Musicoterapia, una forma de pensar en salud

Nota de opinión de la Lic. en Musicoterapia, Josefina Torregrosa.

Cada 23 de Julio se celebra en Argentina el día de la Musicoterapia y lxs Musicoterapeutas, conmemorando que la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires en el año 1966 realizó el acto de fundación de la Asociación Argentina de Musicoterapia (ASAM). Dicha organización fue pionera y propulsora de la primera carrera de grado de Musicoterapia en Latinoamérica.

Por otro lado, este año, también estamos celebrando el 25° aniversario de la Carrera de Musicoterapia en la Universidad Abierta Interamericana en la sede regional Rosario. Lugar donde realicé mis estudios de Licenciatura en Musicoterapia y donde llevo a cabo actividades como auxiliar docente.

 Habiendo contextualizado brevemente el presente de la profesión en nuestra universidad y mencionado que la Musicoterapia lleva varios años transitando el ejercicio profesional en nuestro país, vamos a adentrarnos ahora en un relato sobre dicha profesión. Este relato escapa de todo intento por develar una verdad, solo es una visión respecto de la Musicoterapia, habiendo transitado la formación y siendo profesional de la misma.

 Hablar sobre Musicoterapia, no es sólo hablar sobre una profesión del área de la salud, es hablar de un posicionamiento ético hacia lxs sujetxs que transitan los espacios de Musicoterapia, hacia el sistema de salud, la interdisciplina, la cultura, los vínculos, el arte, el devenir…

Tal vez lo más significativo de nuestra profesión es la deriva del pensamiento binario hacia el pensamiento complejo, tercerizado, donde todo lo establecido puede mutar y volverse potencia, donde compartimos vivencia con lxs sujetxs en el territorio de la improvisación libre, deconstruyendo-construyendo instancias de salud. Desde esta práctica realizamos un movimiento ético y estético mediante el cual nos desplazamos del instruir a lxs sujetxs a construir con ellxs.

La Musicoterapia es una práctica ética que vincula el Arte con la Salud, centralizando su mirada en los discursos sonoro-corporales producidos por lxs sujetxs. Desde esta práctica no se observa sólo el mapa que éstxs traen, sino que también sus procedimientos, operaciones de organización y relación, sus cómo producen, es decir cómo existe en ese mapa.

El arte da la posibilidad de pensarnos en esa vivencia, de actualizarnos y devenir, de modificar y potenciar aquello que traemos. Es así que lo terapéutico en la Musicoterapia actuará produciendo multiplicidad y libertad allí donde el sentido estaba clausurado, donde no había alternativas.

Habiendo dicho lo anterior  y teniendo en cuenta la importancia de la ética de lxs profesionales en el ejercicio de la profesión, vale aclarar que quiénes pueden hacer uso de la música con fines terapéuticos, sólo son lxs Licenciadxs en Musicoterapia y/o musicoterapeutas con títulos expedidos por universidades nacionales, provinciales, de gestión estatal o privada, debidamente acreditadas; y/o universidades extranjeras con título revalidado en el país. Establecido por la Ley nacional 27.153 de ejercicio profesional de la Musicoterapia.

Creo que la Musicoterapia es de suma importancia dentro de los equipos de salud, ya que aporta una visión de manera integral, posibilitando y celebrando el devenir como criterio de salud. Vemos hoy en día, bajo este contexto sanitario, que la salud no tiene sólo que ver con un bienestar físico, sino que dicho concepto es mucho más amplio. Por este motivo acompañamos desde la profesión a que las personas puedan construir desde sus contextos instancias de salud, deviniendo en el territorio de la clínica musicoterapéutica, ampliando sus potencialidades para que luego puedan ser trasladadas a otros ámbitos de la vida. Dejo abierta la invitación a que se acerquen a dicha profesión, para que sigamos construyendo vivencia y pensamiento, y  por qué no, salud.