• Publicado en: 2025

Día Internacional de la Convivencia en Paz.

Convivir en paz: un proceso necesario para el desarrollo sostenible.

La paz no debe entenderse únicamente como la ausencia de conflictos, sino como un proceso activo y necesario que implica aceptar las diferencias, fomentar el respeto mutuo y promover la cooperación entre las personas. Convivir en paz requiere la capacidad de escuchar, reconocer y valorar a los demás, así como el compromiso de vivir de forma unida y armoniosa. Se trata de un proceso dinámico, participativo y positivo que promueve el diálogo y la resolución de los desacuerdos desde una perspectiva de entendimiento y colaboración.

En reconocimiento a esta necesidad, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 72/130, proclamó el 16 de mayo como el Día Internacional de la Convivencia en Paz. Esta fecha representa un llamado global a eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia, subrayando el papel fundamental de la sociedad civil —incluidos el ámbito académico y las organizaciones de voluntariado— en el fomento del diálogo intercultural e interreligioso. Asimismo, se alienta la implementación de medidas concretas que movilicen a los distintos actores sociales a través de la capacitación, la creación de oportunidades y el establecimiento de marcos de cooperación eficaces.

Por su parte, la Declaración del Milenio y la resolución 70/1, adoptada el 25 de septiembre de 2015 bajo el título "Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible", reafirman la importancia de construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas. La Agenda 2030 establece con claridad que no puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible, destacando así la interdependencia entre ambos objetivos.

Inspirándose en los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y con el propósito de preservar a las generaciones futuras del sufrimiento que conlleva la guerra, la Asamblea General invita a los Estados Miembros a continuar promoviendo la reconciliación como vía hacia una paz duradera. Este esfuerzo requiere la participación activa de las comunidades, líderes religiosos y otros agentes relevantes, mediante iniciativas basadas en la compasión, el perdón, el servicio altruista y el compromiso con la justicia social.

Convivir en paz, por tanto, no es una meta aislada, sino un elemento esencial para el progreso de la humanidad y la construcción de un mundo más sostenible, equitativo y solidario.