La inequidad no tiene fronteras. Los sueños de un niño tampoco (Entrevista con Almery Tessarolo*)

La construcción de un mundo mejor, no es una utopía desvanecida en décadas pasadas. Almery María Victoria Tessarolo es alumna de la Lic. en Relaciones Internacionales de la Sede Rosario y abreva en los sueños de una sociedad más justa, con un trabajo desinteresado que extiende una mano abierta al necesitado. ¿Podrías contarnos tu reciente experiencia en el voluntariado en Costa Rica? El voluntariado, que se desarrolla en el área de Puerto Viejo y Cahuita, en el sudeste de Costa Rica, se enfoca en el mejoramiento de las zonas afectadas por los huracanes en el Caribe. Fue una experiencia muy enriquecedora en todo nivel. Es algo que no se puede describir, sino que se vive. A través de las actividades, los grupos de apoyo y solidaridad que se unen a las causas que se plantean, se forma un gran equipo con un objetivo común: contribuir a mejorar la calidad de vida de aquellas personas que por diversas razones se encuentran en condiciones de urgencia y necesidad. En mi caso ya he estado comprometida con iniciativas similares, pero he visto cómo sensibilizan personas que nunca habían imaginado que existían condiciones de inequidad tan marcadas. Creo que hay un antes y un después de una realidad tan fuerte. Estos proyectos de voluntariado te dan la posibilidad de ponerte en los zapatos del otro e intentar comprender que la realidad que vivís puede ser radicalmente distinta a la de otras personas y el hecho de alcanzar ese estado de conciencia te hace crecer mucho como individuo. ¿A través de qué organismos participaste de esta vivencia? Son varias las organizaciones que trabajaron en conjunto en este proyecto. En primera instancia, a través de la página www.idealist.org que es una base de datos de voluntariados mundiales respaldada por organismos internacionales “como la ONU por ejemplo“ y fundaciones de cooperación internacional. También estuvieron involucradas Volunteer Abroad, Global Creek y Volunteer Costa Rica. ¿Cuáles fueron las actividades de campo que realizaste a través del voluntariado? Fueron diversas, debido a la magnitud de la problemática hicimos distintos trabajos de reconstrucción de viviendas, escuelas y centros de salud, colectas, limpiezas de playas y concientización social. Fue muy interesante ver cómo la gente local está acostumbrada a recibir ayuda extranjera, abriendo sus puertas para brindarnos su apoyo a la causa: desde una taza de café o compartir el lugar durante el tiempo de trabajo. ¿Con qué realidad te encontraste en Costa Rica? ¿Qué diferencias y qué similitudes encontraste con Argentina? La inequidad no tiene fronteras. Los sueños de un niño tampoco. La falta de educación y trabajo dignos genera las mismas dificultades en todos los pueblos. Es un problema ético lo que está implícito en la cuestión del desarrollo, la responsabilidad es de todo el planeta. Sí puedo asegurarte que la concientización respecto a la preservación del medio ambiente y un mejor futuro para el planeta en general, se ve mucho más alentado en Costa Rica que en Argentina. ¿Cómo surge tu inquietud por participar en iniciativas de este tipo? Desde que finalicé el secundario me encuentro involucrada con diversas organizaciones no gubernamentales en el exterior, como es Amnistía Internacional en Dublín, Irlanda; y El Fogón de las Culturas en Málaga, España. Considero que los voluntariados y organizaciones no gubernamentales son, para los jóvenes, la mejor herramienta para enfrentarse a la realidad social que nos aqueja y a su vez poder trabajar de manera activa para mejorar como sociedad, desde el lugar que nos toca. De momento, me encuentro organizando “en conjunto con la sede de Buenos Aires“ la creación de una filial de Amnistía Internacional en Rosario, cuyo objetivo principal estaría orientado a informar y concientizar a la sociedad de las problemáticas que aquejan a nuestra aldea global en relación a los derechos humanos. ¿Cuál es tu experiencia en la Universidad luego de 3 años de cursado? Muy positiva, la universidad nos da las herramientas necesarias para poder entender con mayor profundidad lo que sucede a nuestro alrededor, y creo que el hecho de poder aplicarlas, comprometerse con la realidad sobre la que reflexionamos ni bien las incorporamos, es el mejor método de aprendizaje. *Alumna de la Lic. en Relaciones Internacionales de la Sede Rosario.