La historia de la dupla creativa que convirtió su idea en oro para Sedal

Hay historias que empiezan sin querer y otras que nacen de un encuentro preciso. La de Aylén Reimunto y Mariel Silveyra pertenece a la segunda: dos personalidades distintas que se encontraron en el lugar exacto donde sus mundos podían mezclarse, potenciarse y crear algo más grande. Ese lugar fue la Licenciatura en Publicidad de la Universidad Abierta Interamericana. El reconocimiento que obtuvieron corresponde al Effie College, una de las instancias formativas más prestigiosas dentro del ámbito académico de la comunicación y el marketing. Allí, estudiantes de distintas universidades del país trabajan con briefs reales de marcas líderes y presentan campañas evaluadas por profesionales destacados de la industria. En esta edición, la propuesta de Aylen Reimunto y Mariel Silveyra fue seleccionada como la mejor campaña para Sedal, lo que las posicionó entre los equipos más sobresalientes del certamen.

“Somos dos personalidades distintas que se encontraron en el lugar justo: la publicidad”, dicen ellas desde la primera respuesta, como si ya dieran pista de cómo funciona su dupla creativa. Aylén tiene experiencia en “música, deporte y moda”, siempre en movimiento, siempre probando. Mariel se destaca en “cine y  producción audiovisual”, más analítica, más de construir historias cuadro a cuadro. El primer día de clases se eligieron como dupla. No era casualidad: “Una idea, dos miradas, un mismo ritmo”, dicen. Y desde entonces nunca más se soltaron.

Cuando cuentan por qué eligieron estudiar Publicidad en la UAI, aparece un hilo común: buscaban una formación real, aplicable, con desafíos auténticos. “Elegimos la UAI porque acá se trabaja con marcas reales y desafíos posta”, sintetizan.

Para Aylén, la carrera significó unir todos sus mundos: “Antes me quedaba solo con lo estético, pero la carrera me hizo entender la estrategia detrás de cada decisión”. Para Mariel fue complementar su mirada audiovisual con herramientas sólidas: “Encontré el equilibrio: método, herramientas y profesores que te enseñan a pensar una campaña desde cero”. En palabras de ambas: “La UAI nos ordenó sin sacarnos la frescura. Nos dio estructura… y nos dejó crear a nuestra manera.”

Cuando se enteraron de que Sedal era uno de los briefs del concurso, no lo dudaron: “Ok, tenemos que estar ahí”, recuerdan entre risas. Con el acompañamiento de Marcela MosqueraDirectora de la Carrera Licenciatura en Publicidad, y el apoyo de los dicentes Flavio Porini, Marcelo Cabot, Ricardo Colombotto, Maximiliano Irrutia, Melina Perlongher encararon el proyecto con la energía de quienes saben que tienen algo para decir. “Desde el día uno nos sentimos súper acompañadas”, destacan. Y trabajar para Sedal fue, según ellas, “un placer”. Desde el brief se notaba la calidez y que realmente querían que juguemos, que propongamos. Sentimos que confiaron en nosotras y eso hizo que el proceso fuera fluido y muy nuestro.”

A veces la mejor idea no aparece en un momento épico, sino en un detalle. La chispa surgió de dos frases que quedaron haciendo ruido: Sedal pedía “llevar el producto a todos lados” y “sacarlo del baño”. Sumado a eso, una pregunta muy realista de cualquier presentación: “Si la presentación es para Sedal… ¿cómo voy a tener el pelo?”

Ese fue el insight: el ritual previo a un momento importante, mezclando ansiedad, tiempo y espejo… pero con una impronta 100% Gen Z. Ellas lo explican así: “Somos una generación que vive en playlists, moods y ritmos. Y ese mismo léxico nos dio el puente perfecto. Si Sedal quería hablarle a la Gen Z, tenía que hablar en su idioma.” El concepto cerró cuando lo juntaron todo: “Del ruido al ritmo. Sedal te da la nota.”

¿Pero qué hizo que su campaña destacara? Ellas no dudan: “La coherencia. Era una campaña 360 donde cada pieza respiraba el mismo concepto.” Pero no fue solo ejecución, también hubo estrategia, testeo y cultura real: “Pensamos desde el target. Nos metimos en cómo habla la Gen Z, en sus tiempos y en sus ritmos. Lo creativo estaba sostenido por una base estratégica firme.”

Ese equilibrio fue clave para el jurado. “Funcionamos como dupla porque primero somos amigas”, dicen sin vueltas. Una ordena, la otra ejecuta. Una baja, la otra prueba. Una duda, la otra sostiene. “Trabajamos sin ego, con confianza y con ritmo. Desde el día uno somos equipo.” Esa dinámica, aseguran, fue determinante para llegar al resultado final.

Hubo un momento crítico: descubrieron que el concepto que estaban trabajando se parecía a algo que Sedal había lanzado recientemente. “Nos miramos y dijimos: bueno… o estamos muy mal, o estamos muy cerca.” Decidieron creer en lo segundo. Ajustaron, afinaron y llevaron la idea a un territorio propio. El otro desafío fue el tiempo: “La campaña tenía muchas piezas y un nivel de detalle alto. Pero nos organizamos y confiamos en el ritmo de la dupla.” El resultado comprobó que habían elegido bien.

Cuando hablan de su formación, lo resumen en una frase potente: “La UAI nos dio práctica real.” De los docentes se llevaron estrategias, mirada crítica, herramientas para defender ideas y entender insights. Y todo eso, dicen, “está en Sedal”. “No es casualidad: es el resultado directo de todo ese recorrido.”

Ganar un Effie cambia cosas. Ellas lo saben. A nivel laboral, sienten que les da peso real:
Tu nombre empieza a circular. Mostrás un caso sólido y real, y las marcas saben que ya pasaste por un desafío de verdad.” A nivel académico, sienten algo más emocional: “El reconocimiento de docentes y compañeros es algo que no se compra. Acá crecimos, y que nuestra comunidad lo celebre nos llena muchísimo.”

Cuando se les pregunta qué tipo de publicidad sueñan con hacer, la respuesta revela su mirada profunda sobre el oficio: “No soñamos con la marca ideal; soñamos con el desafío ideal.” Quieren hacer publicidad humana, con propósito, que conecte sin forzar, que deje una marca. “No buscamos trabajar con una marca importante: queremos hacer importante a la marca que nos toque.”

Su consejo para los nuevos estudiantes de Publicidad es casi una hoja de ruta: Paciencia, no apurarse en querer ser buenos, probar ideas raras, equivocarse sin miedo, investigar y autogestionar el conocimiento. “Mucho de lo que hicimos en esta campaña lo aprendimos buscando por nuestra cuenta.”