Estudiar y competir es duro, pero estoy haciendo las dos cosas que más amo en la vida
Marcelo Crespi nació el 12 de diciembre de 1985 y ya desde muy chico sus padres lo incentivaron a hacer natación. Por eso, con sólo 3 años, comenzó a tomar clases y a los 6, ya entrenaba 4 veces a la semana. Con ese ritmo, no pasó mucho tiempo hasta que su profesor hablara con él para federarlo y que empezase a competir representando a su Club, Vélez Sarsfield.
A partir de ese momento, las cosas comenzaron a cambiar: el enteramiento pasó a ser de 6 días, y las distancias de nado se multiplicaron por 4 o 5. A los 9 años competí por primera vez en un torneo de federados donde obtuve el primer puesto y unos meses después logré clasificar para mi primer torneo Nacional que se hacia en Mar del Plata. Desde ahí en más, mi vida era ir al colegio, entrenar, entrenar y competir, comentó.
Marcelo continúo así hasta los 18 años, cuando por cuestiones económicas tuvo que comenzar a trabajar. Había terminado el secundario, estaba trabajando y seguí entrenando pero no como antes, y a los 19 tuve que parar. De todas maneras, comencé el curso de Guardavidas en la Cruz Roja y no pasó mucho tiempo hasta que me diera cuenta que la competencia era parte de mi vida, asegura. Y agregó que 2 años después, volvió a los entrenamientos, pero decidió sumar un nuevo desafio: estudiar una carrera universitaria. Y no cualquiera, sino una larga y compleja: Medicina.
Para hacerlo, eligió la Universidad Abierta Interamericana, por su prestigio y seriedad con la que planteaba sus programas de estudio. La verdad es que estoy muy orgulloso de estar estudiando y de formarme como médico en esta maravillosa institución.
Parecía que los tiempos no alcanzaban para hacer todo a la vez, pero a pesar de esto (y de tener que abandonar nuevamente por un tiempo), Marcelo logró continuar entrenando en cada momento libre que tenía, sin dejar de estudiar y trabajar. Cambió de Club y bajo la supervisión de su actual profesor, logró, en febrero 2012, clasificar para el Mundial de Aguas Abiertas y Salvamento Acuático que se realizará en noviembre.
A todo esto, en mayo recibí la enorme y alegre noticia de que la UAI me brindaba una beca por mérito deportivo para que yo pudiera seguir adelante con mi gran sueño de seguir compitiendo a nivel internacional, y así poder lograr con todos mis objetivos. Realmente es una ayuda importantísima para mi, y es una satisfacción enorme saber que una institución tan prestigiosa me esté ayudando, afirmó Crespi.
Actualmente Marcelo se encuentra entrenando arduamente, con varios objetivos para este año en aguas abiertas, y muchos torneos importantes para el año que viene. Si bien el estudiar y competir a ese nivel es un sacrificio muy grande, él tiene claro lo que lo mantiene concentrado en todo momento: lo que pienso siempre que estoy muy cansado y no tengo ganas de seguir, es que estoy realizando las dos cosas que más amo en la vida. Y que gracias a Dios soy una persona sana y con muchas ganas de vivir, y seguir mejorando día a día, concluyó.