Una mirada hacia el futuro y la logística

Por Gustavo Daniel Badgen. Licenciado en Comercio Internacional de la UAI.

El Indio Solari canta en la mítica banda Patricio Rey y los redonditos de ricota “El futuro llegó, hace rato”. Y, si lo analizamos fríamente, este concepto aplica a todas las circunstancias que vivimos. Sin ir más lejos, en la logística creemos que la cantidad de teus no se va a superar o que en el rubro terrestre los camiones ya no van a poder transportar más carga, por ejemplo. No hay que dejarse convencer por esto, es meramente una falacia creyendo que lo que tenemos hoy siempre es el máximo a conseguir.

Podemos empezar con los contenedores por ejemplo, a principios del Siglo XX la mercadería era trasladada como carga suelta en los camiones y en los buques, lo que generaba grandes pérdidas de tiempo en la carga, descarga, estiba y desestiba. En el año 1956 un estadounidense llamado Malcom McLean inventó lo que conocemos como contenedores, esto permitió que las mercaderías sean apiladas y unitarizadas, permitiendo que el manipuleo sea mucho más económico y veloz.

Cuando hablamos de camiones, por ejemplo, podemos encontrar que año tras año pesan menos y tienen más potencia, lo que permite cargar más mercadería dentro de los límites autorizados por la vialidad de cada país. No hace mucho tiempo, se introdujeron los Bitrenes que permiten transportar más de un remolque, se los conoce como trenes de ruta y han llegado a transportar 112 remolques solamente por una cabina.

Revisando las aeronaves vemos un avance abrumador. Hace menos de un siglo se introdujo el primer avión registrado como carguero que fue el Douglas C-1. Corría el año 1925 y éste aeroplano realizó su primer vuelo. La capacidad de carga autorizada era de 1.1 toneladas. Años después, en 1988, realizó su primer vuelo el AN-225, un Antonov que es el avión en circulación más grande del mundo y llegó a transportar un máximo de 189,98 toneladas. Entre el primer avión de carga y el Antonov AN-225 hay solamente 63 años de diferencia y éste último transportó 173 veces más.

Al posicionarnos en el hoy y ver hacia atrás, notamos cómo el avance tecnológico genera una cantidad de posibilidades infinitas dando vía libre a la imaginación y, a su vez, genera un círculo donde cada avance colabora para que el siguiente paso sea aún más veloz que el anterior. Hoy, por ejemplo, podemos empezar a pensar en drones para la logística internacional.

Ya existen aquellos de carga que se utilizan para entrega local, hay drones que llegan a transportar 20 o 30 kilos, y por qué no pensar que el avance tecnológico nos va a permitir crear drones que transporten poco más de 100 kilos. El abanico de empresas que pueden estar interesadas en esto sería vastísimo. Hay gran cantidad de compañías que exportan a Uruguay, por ejemplo, y por qué no se puede pensar en una aduana domiciliaria y trasladar en tu propio dron la carga, únicamente costo de mantenimiento y de recarga de baterías. Hoy es un deseo distante por la autonomía, entre otras cosas, pero no confundamos distante con imposible.

La logística nos deja un gran desafío para el futuro, nos obliga a reinventarnos día a día. En gran medida se pueden automatizar los procesos. Los que estamos en este apasionante rubro tenemos la chance de demostrar que aún queda mucho por descubrir, por avanzar. El Doc Emmett Brown de la recordada saga de “Volver al Futuro” dijo que el “futuro todavía no ha sido escrito, ni el de ninguno”. No desaprovechemos la posibilidad de escribir nosotros el futuro de la logística.