Noticia Destacada
Estudiante de UAI jugará el Mundial de Básquet 2018
Natacha Pérez, alumna de Nutrición de la Localización de Lomas, tuvo una gran actuación junto a la selección Argentina de Básquet femenino de mayores que logró clasificarse para el Mundial de España 2018. Natacha, actual jugadora del Club Lanús, nos cuenta como combina sus entrenamientos con los estudios, y sus expectativas para el futuro.
Pérez en la presentación con la camiseta de la Selección Argentina.
¿Por qué elegiste la UAI para estudiar?
Principalmente elegí la UAI porque tenía localizaciones cercanas y también porque me homologaban algunas materias de los cuatro años que ya había cursado en otra institución.
¿Tuviste siempre en claro que querías seguir la carrera de nutrición?
Sí. En mis dos últimos años de colegio ya estaba segura que era lo que quería estudiar. Inicié en el 2009, en el 2010 me vine a vivir a Buenos Aires por temas deportivos pero la seguí a distancia, y continué hasta el 2013. Realmente se me hizo muy dificultoso porque tenía que viajar una o dos veces al mes para rendir y me sentía en desventaja. Entre tercero y cuarto año habían muchas materias prácticas con laboratorio y demás, necesitaba de la cursada y no estaba aprendiendo como realmente quería y necesitaba. Por eso en el 2014 inicié la carrera en la UAI.
Gran doble en el marco de la American Cup 2017.
¿Cómo combinas los entrenamientos del Club Atlético Lanús y la Selección con el estudio?
No es nada sencillo, pero me gusta hacerlo. El club, la Selección y el estudio son cosas que elijo. Si bien el día a día muchas veces se hace duro y cansador, salgo de un lugar y me voy corriendo a otro con un bolso gigante. A veces almuerzo en el tren, leo en el subte y cosas así. Creo que todo pasa por la voluntad, las ganas y el interés.
El básquet me apasiona y soy feliz jugándolo, tengo la posibilidad de representar a mi país y creo que no hay nada que pueda contra ese sentimiento. Y la carrera es mi futuro y eso lo tengo muy en claro, por eso le dedico todo el tiempo que puedo. Muchas veces estudio de noche porque es el único momento que tengo; no es fácil pero tampoco imposible.
¿Cuál es tu presente laboral?
Hoy en día practico básquet de una manera semiprofesional. No dispongo de tiempo para poder trabajar en algo ajeno al deporte porque los entrenamientos son demandantes y no hay horarios que se adapten a eso, sumado al tiempo que dedico a la facultad. Puedo decir que mi trabajo es el deporte; Lanús me facilita una casa, más un viatico y la selección una beca por parte del ENARD.
Aquí en pleno partido defendiendo los colores del Club Atlético Lanús, equipo al que pertenece desde 2010.
¿Cuáles son tus aspiraciones, tanto en lo profesional como en lo deportivo?
A nivel profesional mi objetivo es poder recibirme en 2018 y en un futuro poder ligar la Nutrición al plano deportivo. En el deporte, mi máxima aspiración es poder jugar los torneos con la selección de Mayores del año que viene, tanto el Sudamericano como el Mundial que se realiza en 2018. Todo esto lleva el esfuerzo diario de seguir mi entrenamiento individual durante el verano, volver a jugar la Liga Nacional Femenina y quizá poder irme a jugar a Europa para la temporada 2018-2019.
¿Qué consejo podés darle a los jóvenes que quieren emprender una carrera universitaria y realizar la práctica deportiva a la par?
Cuando hay algo que te moviliza y realmente te genera una pasión, los esfuerzos y la voluntad nacen por sí solos. No lo vivo como sacrificio, lo disfruto más allá de lo dificultoso que se me haga por momentos. Yo elijo ambas cosas, estudiar y dedicarme al básquet, pero tengo muy en claro que mi carrera es lo que voy a seguir haciendo durante toda la vida. Lamentablemente el deporte tiene un cierto techo con respecto a la edad, más en las mujeres, por eso mismo lo pongo en un plano importante porque considero que es el momento de aprovechar cada oportunidad.
Como consejo diría que si realmente se quiere no hay manera de que no se pueda hacer, no es nada sencillo pero tampoco imposible. Requiere mucha organización, dedicación, responsabilidad y sobre todo saber disfrutarlo con alegría. Se necesita paciencia y constancia para no perder el foco de los objetivos, y cuando las cosas no salen bien hay que recordar el motivo por el que empezaste.