“La salvaste para que vuele”

Una historia íntima, pero a la vez universal. Una niña que rescata una mariposa de alas mojadas transforma un legado personal en patrimonio emocional que une a cuatro generaciones. El videoarte de Ivo Turre Mascardi nace a partir de un hecho verídico, que presenta una trama de la memoria familiar que se expande, dotando de nuevos sentidos un diálogo intergeneracional que trasciende la linealidad del tiempo en la construcción de los recuerdos.

Ivo es egresado de la Licenciatura en Producción y Realización Audiovisual de la Sede Rosario, y su cortometraje “Breve historia de la mariposa de alas mojadas" fue presentado en el marco de la Semana del Cine Latinoamericano, que se llevó a cabo en el Centro Cultural San Martín de la Cuidad de Buenos Aires. Su trabajo pudo verse en pantalla grande, junto con producciones de todo el subcontinente. Ahora, el corto cruzara fronteras para participar de la competencia oficial del Festival Vic Film para el que fue seleccionado, y que tendrá lugar en México.

 

- ¿Cuál es la historia que está detrás de este cortometraje?

- La historia detrás de este cortometraje comienza mucho antes de lo que fue su realización. Durante el 2020, antes de la pandemia, yo estaba de viaje después de realizar un intercambio académico en Sevilla y mi mamá había ido a visitarme. Mientras estaba preparándome para recorrer el lugar, casi de casualidad, pude escuchar a lo lejos que mi “vieja” reproducía un audio de WhatsApp que le había mandado mi tío, Juan Mascardi. Él le estaba leyendo un borrador de un texto que había escrito. Lo que escuché me llamó tanto la atención que dejé lo que estaba haciendo para escucharlo mejor. Cuando terminó me quedé conmovido por la anécdota y la belleza del texto. Por la narración con un tono calmo y pausado, pero sobre todo por lo espontáneo, un audio casero de un texto sin pulir, narrando una historia verídica sobre mi familia. En ese momento le pedí a mi “vieja” que me lo reenviara porque lo quería guardar. Ese audio, ese texto y esa anécdota habían generado algo en mí.

En febrero de 2022, dos años después revisando mi computadora vi que aún lo conservaba guardado. Volví a escucharlo y logró conmoverme de la misma manera que la primera vez. Fue entonces cuando no sentí la necesidad inmediata de querer generar algo nuevo usando el audio como disparador.

 

- ¿Qué te motivó a contarla?

- Lo que me motivó a contar esta historia es por todo aquello que me genera. Veo un hecho sumamente humano y sensible en la niña que decididamente rescataba mariposas que se mojaban las alas. Cuando la niña lloró desconsoladamente porque la mariposa secó sus alas y voló, su madre le dijo: “La salvaste para que vuele”. Es inevitable también, ver un hecho poético en estas acciones y estas palabras. Aquella niña hoy es mi “vieja”, Magaly. Y la madre de la niña era mi abuela, Mabel. ¿Cómo no emocionarme con esta historia?. Tampoco puedo evitar ver la coherencia del relato con la vida de mi mamá y de mi abuela. Ambas dedicadas toda su vida a la docencia y a la militancia política. Comprometidas notablemente a mejorar la vida de las personas con una fuerza transformadora increíble.

Quise contar esta historia para mí, por lo que me generaba, y porque es una forma de recordar y tener presente a los que quiero. Por otro lado, quería compartirlo con mi familia, saber si les generaba lo mismo que a mí y poder hablarlo. Finalmente, decidí compartirlo hacia afuera solo con la expectativa de que, ojalá, sintieran la misma emoción que sentía yo.

Considero de suma importancia que existan historias que quieran transmitir experiencias humanas ya que allí reside la posibilidad de sensibilizarse y reflexionar sobre lo que nos pasa en el cotidiano.

- ¿Por qué elegiste este formato?

- Dentro del audiovisual (que es el medio donde me siento más cómodo para expresarme) elegí mostrar esta historia en formato videoarte. Venía explorando este terreno hacía poco tiempo y consideré que era la mejor forma de mostrarlo. Creo que la elección fue bastante intuitiva, ya que sentí que la historia lo pedía. Hoy veo que mi decisión fue acertada, no imagino un audiovisual con esta historia y un formato distinto que pueda generar lo mismo. Además, sabía que quería incluir, si o si, el audio que funcionó como disparador y que el audiovisual lo potenciara.

 

 - ¿Cuáles fueron los diferentes pasos que fuiste tomando a la hora de la producción del video?

- Una vez que tenía decidido que “Breve historia de la mariposa de alas mojadas” sería un videoarte me pregunté qué quería mostrar y cómo hacerlo.  Por las características geográficas del lugar donde sucede la historia me pareció necesario mostrar un espacio donde abunde la naturaleza y jugar con el hecho de que los sentimientos narrados condicionaran al clima.

Al ser una historia que transcurre en el pasado, y porque contaba con un audio guardado durante dos años a modo de material de archivo, consideré que lo visual tenía que verse como algo que evocara una época distinta a la actual. Si bien la historia transcurre mucho antes de que yo naciera, quería mostrar cómo ese pasado se relacionaba conmigo. Como nacido en los 90´ me pareció que el aspecto de VHS era acertado para mostrar esa relación, ya que es la forma en que se ve el material de archivo de mí niñez. Cuando la historia hace un quiebre y mi tío comienza a hablar del presente, era necesario mostrar visualmente esa ruptura temporal por lo que decidí que a partir de ese momento se vería en full HD mostrando el presente de la era digital.

A partir de todas estas cuestiones comenzó una búsqueda y selección de videos en páginas de material de archivo libre de derecho de autor. La banda sonora le aportaría mayor énfasis emocional a lo que se narraba en el audio, y debía sonar acorde con la historia, acentuar ese carácter poético que contiene la anécdota. Mi “vieja” que había practicado piano cuando era niña, y que hasta hoy en día lo sigue haciendo, me terminaba de dar el argumento perfecto para que la banda sonora sea una melodía de piano, hablando también así de ella. Encontré una pieza musical de piano ejecutada por Kevin MacLeod, libre de regalías, que sonaba perfectamente acorde con lo que la historia pedía.

 

- ¿Cómo pensaste la edición de ese material?

- El proceso de montaje fue bastante intuitivo y rápido ya que tenía muy en claro lo que quería hacer. Una característica del videoarte es que utiliza recursos de la imagen tal vez un poco distintos a los del cine tradicional, por eso aproveché a hacer un uso más flexible de la imagen, fue así como en varios momentos utilicé imágenes de distintas mariposas en un tamaño del 50% del espacio visual en forma de cuadro centrado, y al fondo imágenes de espacios naturales y cuerpos de agua en toda la totalidad de la imagen exceptuando el centro. Para volver luego a que las imágenes tuvieran esa disponibilidad del 100% del espacio visual y que fueran yuxtaponiéndose.

Al pasado le quería dar el aspecto de VHS por lo que le apliqué algunos efectos y aspectos de imagen simulando el formato con las imágenes que ya tenía. También utilicé material de archivo propio donde se la ve a mi abuela y un único video filmado para el proyecto donde se la ve a mi mamá. Ambas en exteriores siguiendo la línea de fondos naturales.

El ritmo de montaje fue decidido en gran parte porque la voz del audio pedía ir tranquilo y con calma. Solo llegando al final me pareció que debía acelerar el ritmo para que se acentuara el remate emotivo de la historia.

Luego fue cuestión de pulir los detalles más técnicos que quedaban hasta llegar terminar el videoarte. Tardé en total una semana, como ya dije fue bastante rápido e intuitivo porque tenía en claro lo que quería lograr.

Después de unos meses de haberlo realizado, donde recibí comentarios de gente a la que le había gustado y le había generado distintas sensaciones, me propuse enviarlo a algún festival donde quizá pudiera quedar seleccionado.

¿Cuáles fueron los requisitos para que pudieras quedar seleccionado en este festival de cine?

- Dentro de las bases y condiciones para postular un cortometraje al festival decía que los organizadores de la Semana de Cine Latinoamericano priorizarían a aquellos cuya mirada de autor refleje una visión auténtica y comprometida con su entorno, garantizando de esta manera el enriquecimiento cultural, el encuentro, la reflexión y el esparcimiento. Teniendo como requisitos que la duración máxima sea de 20 minutos, incluyendo títulos.

El cortometraje, independientemente que sea o no hablado en español, debía contar con subtítulos en ese idioma para incluir a personas sordomudas que desearan asistir a las funciones. La inscripción debía ser realizada por los productores o realizadores que tuvieran los derechos sobre la obra que presentaban.

 

- ¿Cuáles fueron tus sensaciones al saber que el video era parte de la muestra y que se pudo proyectar en pantalla grande?

- Sentí una alegría muy grande al saber que el cortometraje había sido seleccionado para el festival. Pero no por mí, sino porque creo que es muy valioso que esa historia sea compartida. Luego los organizadores del evento me invitaron a estar presente el día de la proyección para presentarlo. Realmente estoy agradecido de haber vivido algo así. Estar presentando el cortometraje y al levantar la mirada ver que en las butacas están sentados mis viejos y amigos es sumamente gratificante. Después de que hayan visto el videoarte en alguna computadora o en un celular que lo puedan disfrutar y sentir como nunca antes, y que estuvieran acompañándome fue lo más lindo de todo. Para mí también fue emocionante el hecho de ver el rostro de mi abuela en la pantalla grande, siendo ella quien me regaló una cámara para que iniciara este recorrido. Si hay un hecho poético en toda esta experiencia debe ser ese. Al final del evento les agradecí a los organizadores porque ese momento, para mí, fue un regalo.