Gabriela Friendman, directora de la carrera de Diseño Gráfico, cuenta su experiencia como alumna en la Maestría en Tecnología Educativa
La Maestría en Tecnología Educativa de la Universidad Abierta Interamericana es una Maestría profesional que se vincula con el fortalecimiento y consolidación de competencias propias de una profesión o campo de aplicación profesional.
Esta carrera de posgrado intenta brindar a los profesionales de la educación herramientas en el uso más actual y avanzado de las tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Está orientada a los diversos niveles del sistema educativo, a las empresas de gestión pública o privada así como a otros ámbitos de la educación no formal, para posibilitar un desarrollo más integral de sus estudiantes y trabajadores.
Gabriela Friendman es la directora de la carrera de Diseño gráfico de la UAI y realizó esta maestría. Nos comunicamos con ella para que nos cuente un poco más sobre su reciente paso como alumna de la UAI.
Ya siendo directora de la UAI decidiste realizar una maestría en tecnología educativa ¿Por qué?
Es fundamental para todo profesional interesado en la educación perseguir la educación continua. Si bien en los tiempos que corren, la información es accesible para todos, la posibilidad de actualizarse en una institución de excelente calidad como la UAI, con docentes excelentes, recursos tecnológicos de última generación y estrategias pedagógicas comprobadas. En mi rol de directora de la Lic. en Diseño Gráfico, la tecnología educativa es indispensable para generar objetos de aprendizaje bien construidos que puedan dialogar con los estudiantes de una manera cautivante pero a la vez didáctica.
¿Consideras que una docente o una directora deben estar actualizandose constantemente en métodos de educación?
No sólo en metodología sino en nuevas maneras de acercarse a los jóvenes, cuyos intereses, lenguajes y maneras de abordar la profesión distan diametralmente de la forma en que veíamos el mundo los diseñadores formateados en un mundo mucho más analógico. La ubicuidad permite que nuestros estudiantes hiperconectados puedan continuar su formación en el aula extendida, entendiéndola como una ventana de oportunidad para aprender en todo momento y en todo lugar. Ingresar al aula virtual desde un cybercafé o viajar en subte revisando los apuntes que proveen los docentes en pantalla, es una realidad que no existía hace unos años y que bien aprovechada por los docentes genera un interesante plus. Revisitar nuestras viejas prácticas con el foco puesto en adquirir nuevas habilidades que nos acerquen a estas nuevas generaciones de prosumidores es condición sine qua non para lograr procesos de enseñanza-aprendizaje provechosos.
¿Crees que es necesario hacerse amigo de la tecnología en la educación? ¿Por qué?
La tecnología per se no es buena ni mala, todo depende de lo que hagamos con ella. Si el docente la toma como aliada para mejorar procesos, acortar tiempos cuando las producciones lo ameriten o hacer la educación más inclusiva bienvenida sea. El rol de docente como curador de contenidos, tutor y mediador implica también mostrar un camino en el que la tecnología educativa adquiere un rol preponderante pero no para ¨saltear etapas¨ por ejemplo plagiando mediante el uso de Chat GPT o apropiándose del frondoso material existente en las redes. Si este acompañamiento existe (tal como lo tuvimos quienes cursamos la Maestría en Tecnología Educativa en UAI), los estudiantes comprenden los beneficios e incorporan la tecnología en sus propias prácticas de manera natural.
A grandes rasgos ¿Qué es lo que se aprende en tecnología educativa? ¿Qué es lo que más te gustó de esa maestría?
Se aprende cómo sacarle el jugo a diversos artefactos, entornos y softwares que potencian el proceso de enseñanza aprendizaje, haciendo hincapié en las necesidades de cada maestrando (la población de la maestría es variopinta, hay docentes de nivel inicial, medio, superior, de posgrado e incluso profesionales que no se dedican a la docencia como principal actividad sino que desean incorporar recursos y estrategias para realizar capacitaciones a empresas o en diferentes ámbitos de la educación formal o informal. La asignatura que más me gustó fue ¨simuladores y videojuegos¨, ya había realizado varios cursos sobre esa fascinante temática y luego de haber terminado la maestría fui invitada a formar parte del claustro docente para dar esa misma asignatura. La posibilidad de motivar a los estudiantes (sin importar de qué nivel o institución provienen) utilizando las dinámicas del juego son infinitas. ¿Qué mejor manera de aprender que en un ambiente lúdico y distendido? Esto no limita la precisión o la seriedad de los contenidos trabajados, sino que fomenta la participación y evidencia la intencionalidad pedagógica.
¿Por qué elegiste estudiarla en UAI?
La posibilidad de estudiar en una institución de renombre (¡de la que formo parte hace 25 años!) con una oferta educativa en permanente actualización fue primordial. Si bien ya contaba en mi haber con una especialización en educación a distancia, la propuesta de la Maestría en Tecnología Educativa al momento de sopesar otras propuestas de posgrado en el mercado local hizo de la UAI la indiscutible ganadora.
¿Podes aplicar lo aprendido allí en tu día a día como directora? ¿Qué puertas te abre esta maestría?
Al terminar la maestría fui invitada por instituciones locales e internacionales a disertar sobre diversos temas ligados a la tecnología educativa (específicamente en el uso de gamificación en el aula universitaria). Por otra parte, la posibilidad de efectivizar el proyecto de formación de formadores en el claustro que lidero, organizando a los profesores mediante tutoriales y talleres al inicio de la pandemia, sirvió para incluir a tecnofóbicos y temerosos, logrando prácticas muy provechosas que redundaron propuestas áulicas de gran calidad.
¿Crees que todos los profesionales de la educación deberían tener algun conocimiento sobre lo aprendido en esta maestría? ¿Por qué?
La pandemia demostró la necesidad de estar al día con las Tic y la importancia de contar con recursos novedosos y aplicables muchas veces en ambientes hostiles o adversos. Aquellos docentes que estaban más abiertos al cambio, sortearon las dificultades mucho mejor que aquellos docentes envejecidos -no hablo de la edad y sino de las resistencias al cambio-. Luego de este oscuro período, muchas buenas prácticas se diluyeron pero otras se instalaron incorporando espacios sincrónicos que generan cursadas inclusivas y de comprobada calidad.
¿Qué cosas te llevas de la maestría además de lo aprendido?
Docentes excelentes, disparadores sobre temas que conocía de las prácticas cotidianas pero no había visto formalmente en ninguna de las carreras que cursé previamente, amigos virtuales, actualización disciplinar y un título de posgrado de gran validez.
¿Los temas que se aplican en esta Maestría pueden aplicarse en otro rubro más allá de la educación?
Si! Utilicé diversas técnicas vistas en varias materias para lograr diferentes objetivos profesionales que no estaban necesariamente ligados a la educación. Todo abona a una formación integral que permiten ensanchar las ideas del maestrando conociendo nuevos autores, poniendo en diálogo a los viejos conocidos con los nuevos, accediendo a diversas maneras de ver las cosas y disfrutando por un rato de no ser docente sino volver a ser aunque sea por un rato alumna, pero de nuevas y mejores maneras.
¿Qué le recomendas a alguien que esté por empezar esta maestría?
Que se prepare para una gran aventura. Las carreras online son geniales porque apuestan a un estudiante autogestivo, con ganas de adquirir nuevos conocimientos y dispuesto a tomar todo lo que esta ventana de oportunidad brinda para convertirse en un profesional vigente y multitasking.
¿Cuál es el perfil del egresado de esta Maestría?
El egresado de la MTE es un profesional versátil capaz de asesorar a instituciones y colegas en la mejor manera de abordar problemáticas relativas a la tecnología educativa. Desde cómo construir un LMS (learning management system), cómo crear objetos de aprendizaje, realizar tutoriales, gamificar materias o contenidos, armar espacios colaborativos, organizar y participar en diversas comunidades de práctica, generar y gestionar repositorios virtuales y nuevos y futuros requerimientos tecnopedagógicos que aún ni podemos imaginar en un mundo tan cambiante.