Conocé el posgrado en Terapia Cognitiva Conductual
El abanico de corrientes que integra la Terapia Cognitiva se basa en evidencia para dar cuenta de su eficacia. Por esta razón se ha posicionado como una de las formaciones más específicas. La Terapia Cognitiva Conductual, tal vez la corriente más conocida de este tipo de abanico, puede ser aplicada en personas con discapacidades mentales y el desarrollo en muchos casos como el marco organizador de los diferentes tratamientos que se tratan de manera simultánea. Por extraño que resulte, esta posibilidad de aplicación es muy poco contemplada en las ofertas de formación en Argentina.
Es por ello que la Universidad Abierta Interamericana no ha sido ajena a esta realidad y en su oferta académica ha incorporado un Posgrado en Especialización en Terapia Cognitiva con prácticas desde el principio o de su cursado. Estas prácticas se deben a instituciones reconocidas de Salud Mental y, en especial, a personas interesadas en el abordaje de discapacidades mentales y del desarrollo. De esta forma se espera que el graduado de UAI sea un Especialista capaz de intervenir sobre aspectos disfuncionales relacionados con la mente y el comportamiento humano sobre la base del dominio de las técnicas, modelos y enfoques en los que se sustenta la Terapia Cognitiva.
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“La terapia cognitiva conductual (TCC) es el nombre con el que se conoce a una serie de intervenciones psicoterapéuticas que comparten su foco en la modificación de la conducta y la cognición como modo de aliviar el malestar psicológico. Parten de la base de que toda terapéutica tiene que estar basada en la evidencia empírica. La TCC es el modelo de psicoterapia más estudiado y con mayor rigor científico, con protocolos de intervención efectivos para trastornos de la personalidad, cuadros de ansiedad, estado del ánimo y alteraciones del neurodesarrollo”, explica Mariano Scandar nuevo director de la Especialización. Por su parte, Romina Leardi, secretaria académica de este posgrado, define la TCC como: “un modelo de psicoterapia que se enfoca en los pensamientos y creencias de las personas y cómo estos pueden afectar a los pensamientos y comportamientos. Se la menciona como una terapia de empirismo colaborativo ya que tanto el cliente/paciente como el terapeuta trabajan activamente en colaboración para poder identificar y modificar aquellos pensamientos y creencias distorsionadas asociados a comportamientos disfuncionales, para generar una conducta (comportamiento, emociones y pensamientos) que sean más funcionales para la persona”.
Respecto a su aplicación, Scandar comenta que se puede aplicar de forma individual, familiar o grupal, en sesiones estructuradas y tratamientos de duración limitada. “La forma de intervención y la duración de esta varían según el tipo de problema que se esté abordando”, comentó. Por su parte, Leardi afirma que “La terapia cognitiva es un modelo estructurado, pero como toda psicoterapia cuenta con tres momentos: el inicio, la intervención y su finalización. Específicamente el modelo plantea trabajar aquellos motivos (objetivos) que el paciente trae como de consulta”.
Según Mariano este tipo de terapia posee protocolos aprobados para abordar diversos problemas de salud mental en niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.
“Cómo director tengo a mi cargo velar por la actualización de los programas y los contenidos, la selección del cuerpo docente y la coordinación de este, así como el contacto directo con todos los alumnos para acompañarlos en su recorrido por la carrera. A diario recibo mensajes de los alumnos sobre diferentes inquietudes y me ocupo de acompañarlos, y en ocasiones hacer de nexo con docentes específicos o instituciones para satisfacer sus necesidades. También dedico una parte del tiempo a actualizarme para llevar a los contenidos de la especialización los nuevos avances en la disciplina”, explica Scandar sobre su rol dentro de esta especialización. Mientras que Leardi comenta que en su rol como secretaria académica “tengo vínculo con los docentes y alumnos, además realizo tareas de gestión, como por ejemplo, organizar los jurados del TIF, organizar las fechas de finales y horarios de cursadas. Acompaño a los docentes y a los alumnos. También he dado, hasta este año, las charlas informativas para los ingresantes y asesoro al director de la carrera en lo que requiera para una mejor gestión”.
Para cursar la especialización es requisito ser licenciado en psicología o médico psiquiatra, con una matrícula profesional vigente. “La especialización es un título de posgrado oficial, reconocido tanto por la CONEAU como por el Ministerio de Educación. Poseer este título, además de acreditar saberes, permite cumplimentar requisitos tanto a nivel de jerarquía hospitalaria, cómo a nivel docente. Permitiendo a los egresados obtener mayores puntajes en concursos públicos. Adicionalmente, poseer la especialización permite afiliarse a asociaciones nacionales e internacionales de TCC”, explica Scandar, y agrega: “La especialización de la UAI en TCC se caracteriza por un abordaje integrador que busca que el egresado conozca cómo desempeñarse en diversos contextos, con diversas poblaciones desde un abordaje basado en la evidencia. Tanto a nivel de la práctica privada como de la clínica hospitalaria. La especialización busca formar a los estudiantes para un mundo laboral complejo, con requerimientos que abarcan problemáticas heterogéneas atravesadas por el contexto socio cultural latinoamericano”.
La cursada tiene una modalidad intensiva, de tres días al mes, con modalidad mixta, alternando meses virtuales con meses presenciales. Además, la especialización tiene convenios para que los alumnos realicen rotaciones en 4 instituciones: el instituto San Martin de Porres, la Fundación ETCI, el instituto ITCC y la Fundación ECCOS. Para egresar, además de aprobar todas las materias, los alumnos deberán realizar un trabajo integrador, para lo que contarán con talleres específicos en los que se los acompaña en el proceso. “Un egresado de la especialización puede desempeñarse en cualquier ámbito donde trabaja un psicólogo clínico que realiza psicoterapia. Por ejemplo, en consultorios, hospitales, centros interdisciplinarios, centro de día y demás. También puede intervenir a nivel individual, grupal, familiar, pareja, comunidad, y se puede trabajar con todos los grupos etarios”, afirma Leardi.
“La especialización fomenta que sus alumnos, en la medida de sus intereses se sumen a las líneas de investigación que los docentes llevan a cabo. La TCC es la rama de la psicoterapia que más se apoya en modelos experimentales y se busca que los alumnos no solo interpreten investigaciones, sino que formen parte activa de las mismas”, explica Scandar.
Además de ser la secretaria académica del posgrado, Romina Leardi cuenta con una gran trayectoria dentro de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas, tal es así, que también fue alumna de este posgrado. “Decidí cursar la especialización para adquirir competencias y habilidades en este tipo de psicoterapia. En mi formación de grado, soy graduada UAI también. Tuve la posibilidad de conocer este tipo de psicoterapia y me interesó por la evidencia científica que tiene su efectividad, eficiencia y eficacia. Pero sabía que debía seguir formándome, en un principio realicé la diplomatura en Terapia Cognitiva que ofrecía la universidad, cuando abrieron la carrera de Especialización no dude en hacerla. Para ese entonces ya había realizado otros cursos de posgrado en otros centros y universidades, pero sentía que mi formación de grado había sido superior; al cursar la diplomatura entendí que era por ahí el camino. En la especialización encontré además del conocimiento teórico, conocimiento sobre patologías y niveles de intervención, los modelos terapéuticos para poder trabajar”. “Realicé las prácticas en el colegio San Martín de Porres. Mi trabajo final fue una sistematización de experiencia de dos casos de trastornos límite de personalidad. En este trabajo a través de los casos clínicos, puede dar cuenta de mi recorrido en la carrera de Especialización dando cuenta de cómo he ido adquiriendo las competencias como terapeuta. En el trabajo se puede ver el proceso de mi formación”, argumentó.
“El valor agregado que tienen los estudiantes de esta especialización es que adquieren un nivel de dominio y especificidad en el modelo. Las técnicas psicoterapéuticas para que sean efectivas y eficaces deben ser bien aplicadas respetando sus procedimientos y forma de ejecución, sabiendo cuando están indicadas o contraindicadas. En la especialización, he adquirido a demás confianza, experticia y un pensamiento crítico respecto a mi desempeño como terapeuta. Todo esto hace que pueda ver los resultados en el tratamiento de mis clientes/pacientes”, agrega Romina
Para finalizar, la secretaria académica dijo que “a los que no saben si anotarse les digo que es una excelente formación, que adquirirán las competencias para trabajar de manera óptima, pudiendo diseñar y aplicar buenas intervenciones y mantener las buenas prácticas terapéuticas. Y a los que están por comenzar, en principio les doy la bienvenida y les deseo un buen ciclo académico, Además, que sean curiosos, críticos, que pregunten, que participen, que vayan logrando autonomía en el modelo, que tengan una actitud abierta y colaborativa a la experiencia en la formación. Y además de mi función de secretaria académica, los estaré acompañando como docente”