• Publicado en: 2025

De la pasión al compromiso: La psicología como camino de crecimiento

“Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”, afirma la graduada de la carrera de Psicología, Paula Helman, citando una frase del psicólogo y psiquiatra suizo Carl Gustav Jung que la identifica en la práctica de su profesión.

La pasión por esta disciplina y la “fascinación por entender las emociones, los pensamientos y las conductas humanas”, la llevaron a transitar con éxito su formación superior y convertirse en uno de los mejores promedios de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la Sede Rosario, al punto de ser distinguida por la revista Punto Biz a través del premio Cuadro de Honor que, con el auspicio del Gobierno de Santa Fe, pondera a los mejores rendimientos académicos de las 18 universidades públicas y privadas con asiento en la Provincia.

“La psicología me parecía una ventana para acceder a comprender la naturaleza humana y sus emociones, para contribuir a la mejora de su calidad de vida de las personas, descubriendo entre ambos su potencial”, explica la licenciada Helman sobre la elección de la carrera universitaria y agrega: “Opté por la Universidad Abierta Interamericana (UAI) porque buscaba una institución con un enfoque integral, donde se combinase la formación académica con un acompañamiento humano y cercano. La UAI me ofreció esa combinación, además de la oportunidad de armonizar la teoría con su posterior práctica”.

El paso por esta Casa de estudios resultó “enriquecedora en todos los sentidos” para esta novel graduada. “La UAI no solo me brindó una sólida formación académica, sino que también me ayudó a crecer como persona. Me encontré con un ambiente cálido, lleno de desafíos que me impulsaron a dar siempre lo mejor de mí. Aprendí no sólo de los profesores sino de mis propios compañeros, creando vínculos que hoy considero importantes en mi vida”, reflexiona.

 

“La psicología puede transformar vidas”

La familia de Paula está compuesta por su esposo, dos hijas, sus padres y un hermano mayor. De todos ellos destaca el gran apoyo recibido, el interés demostrado y el estímulo a su propia motivación. En este transitar por la Licenciatura en Psicología, resalta la influencia de su madre quien ya había estudiado la carrera con gran pasión. “Creo que toda mi vida me preparé para esta maravillosa carrera con una vocación por aprender y ayudar a los demás”, sentencia.

 

- ¿Cuáles son aquellas herramientas en la formación recibida que a tu criterio representan un diferencial para el ejercicio profesional?

- Creo que el diferencial de la formación en la UAI radica en el equilibrio entre lo teórico y lo práctico. Aprendí a valorar la importancia de la escucha activa, el respeto por los tiempos de cada paciente y la capacidad de adaptarme a diferentes situaciones. En lo personal considero fundamental además de la formación académica, el recorrido de la propia terapia.

- Siendo uno de los promedios más altos de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas, ¿cómo lograste ese rendimiento académico y pudiste compatibilizarlo con la vida familiar?

- Siempre he creído en la disciplina, la pasión y el deseo como motores del aprendizaje. Me organicé, dedicando tiempo de calidad al estudio, pero también permitiéndome espacios para disfrutar de mi familia, amigos y actividades placenteras. Nunca vi el estudio como una carga, sino como una oportunidad de crecimiento y de alcanzar un anhelo personal. Además, tuve el apoyo constante y fundamental de mi entorno, mi propia terapia y sobre todo mi familia, lo que hizo que este camino fuera más llevadero. Este equilibrio entre el esfuerzo y el acompañamiento fue clave.

 

- ¿Cuáles fueron tus sensaciones al recibir el título?

- Fue un momento indescriptible. Sentí una mezcla de emociones, orgullo, alegría y también gratitud. En ese instante, recordé las noches de estudio, los nervios antes de los exámenes y las conversaciones con mi familia y amigos que me inspiraron a seguir adelante. Pensé en mi familia, en cómo me apoyaron y celebraron cada uno de mis logros como si fueran suyos. Fue un cierre simbólico de una etapa maravillosa y el inicio de otra llena de sueños y desafíos.

 

- Dentro de la psicología, ¿con qué corriente te sentís identificada?

- Me identifico con el psicoanálisis para el tratamiento no sólo de los trastornos, sino para que la persona pueda comprender sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, que puedan desarrollar un conocimiento propio y que, en definitiva, encuentren su deseo y tengan una vida más plena.

- En tu opinión, ¿Cuáles son las cualidades más salientes que debe tener un terapeuta y cómo ayuda a un paciente que acude al profesional?

- La cualidad más saliente de un terapeuta es sin dudas su propio estilo. Hay algunas características que no deberían faltar, la empatía y ser genuino. La capacidad de escuchar sin juzgar, de generar un espacio seguro donde el paciente se sienta comprendido, es fundamental. Además, considero que la humildad y el compromiso con el aprendizaje continuo son cualidades imprescindibles. El rol principal es el de acompañar, con todas estas características señaladas, brindando un espacio de escucha y respeto, trabajando juntos para descubrir o construir herramientas que le permitan tomar decisiones y avanzar hacia su propio bienestar.

En definitiva, un buen terapeuta nunca deja de aprender, tanto de sus pacientes como de la profesión misma. Como dice Carl G. Jung: “Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”.

 

- ¿Cuáles son tus expectativas ahora cómo profesional?

- Mis expectativas como graduada son poder ejercer mi profesión con ética y compromiso, y seguir formándome continuamente. Me gusta la psicoterapia con enfoque psicoanalítico, como también lo organizacional con el fin de contribuir a desarrollar habilidades de comunicación, gestión de equipos y toma de decisiones. Creo firmemente que la psicología puede transformar vidas y considero poder ser parte de ese cambio.