Sevilla, una ciudad mágica

*Suyai Leiva


Soy de San Pedro, provincia de Buenos Aires, y a los 18 años me trasladé a la ciudad de Rosario para comenzar un nuevo trayecto de formación hacia mi futuro profesional. Apasionada por los viajes, me gusta conocer nuevas culturas y lanzarme a nuevas experiencias.

En 2019 decidí emprender una aventura. Para ello me postulé en una beca de intercambio y a mitad de año me llegó la gran noticia que había sido una de las personas seleccionadas, debido a mi promedio académico. A la par de esta novedad, estaba trabajando y realizando una pasantía en el Departamento de Informes de la UAI.

Conocida la noticia, comencé a disfrutar del viaje. Tuve que organizar las materias, fechas y elegir la Facultad, entre otras cuestiones. Mi elección me llevó al Campus Universitario de la Cámara de Comercio de Sevilla EUSA, un centro adscripto a la Universidad de Sevilla que imparte titulaciones oficiales de grado.

A fin de año obtuve el título de Técnica en Turismo, y luego emprendí vuelo hacia el destino elegido. Sevilla es una ciudad increíble, mágica e inigualable. Tiene una alegría, y un espíritu completamente viviente. Es rica en patrimonio, historia y cultura lo que la hacen sumamente turística. La amabilidad y simpatía de su gente, entre tantas otras cosas, hicieron que reafirmara mi elección de destino.

En febrero comencé el semestre académico en EUSA, un centro que desde el primer momento se ha mostrado muy comprometido con todos los estudiantes internacionales, organizando paseos, reuniones, almuerzos, y debo destacar que siempre me he sentido muy a gusto con ellos. Estos eventos, y otros tantos, hicieron que conozca personas maravillosas y esa es, a mí parecer, una de las cosas más hermosas de los viajes.

Hacer amigos por todo el mundo, hablar en otro idioma, conocer diversas culturas, ampliar tus perspectivas. Vas dejando un poco de vos y trayendo una parte de ellos, intercambiás pensamientos y compartís emociones, es sin dudas algo a lo que yo definiría como mágico.

A comienzos de marzo se definió la situación de emergencia por la pandemia a nivel mundial y se declaró la cuarentena obligatoria. Las fronteras comenzaron a cerrarse y los vuelos se cancelaron. La Facultad prosiguió de forma online y debo destacar que todo se resolvió de una manera muy eficaz ante tan repentina situación. Como el resto del mundo tuve que adaptarme a la imprevista realidad.

Esta nueva etapa que empezaba se caracterizaba por una gran incertidumbre pero, si bien estaba a unos cuantos miles de kilómetros de distancia, desde el principio conté con el apoyo incondicional de familia, amigos, profesores y tantas otras personas, que se mostraron muy empáticos y sensibilizados ante la situación.

Luego de un largo camino regresé a la Argentina en uno de los vuelos sanitarios especiales, feliz de haber podido cumplir mi objetivo, de aprobar las materias cursadas, y mucho más. Esta experiencia desarrollada en un contexto tan sorprendente y atípico, sin dudas no es una más en mi vida, dejó marcado en mí un gran crecimiento, tanto académico como personal. No me arrepiento para nada de todo lo que me ha tocado atravesar, y hoy puedo decir que hasta agradezco haber vivido todo eso. Cada momento me ha dejado algo por aprender.

Agradezco a la Universidad por la oportunidad que nos brindan a los estudiantes de poder realizar este tipo de intercambios. Son un gran motor para el aprendizaje a nivel cultural, y por supuesto académico. Ojalá que cada vez sean más los que se animen a vivir este tipo de experiencias.

*Alumna de la Licenciatura en Turismo - Sede Rosario.