Coronavirus y cuarentena obligatoria: cómo la enfermedad obligó a cambiar costumbres argentinas

Por Gerardo Laube*

 

La pandemia de coronavirus (SARS-CoV-2) obligó al grueso de los gobiernos mundiales a tomar medidas extremas para frenar el avance de contagiados por COVID-19. Nuestro país  no fue la excepción y los argentinos estamos en cuarentena obligatoria con restricción de la circulación libre desde hace 45 días.

Familieros, apasionados y en permanente contacto, nos vimos en la difícil tarea de resignar lo que nos gusta: juntarnos y compartir. Y esto solamente me refiero en lo que respecta a una medida macro, pero también nos vemos afectados puertas para adentro.

Porque no solamente por la cuarentena obligatoria impuesta se sufre, sino porque para evitar el contagio del coronavirus debimos cambiar hábitos diarios que implican educación para la  salud.

El mate, por ejemplo, la infusión nacional, perdió gran parte de su gracia: tomarlo en ronda de a varios. Como medida de prevención, el efecto “boca a boca” en la bombilla es considerado un factor que hay que considerar de riesgo. Como se recomienda que no haya contacto estrecho entre las personas, el mate podría ser un transmisor de patógenos respiratorios con un elevado poder de contagio.

Evitar compartirlo se convirtió en un desafío y lo mismo ocurre con los abrazos o los saludos con besos: se debe prescindir de ellos durante varias  semanas y, en el peor de los escenarios, incluso meses más, durante los cuales el distanciamiento social  es una de las conductas que se debe adoptar como hábito.

Una encuesta de UAI en mil hogares sacó a la luz que hubo un fuerte cambio de hábito en lavarse las manos y también en utilizar el pliegue del codo a la hora de estrornudar. Pero compartir el mate aún es una costumbre muy arraigada: el 59% cambió, pero el 41% aún no.

La población debe estar alerta y consultar ante todo cuadro respiratorio lo más temprano posible, así como también debe evitar la automedicación. Ante todo caso sospechoso, y particularmente frente a la presencia de cuadros febriles, se impone la consulta médica.

Recientemente el Ministerio de Salud ha desarrollado una aplicación para la autodeterminación de signos y síntomas, así como de factores de riesgo, que determinen la necesidad de la consulta médica.

En medicina no se puede hacer futurología, por lo que no debemos apresurarnos en pensar en una cura, ya que puede demorar tiempo. Y frente a un enemigo invisible que puede estar en todas partes o ninguna, lo importante no es el pánico, que tiene efectos perjudiciales, sino estar precavido con información clara y objetiva, que sólo puede ser brindada por las autoridades sanitarias.

Los mensajes se actualizan permanentemente en función de los acontecimientos que se van desarrollando y por eso la función de los medios de comunicación es primordial para evitar que se  difundan noticias falsas y tendenciosas que, lamentablemente, incrementan muchas veces un temor innecesario. Son tiempos en los  que tener paciencia, cuidarse y  seguir los consejos de las autoridades sanitarias es  fundamental para que esta pandemia, lo más rápido que podamos, sea sólo un mal recuerdo.

 

* El Dr. Gerardo Laube, es infectólogo, pediatra y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Abierta Interamericana (UAI).