• Publicado en: 2025

Luis Lucero: “Hoy, después de la especialización, soy un psicólogo diferente”

Un reciente graduado de la Especialización en Terapia Cognitiva cuenta cómo la UAI transformó su práctica clínica y su manera de pensar la salud mental actual.

Luis Lucero, psicólogo con doce años de experiencia clínica, acaba de graduarse de la Especialización en Terapia Cognitiva de la Universidad Abierta Interamericana (clic acá para ver más). Su paso por la formación no solo amplió sus herramientas profesionales, sino que redefinió su manera de entender el rol del terapeuta en el contexto actual.

Desde el inicio, Lucero explica por qué este enfoque resultó clave para su desarrollo. “La Terapia Cognitiva es una de las líneas de tratamiento con mayor evidencia científica en la psicología actual y es efectiva para un gran número de trastornos mentales”, afirma. Ese respaldo teórico, sumado a su estructura metodológica, fue decisivo para su elección: “Me motivó la curiosidad por aprender nuevas maneras de trabajar, perfeccionar mis técnicas e instruirme en las terapias más actuales”.

Al conocer la propuesta académica de la UAI, la decisión se volvió evidente. “El plan de estudio me interesó desde el primer momento. Ofrece una formación muy amplia tanto en tratamientos para adultos como para niños y adolescentes”, destaca.

Lucero asegura que su paso por la especialización superó sus expectativas: “Llevo 12 años siendo terapeuta y hoy que egresé soy un psicólogo diferente”, sintetiza.

Detalla que uno de los aspectos más valiosos fue la dinámica práctica: supervisiones clínicas mensuales, prácticas institucionales, ejercicios de rol y análisis de grabaciones. “Todo eso hace que uno pueda crecer como profesional”, cuenta.

También subraya la calidad docente. Nombres como el Dr. Mariano Scandar, el Dr. Lucas Gago, la Esp. Romina Leardi y Fernando Adrover marcaron su recorrido. “Hubo profesores que realmente modificaron mi manera de ver la psicología. El módulo de Trastorno Autista fue uno de los que más conocimiento me aportó”, señala.

Para Lucero, las habilidades adquiridas ya están impactando en su trabajo clínico. “Aprendí a ser terapeuta de grupos y a aplicar tratamientos específicos para ansiedad generalizada, estrés postraumático, pánico y depresión”, describe.

Pero además destaca dos pilares que cambiaron su forma de pensar la práctica: “La especialización puso el foco en la alianza terapéutica, que es fundamental para la mejoría del paciente, y en el perfeccionamiento de técnicas como la flecha descendente y la conceptualización del caso”.

Consultado sobre la importancia del enfoque cognitivo en la actualidad, no duda: “Hoy la terapia cognitiva es una de las formas de tratamiento más buscadas porque tiene muy buenos resultados en poco tiempo y responde a las problemáticas actuales”.

Lucero enmarca esas necesidades en un contexto social exigente: “Vivimos tiempos post pandemia, con una cultura de exposición permanente, individualismo y consumo. Muchas personas presentan ideación suicida, ansiedad o depresión. El psicólogo se ha convertido en una necesidad”.

Su trabajo final fue un estudio aplicado. “Me recibí con una investigación sobre la efectividad de un tratamiento grupal para la ansiedad social”, explica. El programa incluía 14 sesiones con técnicas de psicoeducación, entrenamiento en habilidades sociales, mindfulness, exposición y reestructuración cognitiva. “El programa se aplicó a tres pacientes y mostró grandes resultados”, remarca.

La ansiedad social, añade, es “muy discapacitante, porque hace que la persona se aísle pese al deseo de integrarse”. Por eso, para él, contribuir a la evidencia científica desde su intervención clínica fue un hito personal y profesional.

A modo de cierre, Lucero ofrece un consejo directo a quienes estén evaluando este camino: “Aconsejo a los psicólogos que adhieren a la terapia cognitiva que se inscriban en la UAI”.