Escenarios políticos y elecciones en pandemia
Los efectos producidos por la pandemia requieren de un verdadero debate sobre la forma de gestionar la crisis y la implementación de políticas públicas para dar respuesta a las crecientes y variadas demandas provenientes de los diferentes segmentos de la sociedad. Es en este marco que se desarrollan, particularmente en Argentina, distintos procesos electorales que se ven fuertemente influenciados por esta situación modificando los escenarios previstos e interpelando a los candidatos sobre que factores influirán en la decisión de los electores, que herramientas utilizar para interpelarlos y que futuro se propone para la pospandemia.
Para esclarecer este panorama se llevó adelante, vía Zoom, la jornada sobre Política y Opinión Pública en Pandemia, donde los más importantes consultores de opinión pública del país respondieron a las interrogantes fundamentales que deben considerarse en este momento extraordinario de la historia. Raúl Aragón (Docente. Master en Análisis de Opinión Publica y director del Programa de Estudios de Opinión Pública de la Universidad Nacional de La Matanza), Daniela Aruj (Contadora Pública, Coach Ontológico. Consultora de Imagen Personal, Institucional y Pública) y Federico González (Licenciado en Psicología, creador de la Maestría en Psicología Organizacional de la UAI. Especialista en estrategias de marketing, posicionamiento de marcas, y comunicación), participaron del panel de expertos, moderado por el Dr. Fabián Lavallén Ranea (director de la Licenciatura en Ciencia Política y la Licenciatura en Relaciones Internacionales).
“En la nueva normalidad la experiencia ha demostrado que, a pesar de la pandemia, la participación electoral durante este período no ha mermado. La pandemia nos ha permitido darnos cuenta de un montón de demandas insatisfechas, por ejemplo, que a unos pocos kilómetros de donde vivimos faltaban servicios esenciales”, explicó Aruj. En este marco, aseguró que las campañas electorales están transcurriendo en un mix entre la virtualidad y la presencialidad y que, si bien esta última modalidad no se deja de lado definitivamente, los grandes actos masivos quedarán reservados a la apertura, el cierre de campaña o la presentación de candidatos. “Posiblemente no se lleven a cabo de manera tradicional, pero vamos a seguir viendo gente en la calle, en el “puerta a puerta”, en la caravana de vehículos o caminatas con distancia y tapabocas”, contó y agregó: “La virtualidad está muy bien, pero aún no es alcanzable por todos, en general por un tema de conectividad. Por lo cual la campaña no puede ser enteramente virtual”.
En su exposición Aruj remarcó que las personas están demandando mucha más empatía por parte de los candidatos. “En comunicación políticas estamos en la era de la conversación ciudadana, en el uno a uno. Nos damos cuenta qué ya no existe el monólogo ni el mensaje unidireccional, hay que responder. En redes sociales no vale tener muchos comentarios y poner con corazoncito al lado. Si la gente habla exige respuesta”.
A la hora de emitir el sufragio, el licenciado González consideró que prima “cómo interpretamos la vida, cómo percibimos lo que nos pasa, la situación económica, y cómo influyó la pandemia”. En este sentido trazó un eje de coordenadas para interpretar el futuro resultado electoral, más allá de las simpatías políticas o las consideraciones ideológicas. Según González estará dado por la combinación, al momento de la elección, entre dos fueras determinantes: el resultado del plan de vacunación y la situación económica. “Posibilidades lógicas: que se llegue mal en términos de la vacunación, que la economía esté maltrecha o que repunte aún en una situación epidemiológica adversa. Por otro lado, está la hipótesis que la vacunación progrese en buenos términos, pero una situación económica negativa y el escenario virtuoso con la economía en ascenso y una vacunación avanzada. Cómo vamos a llegar no es un tema de encuesta, sino de realidades futuras”, sentenció
El Mg. Aragón incluyó en el análisis los cambios en el modelo de liderazgo dentro del mundo occidental tras el advenimiento de la posmodernidad donde las sociedades de masas pasaron a ser sociedades de minoría, siendo muy dificultosa la construcción de un discurso aglutinante de grandes sectores de la población. “Estamos yendo del modelo de liderazgo carismático con apelación discursiva a uno que es completamente distinto, de eficiencia administrativa. Al público en general no le interesa los grandes relatos ideológicos, sino una buena administración, un horizonte de previsibilidad y estabilidad”, afirmó e introdujo en sus observaciones el factor COVID que evaluó ha demostrado la incapacidad de la clase política occidental. “Tanto los oficialismos, que fracasaron en la administración de la pandemia, como las oposiciones que realizan una crítica no propositiva”, consideró y en el caso específico argentino explicó que las dos fuerzas políticas más importantes son coaliciones formadas por partidos que tienen internas propias a su interior, y también entre los distintos partidos que componen la coalición generando un escenario indefinido en cuanto a la posibilidad de estimar un resultado plausible.
“El COVID va a tener un efecto. Todos conocemos alguien que falleció o estuvo muy enfermo, casi a un nivel inconciencia nos ha puesto de relevancia la finitud, somos mortales. No tengo dudas que va a tener un efecto a la hora de buscar un gobierno que asegure cierta capacidad de administración respecto al futuro”, concluyó.