Psicopedagogía socio-comunitaria: Tejiendo redes que sostienen aprendizajes

Por Marianela Raimundo*

Entendiendo a la psicopedagogía como una disciplina relativamente joven e inconclusa, se camina constantemente por senderos diversos dando pasos lentos pero seguros. Es el propósito reflexionar sobre aquellas prácticas en que las semillas sembradas dan sus frutos, y poder seguir creciendo sobre terrenos firmes donde se presentan posibilidades.

En este proceso complejo pero gratificante, la psicopedagogía socio-comunitaria viene a ofrecer una nueva mirada basada en un enfoque crítico sobre realidades complejas. Se parte de una concepción de aprendizaje contextualizado como pilar de la transformación social. Dicha noción es el resultado de la lectura y el análisis de la realidad histórica y social de las comunidades que se acompañan. Situaciones muy complejas como pobreza, explotación, adicciones, marginación y hambre (por nombrar solo algunas), nos exige de forma urgente tener una reflexión crítica y objetiva como profesionales de la salud y de la educación.

Frente a la gran demanda y la escasa posibilidad de contar con recursos materiales y humanos, la psicopedagogía socio-comunitaria propone agudizar la mirada organizando dispositivos de acción que respondan a un encuadre que permitirá llevar a cabo propuestas genuinas.

La psicopedagoga María Celia Matteoda considera diferentes elementos sobre los cuales se elabora el método de gestión territorial. La problemática u objeto de intervención es indispensable, pesquisar la relación con el aprendizaje que establecen cada uno de los sujetos de las comunidades abordadas. Aprendizajes que van mucho más allá del ámbito educativo formal, y que se dan en la vida misma construyendo como acto pedagógico situaciones cotidianas. Se busca fortalecer el valor de estos aprendizajes como promotores de formas de vida generadoras de un desarrollo humano integral pleno. Los destinatarios de los programas territoriales implementados incluyen bebés, niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. Sujetos portadores de derechos que como participantes comunitarios de la intervención construyen sus propias realidades a través de aprendizajes individuales y colectivos.

Asimismo, los ámbitos de intervención son los escenarios en los que la actuación de la psicopedagogía socio-comunitaria puede llevarse a cabo, como ser clubes barriales, iglesias, centros comunitarios, hospitales, comedores, escuelas, jardines de infantes, salas de salud, centro de menores, cárceles, casas particulares y hasta la calle misma. El surgimiento de la demanda puede provenir de diferentes fuentes. Por un lado y en la mayoría de los casos, son personas externas a las comunidades quienes detectan necesidades reales e implementan dispositivos de acción (agentes con cargos públicos en instituciones, profesionales de la salud y la educación, ONGs, fundaciones, etc). Otro origen pueden ser los propios miembros de la comunidad, quienes advierten las dificultades y buscan ayuda por fuera de ella para solucionarlo.

 

A partir de las posibles demandas la intervención psicopedagógica se elabora en forma conjunta con la comunidad. Una vez seleccionado el problema emergente a resolver se planifican las acciones a ser llevadas de manera compartida. Puede intervenirse con conocimientos en salud familiar y comunitaria, aprendizajes vinculados a la maternidad y crianza de los hijos, programas de alfabetización o   formaciones sobre temas sociales de interés para los grupos comunitarios, capacitación para el desarrollo de microemprendimientos, trabajo en redes interinstitucionales con vecinales, centros comunitarios, comedores, o efectores públicos, intervenciones en orientación laboral/ocupacional, o mediaciones con docentes.

La lista de situaciones es extensa, lo cual enfrenta al desafío constante de seguir transitando los rumbos ya iniciados en el campo de la psicopedagogía socio-comunitaria. En la estrategia de intervención la creatividad en la utilización de destrezas y recursos es fundamental. Se pueden utilizar entrevistas individuales, colectivas, coordinación y trabajo con equipos interdisciplinarios, jornadas de concientización, juegos, grupos terapéuticos, o de debate y discusión, espacios de aprendizaje, talleres, lluvia de ideas, o cine-debate, entre otras.

Abro la invitación a continuar tejiendo la trama de contención, sostén, seguimiento y apoyo para que cada vez sean mayores los logros alcanzados en una comunidad ampliada donde los aprendizajes posibiliten ciudadanos libres e independientes, pero por sobre todas las cosas ciudadanos que puedan ellos mismos, con el acompañamiento de Otros, tejer la trama de su propia historia, de su desarrollo y de su vida.

*Docente de la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicopedagogía - Sede Rosario. Licenciada en Psicopedagogía y licenciada en Educación Física