Una educación superior más innovadora
El premio a las Buenas Prácticas de Enseñanza es un reconocimiento para los docentes de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) que están comprometidos con la mejora de las experiencias de aprendizaje de los estudiantes y el logro de los resultados esperados.
El contador Alejandro Oriti Tizio, docente de Administración Estratégica y director de la Licenciatura en Administración, así como la licenciada Florencia Michaut, profesora en la asignatura Negocios Digitales en la Licenciatura en Comercialización, son cabales ejemplos de superación de los retos y oportunidades que la innovación educativa abre para la mejora de la calidad de enseñanza en el marco de un proceso dinámico que está en constante evolución.
La Vicerrectoría Académica otorgó a estos docentes una distinción a las Buenas Prácticas de Enseñanza a partir de la presentación distintos proyectos, como: “Enseñanza situada - De la reflexión a la acción: nace una idea” y “Enseñanza potenciada por la integración de tecnología”, respectivamente.
El desarrollo de estas iniciativas innovadoras optimiza la calidad de la enseñanza y las experiencias de aprendizaje, donde el docente universitario se encuentra atravesado por los desafíos que impone un contexto social, cultural, político, económico y tecnológico en permanente transformación.
“La enseñanza situada surge como respuesta de la educación a las necesidades y realidades que atraviesan las sociedades actuales. En la medida que los estudiantes releven las distintas situaciones de la comunidad se verán implicados en un proceso de aprendizaje que no distingue la teoría de la práctica, dando como resultado la ‛praxis’, como proceso superior y superador”, explica Oriti Tizio sobre su propuesta de enseñanza situada.
El especialista en Docencia Universitaria asegura que este modelo favorece la adquisición de un aprendizaje basado en el hacer, con incorporación de herramientas y técnicas activas que permiten su aplicación en el ámbito socio-comunitario. “Sin dudas, permite generar cambios duraderos en los conocimientos y conductas de los estudiantes, así como su construcción a partir de la acción en su interacción con el mundo y con otros sujetos, derramando su aporte en las problemáticas de las comunidades sobre las que intervendrán”, reflexiona.
Por su parte, la Lic. Michaut comenta que el foco de interés de su taller es la promoción del aprendizaje de temáticas vinculadas a los negocios digitales. “Es enseñanza potenciada por la integración de tecnología mediante la cual se busca que los alumnos refuercen su proceso de aprendizaje mediante el uso de tecnologías para mejorar dicha experiencia”, aclara. Además, considera que los estudiantes pueden ofrecer perspectivas innovadoras sobre negocios digitales, ya que están familiarizados con las últimas tendencias y tecnologías.
Experiencias que transforman
“Este tipo de actividades y desafíos representan un motor, una motivación muy grande para los estudiantes. Que en la Universidad desarrollemos estas iniciativas le otorga una oportunidad grande de desarrollo profesional a ellos, aprenden no solo sobre conceptos teóricos, sino también prácticos”, revela Michaut y agrega: “Muchos de los alumnos aún no tiene experiencia laboral, se enfrentan a gestionar el tiempo, trabajar en equipo con personas que antes no se habían relacionado, establecer acuerdos, roles, asignar responsabilidades, coordinar un evento, monitorear, captar invitados, realizar alianzas con empresas para que sponsoreen, manejar un presupuesto, armar una agenda, etc.”
Oriti Tizio valora el interés demostrado por los estudiantes, ávidos de participar, debatir, construir conocimiento y propuestas críticas, creativas y colaborativas. “Todo lo desarrollado se complementa y profundiza con las bases del aprendizaje por competencias por cuanto el modelo está centrado en el estudiante. En este sentido, el docente y los contenidos que transmite ya no son el centro de la escena o el proceso pedagógico, sino que se constituyen en facilitador, guía y motivador para la acción en contexto”, pondera.
“Yo me siento muy cómoda y hasta me animo a decir que estos escenarios tan cambiantes son mi hábitat, a mí me mantienen focalizada. Soy bastante inquieta y me gusta mucho detenerme a leer y a estudiar a las nuevas generaciones, entonces todo se vuelve más simple para mí”, revela Michaut, mientras que Oriti Tizio analiza: “El contexto inestable exige un cambio de paradigma educativo que debe tender a responder satisfactoriamente los nuevos desafíos surgidos de las transformaciones culturales, sociales y de mercado ocurridos a nivel mundial”.
En este sentido, el director de la carrera de Administración ratifica que el proceso de enseñanza-aprendizaje requiere de un mayor compromiso y responsabilidad de docentes y estudiantes. “Los docentes debemos dejar de lado la teoría para convertir al aula en laboratorio social. Los estudiantes, tienen que asumir conscientemente el rol protagónico de aquel proceso”, sentencia.
Estos profesionales destacados, como docentes apasionados, no solo transmiten conocimientos, sino que también inspiran y motivan a los estudiantes a aprender y crecer. “Destaco que el condimento principal de lo que hago es la pasión, mis mejores horas laborales son en la universidad. Para mí un aula es un lugar privilegiado. Me gusta mucho trabajar con las nuevas generaciones, siento un enorme compromiso con ellas y mi mejor manera de hacer este aporte social es a través de la universidad”, sostiene la licenciada en Comercialización.
Además, considera: “Creo que ser empáticos, guías, apasionados en el ejercicio de la profesión, referentes, compartir experiencias, enseñar, educar, compartir valores, son claves. En mis clases siempre involucro al alumno, que pueda descubrir, aplicar la práctica, también que se sienta libres de discernir y cuestionar”.
En el mismo sentido, Oriti Tizio concluye que “ser docente es la oportunidad inmejorable de contribuir con la formación de estudiantes (profesionales hacedores e inclusivos en un futuro mediato), capaces de generar aportes destinados a atender problemáticas sociales en ámbitos en los que se detecten y contribuir así a la transformación de las realidades y sociedades como al desarrollo sostenible y sustentable del país”.
La docencia universitaria es una profesión que supone un profundo compromiso de quienes la ejercen tanto en términos de su interpelación como en su actualización constante. Florencia Michaut y Alejandro Oriti Tizio son ejemplos de la construcción de un claustro activo, creativo y motivado, promotores de experiencias inspiradoras para repensar las prácticas docentes en las aulas de la Universidad.