Laudato Si: Revalorizar la política, sin perder la historia y la memoria

El Sumo Pontífice nos propone una “revalorización” de la política como hábito para solucionar los problemas globales, a partir de un compromiso colectivo, inclusivo, amplio, construido por todos, de manera participativa. Asimismo, como se remarca en varios trabajos elaborados por la Pastoral Social de la Ciudad de Buenos Aires a partir de Laudato Si, se destaca el valor que ocupa la historia como fundamento sólido para los procesos de unidad, y como “espacio de reserva”. Es en ese tipo de aspectos, centrales y profundos, en que debemos observar la tan reiterada “ecología integral” que promociona el Papa Francisco.

Como nos dice el Padre Accaputo, por ejemplo, la historia constituye un llamado a ubicarnos en una tradición viva, dinámica, abierta, donde se integran distintas mentalidades, ideologías, culturas que heredamos, permitiéndo otorgarle a la Nación su propio ser. Por ello, agregamos nosotros, apartarla y no reconocernos en ella diluye nuestras identidades y resquebraja los marcos referenciales desde los cuales observamos la realidad y el mundo.

No poseer este anclaje nos hace perder nuestra ubicación geo-cultural, dejándonos a la deriva de la oceánida de fuerzas, mensajes, lenguajes, sentidos, que la globalización emite, poniendo en crisis el sentido de pertenencia, lo que sumado a la crisis económica, ya pone en crisis el sentido de la vida. Al hablar del “nosotros”, en su origen, recorriendo y reconociendo los símbolos de nuestro pasado común, logramos partir de un colectivo en el que logramos un reconocimiento mutuo como sujetos de la política.

En cuanto al segundo punto, la ecología integral, inseparable de la noción de bien común, no refiere sólo a los aspectos “ecológicos- ambientales”, sino que es desde un punto de vista multidimensional que se piensa y reflexiona sobre el mundo, como ya lo venía desarrollando Francisco desde la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (2013), texto considerado por uno de los teólogos más importantes de la Argentina, Carlos Galli, como “el más significativo que ha escrito un papa en veinte siglos sobre Cristo, la Iglesia y los pobres”.

La mirada de Francisco es de una visión ecológica - integrada, tanto económica, social y cultural, como así también de la vida cotidiana y de la política. Es decir, que por un lado partiendo de una ecología económica, observa la necesidad de una economía sostenible, donde se cuestione el modelo que privilegia lo extractivo, y donde se promocione un proceso sostenido de inversión en los sectores estratégicos.

Asimismo, se complementa con una perspectiva social y cultural, donde se cuide nuestros vínculos, el tejido social de la comunidad, sin desatender su cultura y su pasado. Es en esta última dimensión, donde emerge la historicidad de la que hablábamos anteriormente, enmarcada en una “ecología cultural”, custodiando el patrimonio no sólo natural, también histórico, artístico y cultural de nuestra sociedad, que hoy se encuentra amenazado. Como así también, cuidando una ecología de la vida cotidiana, como decíamos, protegiendo los lugares comunes, desde los marcos visuales hasta los espacios urbanos, que acrecientan nuestro sentido de pertenencia.

Finalmente, y como corolario de estas propuestas, aparece la ecología política, rehabilitando el sentido amplio de “lo político”, como nudo central y actividad capital de la construcción y realización de una sociedad.

 

Dr. Fabián Lavallén Ranea.

Doctor en Ciencia Política (USAL). Lic. en Historia y Lic. En Relaciones Internacionales.

Especialista en Sociología de la Cultura.

Director de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UAI – Rosario).