El aporte de la UAI al debate urbanístico en Rosario

Rosario avanza en la discusión de una nueva normativa urbanística que podría transformar su paisaje edilicio. En el centro del debate, la tipología de torres de perímetro libre se presenta como una alternativa para revitalizar zonas clave de la ciudad como boulevard Rondeau, avenida San Martín, los barrios de Pichincha y Abasto, así como el área central, con el objetivo de mejorar la habitabilidad, la infraestructura verde y la eficiencia constructiva.

En la reunión de la Comisión de Planeamiento y Urbanismo del Concejo Municipal de Rosario, la Universidad Abierta Interamericana (UAI) emergió como un actor relevante gracias al aporte realizado, con una mirada académica y técnica, a partir de un workshop llevado adelante junto a la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV). Walter Hauss, representante de AEV y miembro de la comisión asesora del órgano legislativo, mencionó que la jornada reunió a estudiantes de 5° año de la carrera de Arquitectura, quienes trabajaron sobre casos reales de terrenos rosarinos para evaluar el impacto de la nueva normativa.

Los estudiantes fueron desafiados a aplicar la norma propuesta en espacios con distintas características: algunos ubicados en corredores urbanos, y otros en zonas de tejido bajo. La diversidad de ejemplos permitió comprender cómo la ubicación y dimensiones de los lotes condicionan la altura y el diseño de las torres.

La alumna María Emilia Zanandrea, participante del workshop, destacó que “la nueva normativa, en comparación con la vigente, aumenta considerablemente la superficie edificable, lo que permite incrementar la cantidad de unidades dentro de una misma edificación”. Además, valoró que “el perímetro libre mejora las condiciones de suelos absorbentes y genera espacio para potenciar la infraestructura verde de la ciudad”.

Hauss añadió que, a partir de este trabajo, se prevé una mejora en las condiciones de habitabilidad en cada una de las variantes. También, en la aparición de nuevos espacios verdes dentro de la ciudad a modo de pulmones para que transformen el hábitat urbano en más amigable de lo que es ahora. “La ordenanza abre el juego a una nueva tipología edilicia que en este momento está retraída, dándole mucha vitalidad a la ciudad”, concluyó.

 

Una reunión clave con múltiples voces

En esta sesión especial de la Comisión de Planeamiento, expusieron los representantes de organismos sectoriales que participan de la comisión asesora. La presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck, recalcó la importancia de conocer las opiniones de los distintos actores vinculados a la normativa, mientras que el presidente de la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción, Mariano Schor, expresó su apoyo al proyecto, citando un informe que evidencia una caída en los metros cuadrados construidos en la ciudad, algo que la nueva normativa permitiría revertir.

Desde una perspectiva ciudadana, Sergio Solomonoff, persona con discapacidad, pidió que “no solo estas torres, sino todas las construcciones estén adaptadas”, con baños accesibles y puertas de ancho adecuado. Mencionó que en Rosario hay entre 120.000 y 150.000 personas con discapacidad, y cada mes se suman entre 30 y 40 más.

El vicepresidente de la AEV, Ángel Seggiaro, también apoyó la propuesta calificándola como “una tipología más dentro del Código Urbano”. Destacó que el sector está en sus niveles de actividad más bajos y mencionó que, al ser proyectos más grandes, las expensas serían más bajas al construirse más departamentos. Criticó la falta de infraestructura y recordó acuerdos con Litoral Gas y el Banco Municipal para extender redes mediante fideicomisos.

La presidenta del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, Gabriela Ortíz Urbina, expresó su adhesión a la iniciativa, resaltando la importante demanda habitacional. La ponderó como una “ampliación proyectual” y pidió que se tome en cuenta el reclamo sobre accesibilidad. Por su parte, el presidente del Colegio de Arquitectura y Urbanismo, Distrito 2 Rosario, Ariel Giménez, indicó que esta tipología no es nueva y tiene antecedentes en la ciudad. Mencionó la posibilidad de edificios de planta baja más 9 o 10 pisos con espacios verdes comunes, tal como se observa en ciudades como París o Barcelona.

El subsecretario de Planeamiento municipal, Pablo Florio, valoró la participación de todas las entidades y aseguró que la propuesta es “una opción más para redensificar y repoblar zonas de la ciudad”. Sostuvo que se pueden lograr mejores edificios y unidades habitacionales. Aclaró que la altura máxima es de 72 metros, y que la cota de 120 metros sería excepcional, aplicable solo a 6 de los 402 lotes relevados por el municipio. Reiteró que “no en cualquier terreno se puede desarrollar cualquier altura” e hizo hincapié en la exigencia de infraestructura verde que impone la normativa.

 

La UAI como laboratorio urbano

El workshop realizado por la UAI no solo permitió analizar técnicamente la normativa, sino también generar propuestas concretas que podrían aplicarse en el futuro. La participación de los estudiantes fue reconocida por referentes del sector como una contribución valiosa al debate público. En palabras de Hauss, “el taller con estudiantes de la UAI demostró que esta tipología mejora las condiciones de habitabilidad y resalta la importancia de los espacios verdes en la ciudad”.

La experiencia llevada adelante por UAI y AEV, evidencia cómo la articulación entre academia, estado y sector privado puede enriquecer el debate y generar soluciones innovadoras. En un momento en que Rosario busca recuperar su dinamismo edilicio, la participación de instituciones educativas como la UAI resulta fundamental para construir una ciudad más habitable.