Día Mundial contra la Hepatitis 2021

Por el Dr. Gerardo Laube, infectólogo y docente de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UAI.

El 28 de julio de cada año se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis para concienciar sobre las hepatitis víricas, que inflaman el hígado y provocan diversas enfermedades graves, entre ellas el carcinoma hepatocelular.

Se considera bajo el nombre de hepatitis a una serie de procesos que involucran el compromiso del hígado y que son de causas muy diferentes, no sólo infecciosas y entre ellas de producidas por virus, pero también bacterias y parásitos, sino también las tóxicas e inmunológicas.

El hecho de tener un Día de la Hepatitis es marcar la importancia que esta afección tiene, particularmente en los relacionada con sus principales causas, específicamente las virales, del tipo de la A, B y C, las dos primeras porque pueden ser adecuadamente prevenidas mediante vacunas de alta efectividad, sino también la hepatitis C, para la que en la actualidad existe un tratamiento efectivo.

Las hepatitis virales más preocupantes siempre han sido las producidas por los virus A y B. La hepatitis A por la posibilidad de desencadenar brotes epidémicos y en algunos casos insuficiencia hepática fulminante, y la hepatitis B por su probabilidad de evolucionar a la cronicidad y la eventual progresión al cáncer de hígado y a la cirrosis hepática. El virus de la hepatitis B es el de mayor contagiosidad, lo que explica los millones de individuos afectados que existen a nivel mundial.

En nuestro país las vacunas para la hepatitis A y B se encuentran en el Calendario Nacional. La vacuna para la hepatitis A fue incorporada en el Calendario Nacional en agosto de 2005 con una dosis a aplicarse a los 12 meses de vida. En el marco de prevención de la enfermedad para aquellos viajeros a zonas donde la enfermedad existe en forma predominante se aconseja su aplicación con un esquema de 0-6 meses.

La vacuna para la hepatitis B también es obligatoria y universal para toda la población desde el año 2014. La misma se aplica a los Recién Nacidos en el momento, del nacimiento con dosis de refuerzo a los 2, 4 y 6 meses de edad. En el caso de los adultos la vacuna tiene un esquema de 0, 1 y 6 meses.

Las medidas de tratamiento de las hepatitis variarán de acuerdo con la causa que la provoca, por lo que es indispensable un diagnóstico que sea el correcto para poder evaluar el tratamiento que sea el adecuado para cada situación.

La posibilidad de erradicación de las hepatitis dependerá de la causa que la origina, pero es indudable que la vacunación universal para las hepatitis A y B tendrán un alto impacto en lo referente a su control efectivo, pero en el caso de la hepatitis una de las principales medidas están asociadas con una adecuada provisión de agua potable así como un correcto saneamiento ambiental que incluya el manejo de las excretas a través de la existencia de cloacas.

Por este motivo es muy importante la consulta temprana ante cualquier síntoma sugestivo de enfermedad del hígado, como la presencia de ictericia, decaimiento importante acompañado de vómitos y cambios en la coloración de la orina y de la materia fecal, dolor a nivel del hipocondrio derecho e incluso el estudio mediante un hepatograma que podrá indicar la existencia de algún proceso inflamatorio que todavía en esa etapa de la afección no presenta síntomas significativos. Como en todas las enfermedades un diagnóstico temprano permitirá un manejo adecuado de acuerdo con la causa desencadenante de la enfermedad.