquier país. Pero para mi sorpresa, y estoy hablando solo de Vancouver, no tuvo tanto impacto como el que creí que tendría. No es que salieron con los autos y banderas a festejar por las calles del centro. Estaban contentos, pero hasta ahí nomas. Se habló durante un día y listo.