Álvaro Zicarelli presentó su ensayo político en la Sede Rosario
Influencer y asesor en materia de seguridad y política exterior del diputado Javier Milei, Álvaro Zicarelli visitó el Aula Magna de la Sede Rosario para presentar su libro “Cómo derrotar al neoprogresismo: Una batalla política”.
“Este trabajo es el resultado de un pedido sistemático que tenía por parte de mis seguidores y suscriptores, que yo pudiera plasmar parte de los temas, posicionamientos y pensamientos que venía manifestando en redes”, explicó el autor. En el ensayo plasma su mirada sobre distintas cuestiones que rodean a la política regional, desde su ingreso a la agrupación Franja Morada hasta su renacer liberal, con quien él considera su “maestro del pensamiento”, el intelectual Juan José Sebreli.
La presentación contó con la asistencia del diputado nacional Gabriel Chumpitaz, la diputada provincial Amalia Granata, la concejala rosarina Renata Ghilotti, el ex -concejal José Bonacci y el especialista en comunicación Andrés Chiarello, entre otros representantes de la política local.
Previo a escuchar las palabras del autor, el politólogo Agustín Laje dejó un mensaje al auditorio prologando la charla, de igual manera que lo hizo con el ensayo de Zicarelli. Laje utilizó la expresión “salir del closet” para graficar la experiencia personal y política del autor. “Puede que ya no haya `closets sexuales´, pero si existen grandes `closets políticos´. Álvaro tuvo dos `closets´. Tuvo que asumirse, según él mismo narra en su libro, como un homosexual y de derechas. Lo que le valió el rechazo de ciertos sectores”, afirmó Laje.
En su alocución mencionó la existencia de ciertos pruritos que aún persisten para posicionarse políticamente como de derechas. En este sentido, teorizó sobre la existencia de tres pretextos para no aceptarse dentro de este campo ideológico: calificarse de centro equidistante de los extremos, considerar caducas las nociones de izquierda y derecha, o reivindicarse de centroizquierda moderna, diferenciándola de las nociones más tradicionales de ese espacio.
“El libro de Álvaro se trata de una serie de reflexiones prácticas que buscan llamar la atención sobre este concepto de neoprogresismo, y ofrece una serie de herramientas para derrotarlo, no solo en Argentina sino en toda América Latina”, aseguró Laje.
La batalla cultural
En el panel de presentación, Zicarelli fue acompañado por el Dr. Fabián Lavallén Ranea (Director de las carreras de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas de la Sede Rosario) y el CP Cristian Davoli (Secretario de Extensión). El Dr. Lavallén recalcó que la Universidad no es solo “abierta” en su nombre, sino que también lo es como espacio para la discusión de ideas, sobre todo a través de un ensayo político.
“El ensayo en América Latina es una reflexión obligada, ya que somos un problema desde el momento en que el subcontinente aparece en el mundo. Problematizarnos, quienes somos, como nos organizamos, hacia donde vamos”, reflexionó, y agregó que “en el caso de las categorías que describe Álvaro, se puede coincidir o no, pero son claramente pertinentes y relevantes para pensar el día a día de la política”.
Zicarelli reveló: “De la batalla cultural, siendo actor principal o secundario, formo parte indefectiblemente, al momento de elegir participar de la vida política argentina, ya sea en la transmisión de opiniones, de conocimientos, en la universidad, en los medios de comunicación, en las redes sociales, y también al haber ejercido la función pública”. Y continuó: “Tenemos que entender que esta `batalla´ que es cultural, que es política, que es económica, pero por sobre todas las cosas que es una `batalla´ por los valores”.
Retomó el pensamiento de Antonio Gramsci, a partir del desarrollo de la teoría de la hegemonía. Explicó que, según el filósofo italiano, debe haber un cúmulo de valores, de conceptos, para el uso popular y que se utilizan en la construcción de los acuerdos sociales. “Gramsci considera que es necesario construir un dispositivo para que paulatinamente vaya instalando estos conceptos, lo que dio en llamar el `sentido común´, que debe estar incorporado en la familia, la escuela, la universidad y finalmente el estado”, comentó.
Zicarelli mencionó que el ensayo es un género subjetivo que, si bien busca no perder rigor, contenido, ni substancia, siempre tiene presente la interpretación del autor, sus experiencias y vivencias. Reconoció la influencia que tuvo Sebreli, en la evolución de su pensamiento. Lo definió como “el último intelectual clásico vivo en Argentina, de una cultura enciclopédica, y que se conformó como un intelectual autodidacta”. Además, reveló que a partir de su obra comprendió la importancia de compartir el conocimiento, despertando el interés del público. “Sebreli fue un antes y un después para mí. Él ha dicho y dirá, hasta el último minuto de su vida, lo que cree que el otro debe escuchar, que no es lo mismo que decir lo que el otro quiere escuchar”, aseveró.
En cuanto al rol del intelectual consideró que este debe ser “racionalmente pesimista”, ya que si fuera absolutamente optimista no habría ninguna motivación para continuar investigando. “El intelectual debe ser riguroso pero accesible, de que sirve estar en la torre de marfil si después el conocimiento queda solo ahí. Como diría Jean Paul Sartre, el intelectual tienen que aportar al cambio y el desarrollo de nuestras sociedades, por lo tanto, el conocimiento debe ser impartido y compartido”, concluyó.