Día Mundial del Parkinson

En 1997 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 11 de abril como el Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson. Este día fue elegido para conmemorar el nacimiento del Dr. James Parkinson quién sufrió los síntomas y describió la enfermedad por primera vez en el año 1817.

Es una enfermedad neurodegenerativa y, a medida que avanza el tiempo, va destruyendo las neuronas dopaminérgicas, encargadas de transmitir la dopamina, un químico cerebral necesario para el movimiento muscular y el control del sistema nervioso central. Algunas consecuencias pueden ser dificultad al caminar, hablar, escribir y tragar.

Según la OMS una de cada 100 personas mayores de 60 años padece la enfermedad. Actualmente, hay unas 6.3 millones con Parkinson en el mundo y en nuestro país la suma llega a 80 mil. Se prevé que para 2030 llegarán a ser más de 12 millones.

"Los datos para los factores de riesgo asociados con la enfermedad son contradictorios, pero los hombres tiene mayor riesgo que las mujeres así como la edad avanzada y los antecedentes familiares se asocian con mayor riesgo", afirmó la Dr. Natalia Bohorquez, quien trabaja en el Hospital Universitario de la UAI como neuróloga.

Un diagnóstico precoz es fundamental para retrasar los avances de este mal. Algunos síntomas pueden ser temblor, lentitud de movimientos, rigidez, y problemas de equilibrio y marcha.

La salud mental de la persona que padece Parkinson es la misma que la de una persona que no lo sufre, salvo porque la persona que tiene la enfermedad está pasando por un deterioro progresivo que, como se inicia a nivel motor, genera muchísima frustración y predispone a la aparición de ansiedad y depresión.

Progresivamente cuando la enfermedad avanza empieza a haber un enlentecimiento cognitivo que empeora la salud mental, más que nada el funcionamiento de la persona, pero que paralelamente disminuye la capacidad de comprender lo que le está pasando. A raíz de eso, va generándose un efecto paradójico donde la persona tiene menos noción de lo que está sufriendo”, dijo Mariano Scandar, titular de la cátedra de Neuropsicología de la Universidad Abierta Interamericana.

La depresión es muy frecuente en el Parkinson pero no es nunca la causa, sino lo que viene después. En algunos casos, las depresiones severas generan lo que se llama pseudo demencia”, agregó

Aunque aún no hay cura para esta enfermedad, si hay tratamientos para controlar los síntomas. Sin embargo, la psicología ayuda bastante. “A nivel psicológico se utiliza mucho la estimulación cognitiva y la ejercitación como una manera de mantener activo lo más posible al sistema nervioso. Otro gran aporte de este rubro es el trabajo con las familias, ya que va favoreciendo una comprensión por parte de ella sobre lo que le sucede a la persona con Parkinson y va permitiendo un mejor trabajo en los cuidados”, finalizó Scandar.