“Acercar el mundo del trabajo a las aulas es fundamental para la formación profesional”
En el marco de las actividades impulsadas por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Abierta Interamericana, se llevó adelante una nueva cápsula de formación profesional titulada “Dónde comienza y dónde termina el comercio internacional: miradas complementarias”.
El encuentro, desarrollado en la localización Almagro, convocó a los estudiantes de primer año de las carreras de Comercialización, Comercio Internacional y Administración, con el objetivo de vincular los contenidos académicos con experiencias reales del ámbito socioproductivo.
El Director de la carrera de Licenciatura en Administración, Beltrán Malavé, destacó el valor de este tipo de iniciativas: “En el marco de las actividades que realiza la Facultad y que relacionan las carreras con el espacio socioproductivo, se generó un conversatorio donde participaron los alumnos de primer año. Este tipo de actividades sirve para llevar el sector empresarial a las aulas, porque los estudiantes pueden escuchar cómo se vive en el mundo laboral”.
El conversatorio contó con la participación de Mariano Cuitiño, emprendedor y fundador de Transportes Marwal SRL, quien compartió su recorrido y reflexionó sobre los desafíos de emprender en la Argentina. “Busqué transmitir experiencia, sobre todo. Que vean que, si uno puede, cualquiera puede”, comentó Cuitiño, quien también ofreció consejos prácticos sobre comercio exterior.
Desde su mirada, el comercio internacional es un campo que requiere creatividad, una visión amplia y capacidad para anticiparse a los imprevistos. “Lo principal para dedicarse a este rubro es ser creativo, tener una visión amplia del negocio, no centrarnos solo en una compra, una venta internacional o un transporte. Hay que ver todos los puntos que tenemos delante y minimizar riesgos, porque en comercio exterior eso se traduce en mucha plata”, explicó.
Cuitiño enfatizó la importancia de mantener una perspectiva global, entendiendo el comercio como un entramado que trasciende las fronteras. “Está bueno saber en qué contexto jugamos. No podemos cerrarnos a lo nuestro nada más. Si tenemos comercio de cabotaje dentro de nuestra región, nunca se puede dejar de mirar qué pasa en el resto del mundo”, señaló, y ejemplificó con la dinámica de precios internacionales y la necesidad de comparar variables como fletes, impuestos y tiempos de tránsito.
Sobre el vínculo entre comercio exterior y espíritu emprendedor, el invitado fue claro: “Emprender no es fácil en ningún rubro, pero acá, quien tiene vocación de servicio tiene asegurado un paso muy importante. La inversión inicial suele ser menor que en otros sectores, porque no tenés que comprar mercadería o maquinaria. Lo fundamental es tener visión amplia, ofrecer un servicio a medida y no dedicarse solo a una cosa”.
También subrayó el papel que juegan la innovación y la tecnología en la transformación del comercio global: “Cuando yo empecé, las comunicaciones a los buques eran por radio o telex. Después llegaron el fax, el mail y ahora el teléfono. La tecnología hizo todo más rápido y eficiente. Hoy podemos saber la posición exacta de un buque o un avión en tiempo real gracias al GPS, sin depender de la información de las compañías.”
El emprendedor aprovechó el espacio para brindar una mirada sobre la realidad actual del comercio internacional argentino, marcada por los vaivenes económicos y las restricciones de los últimos años. “Venimos de al menos cinco años de un comercio exterior arruinado para los argentinos. Hay cosas que mejoraron, pero todavía falta mucho. Mi consejo a los jóvenes es que evalúen todas las oportunidades: algunas no valdrán la pena, otras sí, pero de todas se aprende”, señaló.
Además, alentó a los estudiantes a no limitarse a un único camino profesional: “Yo empecé como cadete en un freight forwarder, pasé por cargas aéreas, marítimas y transporte terrestre. Si me quedaba en una sola área, no hubiera seguido aprendiendo. Eso me permitió ofrecer una gran gama de servicios y entender cómo funciona todo el sistema.”
Para Cuitiño, la clave del aprendizaje está en combinar teoría y práctica: “En la facultad aprendemos cosas que siempre nos van a servir, pero la experiencia real se toma trabajando. Por eso, estos encuentros son valiosos: permiten que los alumnos vean cómo se aplica lo que aprenden, que se enfrenten a situaciones reales y puedan analizarlas junto a sus profesores.”
En cuanto al rol de las universidades en la formación profesional, destacó: “Primero que nada, que el alumno no sea un número. Que cada día diga: ‘hoy aprendí’. Las universidades deberían preocuparse no solo por enseñar, sino también por la persona. Que promuevan pasantías, convenios con empresas, y que los estudiantes puedan conocer de cerca las distintas áreas del comercio exterior. Eso motiva y enriquece.”
Finalmente, dejó un mensaje inspirador para los futuros profesionales y emprendedores: “Que lo intenten, que fracasen y que triunfen. Si fracasan, aprendieron algo; si les va bien, mejor aún. Lo importante es que lo que hagamos nos guste, que estemos dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo, y que nos rodeemos de gente que sume. En el comercio internacional no hay días aburridos.”


