La Ciencia Política como instrumento

En la homilía del 6 de Julio de este año, el Papa Francisco en una misa dedicada a los migrantes, hizo clara referencia a la importancia de la política para resolver conflictos humanos. Esta fue la homilía que debatimos en la Cátedra Francisco este mes y donde rescatamos el siguiente fragmento de la misma: “Una política justa es la que se pone al servicio de la persona, de todas las personas afectadas; que prevé soluciones adecuadas para garantizar la seguridad, el respeto de los derechos y de la dignidad de todos; que sabe mirar al bien del propio país teniendo en cuenta el de los demás países, en un mundo cada vez más interconectado. Es este mundo al que miran los jóvenes”.

Y esto nos remite directamente al pensamiento del Dr. De Vincenzi cuando en su libro “Hacia una reingeniería de la vida”, sostiene que la ciencia política debe ser un instrumento. Allí afirma que los dirigentes “deben ser capaces de manejar la cosa pública obteniendo el mayor y mejor beneficio para el conjunto de los ciudadanos (…) el rol del Estado es procurar, preservar y aumentar el bien común, para propiciar de esta suerte las condiciones de posibilidad que exigen la libertad y la felicidad individuales. El Estado tiene un rol decisivo en la vida de todos y cada uno de los ciudadanos, pues de su éxito depende el escenario en que las posibilidades de concretar la felicidad se vuelvan efectivas”.

No debemos perder de vista que la política debe estar siempre al servicio de las personas y nunca al revés.