Pandemia y hábitos alimentarios

Por Daniela Pascualini*

El día del nutricionista se celebra en toda Latinoamérica cada 11 de agosto, conmemorando el nacimiento del Dr. Pedro Escudero, médico argentino, pionero de la nutrición. En este contexto pandémico, la nutrición revaloriza su rol como pilar de la salud y pone de relieve la importancia de una dieta equilibrada para mejorar la calidad de vida.

Luego de un año y medio de pandemia, vemos cómo nuestros hábitos alimentarios se han ido transformando, impactando en todos los aspectos de la vida cotidiana. En el primer trimestre de 2021, la revista científica DIAETA publicada por la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas de la República Argentina dio a conocer un estudio sobre “Los efectos de la cuarentena por coronavirus (Covid -19) en los hábitos alimentarios en Argentina”

DIAETA recoge un estudio observacional, exploratorio, y de corte transversal, donde se realizó un cuestionario virtual a dos grupos, integrados por mayores de 18 años, divididos entre consumidores de carne y aquellos que son vegetarianos. De esta forma se pudo evaluar enfermedades preexistentes, estado nutricional y consumo del grupo de alimentos. En cuanto a las enfermedades preexistentes, dentro del grupo que consumía carne, el 67% de las personas no tenían patologías previas, un 10% sufría de hipertensión y otro 10%, aproximadamente, de dislipidemia (hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia). En tanto, dentro del grupo vegetariano, casi el 80% no poseía patologías previas y revelaron números significativamente menores en hipercolesterolemia e hipertrigleceridemia respectivamente (3 y 2 % respectivamente), con solo un 2% de personas con hipertensión arterial.

A través de los datos de peso y talla referidos por los participantes, se determinó que el IMC (Índice de Masa Corporal) de la población vegetariana era normal en el 68% de los casos, con un 17% sobrepeso y un 9% de bajo peso. A su vez, entre quienes consumen carne, el estado nutricional mostró normalidad en el 55%, sobrepeso en un 27%, y un 10% de obesidad grado 1.

Durante el período de aislamiento, la mitad de los encuestados, en ambos grupos, manifestó haber aumentado la ingesta de comida casera (panificados o preparaciones hipercalóricas, carentes de fibras, vitaminas y minerales), mientras que solamente el 2% aseguró que hizo lo propio con el uso del delivery. Asimismo, se observa un incremento, transversal, de grupos de alimentos no aconsejados como azúcares golosinas, grasas, harinas y alcohol, con una sensible disminución en lo que refiere a frutas y verduras. Además, dentro los vegetarianos se advierte un bajo consumo de suplementos B 12, necesario para el correcto funcionamiento del sistema nervioso.

Es también común a los dos grupos de estudio, la reducción del tiempo dedicado a la actividad física y un correlativo crecimiento en la ingesta de alimentos ya sea por ansiedad, enojo o aburrimiento, debido a las medidas de encierro impuestas como forma de prevenir la transmisión del Covid-19.

Si bien no existe un tratamiento nutricional para esta enfermedad, se entiende que comer frutas y verduras es fundamental para el fortalecimiento del sistema inmune. Por lo tanto, en estas circunstancias el bajo consumo de minerales, vitaminas, y frutas, combinado con los efectos de una vida sedentaria, deben ser considerador urgentemente, ya que las consecuencias de la pandemia no solo han sido sobre el aspecto nutricional, sino también sobre lo psicológico y lo emocional.

En nuestro país el costo de los alimentos es cada vez más elevado y es fundamental para aumentar la capacidad inmune de un individuo, observar la implementación de políticas que faciliten su acceso, además de promover activamente una educación nutricional básica, como forma de prevención, y cuidado de la salud.

En el futuro, observaremos cuadros de déficit nutricional, exceso de peso y varias patologías derivadas del encierro. Por lo tanto, completada la vacunación, se debe abordar esta problemática con el fin de que la población pueda acceder a una alimentación nutricionalmente correcta, y a un sistema de salud que respondan a las contingencias que se van generando.

* Directora de la Licenciatura en Nutrición. Especialista en Tecnología de Los Alimentos