“Los sueños siempre se cumplen”

Por Lara Tamaño Baccile*

En julio de 2019, transitando el tercer año de la Licenciatura en Hotelería, surgió una oportunidad que me cambió la vida. Me enteré a través de Analía Brarda (Directora de la Licenciatura en Turismo y la Licenciatura en Hotelería de la Sede Rosario) de la posibilidad de ir a trabajar a España realizando prácticas en Recepción de un hotel, por lo que comencé a investigar ya que era algo que tenía muchas ganas de hacer.

Desde que ingresé en UAI en 2017, para realizar esta carrera que tanto amo, siempre supe que sería un 50% teoría y el otro 50% práctica, principalmente en la Hotelería que requiere tanta pasión como conocimiento. Mi experiencia la realicé en Lanzarote, Islas Canarias, España. Fui con un contrato de 4 meses en un hotel 5 estrellas. Llegué en diciembre y comencé a trabajar en  Recepción, donde aprendí más de lo que esperaba, tanto en lo profesional como en lo humano.

Conocí personas increíbles y viví momentos memorables que me reforzaron, aún más, cuanto amo esta profesión. Debido al COVID-19 me quedé unos meses más allí realizando la cuarentena y principalmente por las fronteras cerradas. Gracias a la modalidad online pude cursar las materias del primer cuatrimestre, y al tiempo regresar a Argentina. Ya antes de culminar el contrato, sabía que había sido una experiencia inolvidable, y aún más lo fue, con la llegada repentina de una pandemia, que nos hizo reflexionar a todos, modificar y valorar otras cosas más allá de lo laboral. Las vivencias lejos de casa y de los seres queridos, afrontar situaciones nuevas, cambian la perspectiva completamente.

Actualmente estoy realizando las materias del segundo cuatrimestre y trabajando ya en la Tesis. Puedo decir que este viaje fue un antes y un después, me abrió los ojos para ver tantas cosas que generalmente en el aula son difíciles de comprender. Me acordé constantemente de profesores que me enseñaron tanto, y eso me sirvió para el trabajo siendo una satisfacción enorme poder llevar a la realidad los conocimientos de 3 años de estudios. Para quien tenga la oportunidad, pasada esta situación mundial, recomiendo que tomen el riesgo, afrontar algo que está fuera de la zona de confort, ya sea un viaje, un trabajo, o una experiencia. Y principalmente, poder realizarlo antes de terminar la carrera, ya que determina si verdaderamente estamos en el camino adecuado.

Estoy agradecida de haber podido trabajar en un lugar tan hermoso que me enriqueció la vista y el alma, tanto por su paisaje como por su cultura, y en un hotel con compañeros que hoy son mi familia, en una isla que puedo llamar “hogar”. Actualmente reafirmo mi decisión de cursar esta carrera que comenzó como un sueño allá por 2017 y hoy a pasos de convertirse en realidad sólo puedo sentirme feliz y agradecida. Siempre concebí la hotelería como mi vocación y aunque el camino no fue fácil, siempre supe que lo importante es acordarte diariamente por qué iniciamos, por qué luchamos y por qué abrimos los ojos cada día.

La hotelería es una carrera inexplicable, donde lo principal es el amor por el servicio, la vocación de estar disponible para el otro. Yo creo que es algo que no se puede poner en palabras. La hospitalidad es algo que se siente inmediatamente y es, básicamente, recibir y hacer sentir como en su hogar a un desconocido. Aún me queda mucho por aprender y recorrer, pero creo que el camino universitario que he tenido ha sido más que fructífero y enriquecedor. Mi especial agradecimiento a la UAI, y a profesores que nunca olvidaré: Marcelo Sulichin, Giselle Delannoy, Ricardo Gallo y al equipo directivo, así como los bedeles que siempre han estado allí para ayudarme. Particularmente, agradecer a Alejandra Pasquet (Delegada Superior Regional), quien me apoyó desde un principio a realizar este viaje. 

Mientras escribía este artículo volvieron a mi memoria tantos momentos que pasé en la

Universidad y aún recuerdo el primer día que ingresé. Con muchos miedos, incertidumbre, y expectativa también. Si hoy pudiera mirar atrás y decirle algo a esa Lara de 17 años, le recomendaría: “Hacelo y confiá. Aunque el camino es duro, los sueños siempre se cumplen”. 

*Alumna de la Licenciatura en Hotelería - Sede Rosario