Día Mundial de la Nutrición: Entrevista sobre los alimentos ultraprocesados

Entrevistamos a Rocio Gonzáles, docente de Nutrición Comunitaria, Psicología de la Motivación y las Prácticas Preprofesionales de Salud Pública en UAI, y a sus alumnas Micaela Ralde y Mariela Martinez sobre los alimentos ultraprocesados, como diferenciarlos, su impacto en el consumo y más.

¿Qué entendemos por alimentos ultraprocesados? ¿Cómo se diferencian de los procesados y de los alimentos naturales?

Se entiende por alimentos ultra procesados aquellos productos industriales que contienen más de 5 ingredientes en su composición, así mismo poseen poca o nada proporción de alimentos naturales, se producen combinando ingredientes procesados o sustancias extraídas de otros alimentos (aceite, azúcar, almidón o proteínas), además se les agrega ingredientes industriales con altos contenido de grasa, azúcar y/o sal, como aditivos alimentarios (conservantes, colorantes, aromatizantes, etc). Por ejemplo, gaseosas y aguas saborizadas, jugos de fruta endulzados, bebidas energizantes y deportivas, postres lácteos, panes industriales, productos de copetín o snacks, comidas listas para consumir, productos preformados congelados como bastones de merluza, carnes procesadas como salchichas, aderezos, salsas listas para consumir, leche chocolatada entre otros.

Se diferencian de los procesados ya que estos son aquellos que incluyen métodos de conservación, preparación y/o fermentación no alcohólica para aumentar su vida útil o para modificar o mejorar sus cualidades sensoriales, por ejemplo enlatados, conservas, quesos, levaduras, yogures en general, aceites vegetales, pan artesanal y otros productos de panificación como pastas, azúcar.

En contraste, los alimentos naturales son aquellos que se consumen en su estado original o con mínimas modificaciones, como frutas, verduras, carnes frescas y legumbres.

Estos términos surgen de la clasificación NOVA que es un sistema para categorizar alimentos según su grado de procesamiento, desarrollado por la Universidad de São Paulo (USP) en Brasil. Esta clasificación, impulsada por el Dr. Carlos Monteiro, permite evaluar la calidad nutricional de los alimentos y promover hábitos alimenticios más saludables. La clasificación NOVA divide los alimentos en cuatro grupos:

Grupo 1: Alimentos no procesados o mínimamente procesados:

Incluyen alimentos en su estado natural o con procesos mínimos, como fruta, verdura, carne, pescado, huevos, leche, etc.

Grupo 2: Ingredientes culinarios procesados:

Son alimentos como aceites, grasas, sal, azúcares, especias, etc., utilizados para cocinar los alimentos del grupo 1.

Grupo 3: Alimentos procesados:

Son alimentos resultantes de la combinación de alimentos de los grupos 1 y 2, como pan, quesos, carnes procesadas, mermeladas, etc.

Grupo 4: Alimentos ultraprocesados:

Son alimentos que contienen múltiples ingredientes, aditivos, saborizantes, grasas hidrogenadas, almidones modificados, etc., y que son principalmente de origen industrial.

Datos de consumo de ultraprocesados en la población argentina ¿Hay diferencias por edad, género o nivel socioeconómico?

En Argentina, el consumo de alimentos ultraprocesados ha aumentado significativamente en los últimos años. Según encuestas nacionales, los adolescentes y jóvenes adultos son los principales consumidores ya que el consumo aumenta con la edad, seguidos por los niños. Además, se observa una mayor ingesta en sectores socioeconómicos bajos, donde la accesibilidad y el bajo costo de estos productos influyen considerablemente. En cuanto al género, algunos estudios sugieren un consumo levemente superior en varones, aunque las diferencias no son marcadas así como no hay evidencia clara de diferencias, sin embargo se resalta que las mujeres pueden ser más conscientes de la necesidad de una alimentación saludable.

¿Qué impacto tiene el consumo regular de estos productos en la salud a corto y largo plazo? (relación con diabetes, obesidad, etc).

El consumo regular de alimentos ultraprocesados a corto plazo trae consecuencias negativas como las siguientes: Aumento de peso, debido a que los ultraprocesados poseen una alta densidad energética y suelen contener baja cantidad de fibra. Otra desventaja es que producen alteraciones metabólicas, como el aumento de la glucemia. Además el alto consumo de grasas trans, azúcares añadidos y aditivos promueven una respuesta inflamatoria en el organismo. La falta de fibra y la presencia de aditivos y conservantes afectan negativamente la flora intestinal, lo cual impacta el metabolismo y el sistema inmunológico.

A largo plazo se observa un impacto que agrava ciertas patologías como la obesidad donde si se sostiene el consumo de los ultraprocesados genera una epidemia en la población. En diabetes tipo 2 favorece la resistencia a la insulina, finalmente apareciendo la diabetes, con respecto a las enfermedades cardiovasculares eleva el colesterol LDL (“malo”), los triglicéridos y la presión arterial, aumentando el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.

Así mismo, existe una asociación entre el alto consumo de ultraprocesados y el riesgo de varios tipos de cáncer, en especial el de mama y colorrectal.

Este tipo de alimentos también tienen una incidencia en el deterioro de funciones cognitivas, lo que aumenta el riesgo de demencia.

¿Hay factores culturales o sociales que favorezcan la alta ingesta de este tipo de alimentos en Argentina?

Sí, existen múltiples factores culturales y sociales que impulsan el consumo de ultraprocesados en el país. Entre ellos se destacan las publicidades engañosas y agresivas que han contribuido a su mayor aceptación social, mediante mensajes prometedores de felicidad y adecuación al ritmo de vida actual, modificado los patrones alimentarios tradicionales bajo la influencia de la globalización.

¿Cómo afectan estos productos a los niños, adolescentes y adultos mayores?

En niños y adolescentes, el consumo elevado de ultraprocesados favorece la aparición temprana de obesidad, diabetes tipo 2, alteraciones metabólicas y deficiencias nutricionales.

En los adultos mayores, su consumo puede agravar condiciones preexistentes como hipertensión, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis, además de comprometer la calidad de vida y la autonomía debido a su baja calidad nutricional

¿Qué medidas se están tomando (o se deberían tomar) para reducir su consumo?

Entre las principales medidas implementadas en Argentina se encuentra la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable n° 27,642, como objetivo mejorar la información nutricional de los alimentos envasados y promover una alimentación más saludable en la población que establece el etiquetado frontal de advertencias en los envases de productos ultraprocesados. Asimismo, se promueven campañas de educación alimentaria y regulaciones sobre la publicidad dirigida a menores. Es fundamental seguir fortaleciendo estas acciones, así como fomentar políticas que faciliten el acceso a alimentos frescos y naturales.

¿Qué acciones que está impulsando la carrera de Nutrición para concientizar o educar sobre estos temas?

Desde la carrera de Nutrición se desarrollan múltiples iniciativas para concientizar sobre los riesgos del consumo de ultraprocesados. Estas incluyen proyectos de extensión universitaria que consisten en charlas educativas y talleres de educación alimentaria nutricional en diferentes instituciones orientados a la promoción de una alimentación saludable.

Un espacio sumamente enriquecedor son las Prácticas Preprofesionales de Salud Pública. Algunas de las rotaciones se realizan en centros de salud de atención primaria donde se llevan a cabo diferentes actividades dentro de la institución como a nivel territorial para mejorar el estado nutricional y la calidad de vida de la población.

Micaela Ralde y Mariela Martinez actualmente están realizando las Prácticas en el Centro de Salud y Atención Comunitaria Nro 29 de la ciudad de Buenos Aires, a cargo de la Lic. Rocío Lourdes González. Algunas de las actividades que realizan tienen que ver con el fomento del consumo de agua segura en desmedro de las bebidas ultraprocesadas, la participación en el espacio de huerta, la realización de charlas y talleres de alimentación saludable y la consulta individual fomentando la adherencia y la continuidad a las elecciones alimentarias saludables.

Además, a lo largo de la formación de grado se impulsa la formación de futuros profesionales comprometidos con la prevención de enfermedades a través de la educación nutricional