"La carrera que deseen hacer, es mucho más linda en la UAI"

Cuando Jorgelina Bonetto (40) se vio en una situación de debilidad frente a la firma de un contrato de locación, por no saber bien sus derechos y sentirse avasallada, tomó una decisión que cambió su vida: anotarse en la carrera de Martillero Público, Corredor y Administrador de Consorcio de la UAI.

"Tuve un inconveniente con la propietaria del lugar en el que aquel momento yo alquilaba, y firmé un contrato muy fuera de la ley, porque era ignorante en el tema. Seguí alquilando ahí un par de años más con pautas y cláusulas abusivas. En ese momento, cuando firme me dije 'la próxima vez que tenga que firmar un contrato para alquilar mi casa, no me va a volver a pasar' y ahí fue el día que decidí anotarme en la carrera", detalló al respecto.

Lo hizo en febrero de 2020 y porque la UAI le quedaba cerca, pero no contaba con un factor sorpresa: en marzo se declaró la pandemia y los planes de presencialidad se diluyeron. "Tenía la expectativa que iba a ir a una facultad de manera presencial como había sido siempre, había estudiado para ser comunicadora social, fotografía y me dediqué al periodismo durante toda mi vida", contó Jorgelina.

Dijo que, a partir de allí, todo fue "a través de la computadora, sin ningún tipo de contacto social y todo virtual". "Más allá de que me ayudó muchísimo, tenía mucho miedo de hacer la carrera así porque lo desconocía. Era algo nuevo para todos, profesores, directivos y alumnos. Fue sumamente controversial al principio elegir hacer una carrera en las condiciones en las que estábamos", recordó.

Y siguió. "Creo que fuimos impulsores de este cambio. Nos adaptamos abruptamente y la carrera me salvó. Mucha gente la pasó muy mal en la pandemia y provocó muchos daños. Creo que la carrera me salvó, pude ocuparme de estudiar y conocer cosas nuevas a pesar de que estaba encerrada... Y hasta socializar a través de la computadora. Eso me distraía", detalló y dijo que el último cuatrimestre llegaron a realizarlo de manera presencial, "así que pudimos disfrutar de la universidad y conocernos".

Jorgelina Bonetto (en el centro) al lado de sus compañeros que la ayudaron e inspiraron a terminar la carrera.

"La UAI era muy cerca de mi casa, me daba la posibilidad de estudiar para ser martillera pública, corredora inmobiliaria y administradora de consorcios, los tres títulos en dos años y medio. Me pareció una gran alternativa, porque mi contrato era por tres años y me quedaba justo para antes de volver a firmar otro", ahondó.

- ¿Y por qué te atraía esa carrera?
- La había visto cuando era chica, cuando estudiaba comunicación social. Me llamó la atención, pero me dediqué a otras cosas. Trabajé durante toda la vida del periodismo. Y después me fui aggiornando y estudiando fotografía, edición, diseño gráfico, redes sociales y a las nuevas maneras de comunicarse.

- En Instagram destacaste tu logro de recibirte a los 40 años, lo cual es súper meritorio...
- Creo que lo fue un para todos. Tuve una compañera, María Vázquez de 70 años, que se recibió y estoy muy orgullosa de ella. Es una mujer que nos enseñó a no bajar los brazos y era un ejemplo para todos. Se adaptó a las nuevas modalidades de estudio aunque le costó muchísimo. No es lo mismo tener 20, 30 o 40 años que 70. También tuve un compañero, Rodrigo Giacosa, hipoacúsico, que también dentro de todas sus dificultares pudo recibirse. Ellos fueron un gran ejemplo y gran fuerza para poder recibirme, más allá de tener dos hijas, pareja, casa, que me divorcié en el medio...

- ¿Cómo fue que llegaste a estudiar en UAI?
- Vivía muy cerca, pensé que tenía que ir presencialmente y estaba a seis cuadras de casa. Fue una gran decisión, es una facultad sumamente empática con el alumno. Me gustó muchísimo formar parte de esta universidad, donde siempre fueron expeditivos con cada cosa que solicité. Tuve profesores maravillosos con los que pude hacer amistad.

- ¿De qué trabajás y dónde?
- En una inmobiliaria en Once, Averbuj Propiedades, donde me tomaron cuando estaba por terminar la carrera. Aprendo día a día, tengo colegas martilleros públicos que son fabulosos y muy cordiales, sumamente humildes en la profesión. Maestros que me ayudan a entender esta carrera también, la vida cotidiana por fuera de la universidad. Una cosa es lo que dicen los libros y cómo uno puede llegar a resolver todo tipo de situaciones dentro de la universidad, pero muy distinta es la vida real. Nos ayudan a adaptarnos y poder llevar adelante lo que sabemos desde el estudio. Tengo la suerte de trabajar en un ambiente donde potencian mi profesionalismo.

- ¿Qué le dirías a alguien que está con dudas si estudiar o no la carrera?
- Es una carrera que da tres títulos, entonces tenés la posibilidad de elegir. Te da muchas herramientas. Se puede trabajar en el Poder Judicial, de manera independiente, se puede tener una inmobiliaria, se puede trabajar como perito judicial, podés administrar consorcios desde tu hogar o una oficina. Es una carrera donde se aprende muchísimo derecho y uno tiene la posibilidad de dejar la ignoraría de lado y, primero defenderse uno, y después poder defender a los demás. A mí me fascina, nunca pensé que por una simple discusión con respecto a algo que modificaba mi vida, hoy iba a poder tener un título y hacer la diferencia.

- ¿Cómo es la salida laboral?
- Hay mucha salida laboral, todo depende de uno. Hacer lo que uno quiere hacer, poder estudiar, tener un título y trabajar de lo que uno estudió y lo apasiona, no tiene precio. Hace la diferencia. Si cambiamos nuestro mundo todos, el mundo es mejor. Hay que hacer y defender lo que uno quiere. Depende del empeño, la constancia y la buena voluntad que tenga cada uno de los profesionales para salir adelante. Es una carrera que te da mucha independencia y hay que aprender a trabajar con eso.

- ¿En la Argentina hay más remates promedio que en otros países?
- No tengo las estadísticas de otros países. Acá en la Argentina hay muchísimos remates, tanto judiciales como privados, en el campo como en la ciudad. El martillero tiene que estar matriculado en la jurisdicción donde se hacen. Con respecto al mercado inmobiliario, que es el que más me atraviesa como corredora inmobiliaria, hoy estamos en un contexto donde hay muchísima oferta de inmuebles y muy poca demanda. Eso hace que el mercado inmobiliario esté en un momento de crisis con respecto a otros años. Esperemos que esto cambie y trabajamos para ello todo el tiempo. La ley de Alquileres perjudica tanto a los propietarios como a los inquilinos. Hay que luchar desde el lugar que nos toca para que todo mejore al futuro y todo sea más equilibrado y conveniente.

- ¿Recomendarías la UAI a otras personas?
- Una y mil veces. Estoy pensando en seguir estudiando. Obviamente, lo haría en la UAI. Seguir abogacía o ser profesora universitaria. Lo estoy analizando y acomodando los tiempos. La carrera que deseen hacer es mucho más linda en la UAI, con todo lo que tiene, desde los directivos a los profesores que son maravillosos. Y la calidad humana de los compañeros y todo el personal que trabaja allí. Es sumamente familiar, más íntimo. Uno aprende, no solamente lo que va a estudiar, sino de los otros.