Salud mental en tiempos de pandemia

Por el Prof. Dr. Ignacio Saenz

Cada 10 de Octubre, a partir de 1995, comenzó a conmemorarse el día mundial de la Salud Mental. La Federación Mundial para la Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud instituyeron este día con el propósito de contribuir a la toma de conciencia acerca de los problemas de Salud Mental  y a erradicar los mitos y estigmas en torno a este tema.

Ha transcurrido un cuarto de siglo y la salud mundial ha quedado muy lejos de la consigna “Salud para todos para el año 2000”. Muy por el contrario, la desigualdad, la exclusión y la pobreza se han erigido como un signo patognomónico de nuestros tiempos. 

La cotidianeidad de la vida en el mundo se ha trastocado, el impacto que la Pandemia está generando en salud, no solamente física sino también psicosocial, es de momento de consecuencias impredecibles.

Esta celebración debe extremar aún más la vigilancia epidemiológica en el campo de la Salud Mental para analizar los factores causales y generar estrategias de intervención, ante los padecimientos subjetivos. Pero la mirada no debe quedar acotada al campo de la enfermedad, sino que también se debe analizar la realidad económica y social que la pandemia está generando en el mundo y en particular en Argentina,  (con esta larga cuarentena).

Hoy la realidad epidemiológica del mundo, esta signada por el COVID 19, enfermedad infecciosa de muy alto nivel de contagiosidad. Su transmisión puede no ser detectable inicialmente porque muchas personas, las denominadas asintomáticas, no presenta síntomas visibles u oligosintomatico que se expresan de forma más atenuadas, pero ambos sujetos son altamente portadores y generadores de contagios, afectando fundamentalmente a personas con enfermedades preexistente. Esta situación ha trastocado el orden económico/social, institucional y vincular del mundo. Las estadísticas de contagios, muerte y recuperación son inapelables, las estrategias de aislamiento o distanciamiento son materia de estudio, por los efectos que tienen las mismas sobre la población.

Hoy el escenario mundial presentifica aún más la pobreza, lo expuestos que están los estratos sociales más vulnerables. La asistencia no es igual para todos, aunque se hayan centralizado y unificado los efectores públicos y privados, se siguen diferenciando uno de otros, solo por la pertenencia social. Tómese como dato epidemiológico ¿en qué sector social la morbimortalidad ha hecho más impacto el coronavirus en el mundo?

La crisis socioeconómica está dejando sin empleo a grandes sectores de la población, los comerciantes no pueden sostener sus persianas bajas o la escasa demanda, el personal de salud, médicos, enfermeros, mucamas, conductores, están abatido por el cansancio, el contacto con la muerte y la suya propia.

La famosa curva se aplana y se eleva según la región del país que se trate y es esperable que se incremente las crisis subjetivas en la población, consecuencia del aislamiento y/o distanciamiento social obligatorio.

Esta enfermedad nos obliga a cuidar y cuidarnos, a trabajar en equipos interdisciplinarios, ejerciendo nuestros derechos como profesionales de la salud, exigiendo la plena vigencia de la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones para el abordaje subjetivo de la Salud Mental y los consumos problemáticos, que en Argentina se han incrementado.

Investigadores de Gran Bretaña han planteado la necesidad de profundizar las investigaciones en el mundo acerca de los efectos de la Pandemia en la Salud Mental, planteando que el confinamiento y la crisis de la Salud Publica generará una verdadera, Pandemia de la Salud Mental, fundamentalmente en los sectores más vulnerables de la población.

Cuando se decretó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, nuestra cotidianeidad se alteró, nos recluímos en nuestras casas, nos separamos de nuestros afectos, pero sabíamos que era importante y necesario. Pero también sabemos que el aislamiento prolongado genera sufrimiento psíquico. El alcohol, el tabaco, los fármacos para dormir y algunas sustancias, son expresión de un malestar subjetivo que busca su compensación.

Sin caer en una patologización de la vida cotidiana, podemos inferir los efectos en la subjetividad que genera el estado de incertidumbre ante la recesión económica, con su consecuente aumento del desempleo. La angustia y ansiedad ante la posibilidad del contagio y la cuarentena, constituye un punto de atención para la Salud Publica.

El agotamiento social se está presentando como un factor de riesgo, en momento en que la circulación comunitaria del virus se expande en gran parte del país. Vamos a coexistir durante un tiempo importante con el coronavirus COVID 19 y debemos apelar a la responsabilidad individual del ciudadano, protegiéndonos y protegiendo al prójimo, en particular a la población de riesgo.

Es función de los gobiernos y las instituciones generar conciencia ciudadana, presentando reglas y tiempos claros, para los momentos de aislamiento o aperturas con distanciamiento social para prevenir la infección.

La conmemoración del Día de la Salud Mental es un momento importante para prevenir, otra Pandemia, pero de Salud Mental.