Viajar es vivir

Dos años en la ruta, setenta ciudades sudamericanas en seis países, cuarenta mil kilómetros recorridos y millones de anécdotas, pero “un factor común es la magia del camino, y los que alguna vez estuvieron de viaje sin tiempo, van a entender lo que digo”, asegura Nadal Dominguez para concluir que “viajar es vivir y vivir viajando es hermoso”. Este egresado de la carrera de Diseño Gráfico en la Sede Rosario, comenzó en 2018 una larga travesía junto a su esposa Paula y su hija Libertad, en una camioneta modelo 81 “bautizada” como “Libertador Espacial", en un fortuito émulo de aquella “Poderosa” que llevaría también al rosarino más famoso en una expedición por estas latitudes de la Sudamérica profunda.

 

- ¿Cómo conociste a tu mujer?

- Con mi mujer (Paula Dalmasso), nos conocimos en una fiesta. Yo estudié Diseño Gráfico en la UAI, y en lo primero que apliqué lo aprendido fue en una marca de ropa que llamé Shoutside. Con la marca organizábamos fiestas, y en una de estas conocí a la que luego se convirtió en mi esposa. Primero fuimos amigos, hasta que un día nos dimos cuenta que lo nuestro no era sólo amistad. Ella es chef y yo amante del buen comer, así que somos tal para cual.

 

- ¿Qué los motivó a emprender esta travesía?

- Los dos habíamos viajado por separados, y una vez que te pica el bichito de viajar, nada te detiene. En un principio, estábamos planeando hacerlo en una motoneta Vespa con sidecar, pero luego, cuando nos enteramos de que íbamos a ser padres, tuvimos que agrandarnos. Así qué vendimos la moto y nos compramos una camioneta que transformaríamos luego en nuestro hogar. En vez de echarnos para atrás, decidimos seguir con nuestra idea, y aceptar que alguien más se había sumado a este viaje, nuestra hija en camino, Libertad.

 

 

- ¿Qué significa “Libertador Espacial”, dónde se origina este nombre?

- “Libertador Espacial” es el nombre que le pusimos a la camioneta. Para algunos puede ser sólo una camioneta, para nosotros es nuestra nave de exploración terrestre que nos llevó a recorrer el “espacio interior” del planeta Tierra. Y Libertador viene por la idea de recorrer el planeta sin ataduras, sin tiempo, sólo salir a recorrer sin saber cuándo iba a terminar la travesía o cuanto iba a durar. Un viaje fuera del tiempo.

 

- ¿Cómo se gestó ese primer viaje que inició todo el recorrido posterior?

- Apenas compramos la camioneta había que hacerle unos arreglos y acondicionar todo el interior. Era bastante trabajo, pero pensamos que para cuando nuestra hija tuviera un año ya íbamos a estar viajando. Sin embargo, en ese primer viaje de prueba, fuimos para las sierras de Córdoba y fundimos el motor. Eso hizo que terminemos saliendo de viaje un 12 de diciembre de 2018, un año y medio después de lo planeado.

 

- ¿Qué lugares recorrieron a partir de ese viaje iniciático?

- Salimos rumbo a las sierras de Córdoba, esta vez con motor nuevo y la camioneta ya totalmente equipada. En el segundo intento pudimos superar Córdoba, y de ahí nos fuimos a San luis, Mendoza, Neuquén, y Rio Negro. Luego, llegamos hasta Chubut para cruzar la Cordillera por primera vez hacia Chile, y “subir” hasta Santiago. Desde allí volvimos a Mendoza para dirigirnos al noroeste argentino e ingresar a Bolivia, donde la travesía se nos hizo muy complicada por la altura sobre el nivel del mar y la dificultad para cargar nafta. Los motores sufren mucho en grandes alturas. Nunca pudimos superar los 20km/h, a menos que sea en bajada. Digamos que hicimos Bolivia a paso de hombre. De ahí regresamos al norte de Chile, y recorrimos toda la costa del Perú y Ecuador, pero cuando estábamos por el eje cafetero colombiano comenzó la pandemia.

 

- ¿Cómo se sustentan económicamente durante los viajes?

- Hicimos de todo, pero más que nada nos sustentamos vendiendo ropa, haciendo fotografía, murales, tattoos, diseño gráfico, alfajores, empanadas, ¡y hasta pulseritas vendimos! Todo nos sirvió mucho para no encasillarnos sólo en una cosa. Siempre digo que en este viaje, personalmente, dejé de ser un diseñador gráfico para convertirme en un artista, ya que tuve que aplicar el diseño en todos los formatos posibles y borrar de mi cabeza cualquier tipo de estructura o prejuicio para poder generar dinero con mi arte.

 

- ¿Qué sitio o situación te ha llamado particularmente la atención durante el viaje?

- Fueron 2 años en la ruta, recorrimos 6 países y alrededor de 70 ciudades. Anécdotas tengo miles, pero un factor común fue la magia del camino, y los que alguna vez estuvieron de viaje sin tiempo, van a entender lo que digo. Viajar es vivir, y vivir viajando es hermoso. Conocer nuevos paisajes, su gente, sus costumbres, poder compartir, hacer amigos, intercambiar, es lo que me guardo de este viaje en lo más profundo de mí ser.

 

- ¿Qué respuesta encontraron de las personas en los destinos a los que arribaron?

- Siempre fueron todos muy amables, siempre nos ayudaron incondicionalmente. Siempre que estuvimos en apuros, alguien nos ayudó. Sudamérica es rica por su tierra y también por su gente.

 

- ¿Tienen una meta a alcanzar en este recorrido?

- Cuando salimos nuestra meta era llegar a Alaska y poder unir el sur con el norte del continente. Luego nos dimos cuenta que lo lindo es viajar, no importa hacia dónde. Pero con la llegada de la pandemia la meta cambió, ya que tuvimos que dejar nuestra camioneta en Colombia y volver a Argentina en avión. Hoy nos encontramos en Rosario nuevamente.

 

- Una vez que termine esta pandemia ¿tienen intenciones de retornar a la ruta?

- Una vez que esta pesadilla termine y las fronteras terrestres abran, iremos a Colombia a rescatar al “Libertador Espacial” para traerlo a Argentina por la costa brasilera

 

-¿Pensás en retomar tu profesión?

- Nunca la abandoné, es que el diseño gráfico es tan amplio que hay mil maneras de aplicarlo y vivir de eso. Hoy llevé lo aprendido en diseño gráfico para el lado del tattoo, un mundo diferente pero con muchos puntos en común. A la vez, sigo diseñando para otras marcas, sigo haciendo ropa, un poco de redes sociales, y abrí un estudio/co-working para tatuadores, un espacio abierto para intercambio entre artistas y diseñadores. Un día tatuamos, otro hay sesión de fotos, u organizamos seminarios con artistas importantes. Un lugar para trabajar, aprender y compartir con otros que están en la misma que vos. Nos pueden encontrar en Instagram como Homeless Tattoo Club, estudio de tattoo, o si buscan contenidos de viajes como Libertador Espacial.