Competencias y el curriculum paralelo

Por Natalia Staszkiw. Licenciada y Profesora en Psicopedagogía egresada de la UAI.

Un proceso de búsqueda laboral es como una carrera de postas. Se pasa al siguiente trayecto siempre y cuando se reciba el testimonio, es decir que los selectores den el visto bueno para avanzar. En ese trayecto, se presenta el currículum vitae o detalle de vida laboral y se contestan un sinfín de preguntas, que muchas veces se centran en cuestiones técnicas como por ejemplo la versión de software que sabes usar.

Es aquí donde observo que muchos selectores dejan de preguntar por hobbies o deportes, que a mi manera de entender, nos dan la posibilidad de rastrear las competencias nodales que no solo va a permitir manejar tal o cual versión de un programa, como es en el ejemplo dado, sino adaptase a las versiones subsiguientes o demás avances tecnológicos. Es decir, entender las competencias no solo es conocer cuestiones técnicas y conocimientos teóricos, sino que tiene que ver con un conjunto de capacidades que integran conocimientos, acciones y pensamientos que permiten el desempeño satisfactorio.

Dichas capacidades no solo se adquieren teniendo una formación académica y experiencia laboral, sino que también las vamos construyendo con nuestras experiencias y actividades de disfrute, extra laborales o extra académicas. Por ejemplo, realizar actividades de diseño, pintura y /o dibujo ayudan al profesional a ser más decidido, perfeccionista, creativo y con mayor versatilidad, y estar más concentrados en las tareas laborales. Por su parte, las actividades deportivas nos aportan disciplina, trabajo en equipo, espíritu de lucha por un objetivo en común.

Dedicarnos a la lectura y la escritura nos acerca a conocimientos generando competencias expresivas, creativas y habilidades de comunicación como ser la persuasión. También nos permite tener mayor concentración, creatividad y ser resolutivos con los problemas. Aprender a tocar un instrumento o dedicarse a la música nos posibilita ser más disciplinados y poder estructurar acciones.

Por otro lado, el simple hecho de escuchar música ayuda a mejora la empatía, regular las emociones y ser mejores profesionales. Realizar viajes, conocer sitios nuevos nos proporciona alternativas, estar abierto a otros puntos de vista siendo receptivos, adaptarnos a nuevas situaciones sin tener miedo y abandonar nuestra zona de confort. Por último, con respecto a los juegos de mesa o de habilidades, además de desarrollar nuestra inteligencia, conseguiremos ganar competencias para diseñar y ejecutar estrategias, trabajar en equipo y además potenciar actitudes de liderazgo, disciplina y creatividad.

En mi caso personal mi hobbie es el baile, que me ha acompañado durante el trayecto de toda mi vida. Siempre fui amateur, por lo cual lo he desarrollado con mucho compromiso y esfuerzo de tiempo y económico, para no descuidar mis responsabilidades. Bailar me permitió adquirir desde muy chica ciertas competencias como organización, responsabilidad, compromiso, empatía, anticipación, disciplina.

Actualmente se cumplen 20 años del evento más importante en el cual participé como miembro del Ballet Ucraniano Provista: bailar en Ucrania. El recuerdo es tan vivido como si fuera hoy. Fue una experiencia inigualable por el hecho de subirme por primare vez a un avión, visitar la tierra de mis abuelos, bailar allí y conocer a los familiares, que mis abuelos no pudieron conocer. Llegar a ese viaje fue un camino y un crecimiento paralelo a mi carrera profesional.

Es por ello que sostengo, hoy más que nunca, que estas experiencias influyen en el desarrollo de las competencias que demanda el mercado laboral. Por lo cual, considero necesario empezar a cuestionarnos de que forma podemos conocer a las personas de manera integral y no quedarnos solo con las cuestiones técnicas del ser laboral y académico.