Virginia Milanesio es una verdadera embajadora de la
Universidad Abierta Interamericana. Médica egresada en 2004 de la Sede Rosario culminó recientemente su especialidad en Clínica Médica, tras cuatro años de arduos esfuerzos.
Me siento, me sentí y por siempre me sentiré orgullosa de ser egresada de la Universidad Abierta Interamericana, a la cual le debo parte del éxito que hoy celebro, ya que allí están las raíces de este árbol que comienza a dar frutos, afirma Virginia y destaca sin dudar: La gran calidad académica que encontré en mi Facultad, así como el apoyo y seguimiento que desde el primer año tiene el alumno de sus excelentes profesores.
Virginia, ¿cómo ha sido tu reciente experiencia en el Policlínico Bancario de Capital Federal?
Como todos los proyectos que se emprenden en la vida, uno se enfrenta con circunstancias buenas y malas, pero son las primeras las que deben dejar su marca.
En el caso de mi experiencia como ex residente de Clínica Médica en el Policlínico Bancario de Capital Federal, no fue fácil. Estar sola en una cuidad superpoblada, lejos de la familia, los amigos, con una carga horaria muy extensa, guardias ininterrumpidas e interminables, resignando estar presente en fiestas familiares y cumpleaños para velar por la salud de los pacientes. Hoy me atrevo a decir con convicción que es necesario atravesar todo esto para forjar al especialista, para esculpir desde el carácter hasta la forma en que uno se presentará ante el paciente y los colegas. Han sido cuatro años de aprendizaje constante y gran crecimiento, tanto a nivel personal como profesional.
- ¿Después de finalizar la residencia cuáles son tus planes a futuro?
- Desde hace algunas semanas inicié el Fellowship de Hepatología Clínica en la Unidad de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar de la Fundación Favaloro, donde se encuentran grandes maestros y referentes internacionales en la materia. Uno de los requisitos para poder ingresar en esta especialidad es poseer residencia completa en Clínica Médica.
- Has recorrido ya las aulas de diferentes centros formativos de prestigio, ¿cómo evaluás, a partir de ello, tu paso por la Universidad Abierta Interamericana?
- Lo mejor que pude haber hecho en 1999 fue elegir a la Facultad de Medicina de la Universidad Abierta Interamericana, Sede Rosario. Allí encontré calidad académica, grandes profesores y seres humanos a quienes les debo parte de este éxito. Durante mi paso por la residencia, fue notoria la diferencia con respecto a la formación en comparación con otros colegas, egresados de históricas universidades nacionales o renombradas privadas. Por eso siempre me sentiré orgullosa de ser embajadora de la UAI Rosario. Claro está que, el respaldo que nos otorga nuestra Facultad debe ser acompañado de sacrificio, voluntad y muchas horas de estudio.
- ¿Cuál ha sido la influencia de los docentes de la Universidad en este camino?
- Siempre supe que mi camino definitivo estaría en el área de la Gastroenterología. Pero muchos profesores, y especialmente uno de ellos, me aconsejaron sobre la importancia de la formación previa en Clínica Médica. Hoy agradezco tan sabias palabras.
Puedo decir, para orgullo mío y de los profesores, que la "calidad académica" que antes mencioné fue siempre superior a la de mis colegas.
En estos cuatro años nunca pude volver a la facultad, pero recuerdo a cada uno como si estuviese en primer año, allá por marzo del 99, con nombre y apellido completo y a qué materia pertenecía. Me considero una hija de la UAI Rosario, allí están enterradas las raíces del árbol que hoy comienza a dar sus frutos, sentencia Virginia que nos brinda a todos un verdadero testimonio de vida.
