Un alumno del doctorado en Arquitectura y Urbanismo obtuvo la calificación más alta en su tesis doctoral
Ricardo Turano es graduado del doctorado en Arquitectura y Urbanismo. La particularidad, es que este posgrado es que es el primero oficialmente planteado entre las tres universidades que lo promueven y certifican: la Universidad Abierta Interamericana, la Universidad de Concepción del Uruguay y la Universidad de Flores.
Ricardo fue becado por el Doctorado en red que se generó entre estas instituciones, siendo él un representante de la Universidad de Flores. “Me siento un afortunado haber conocido el nivel académico de los profesionales que se desempeñan en la UAI. Un cuerpo docente y humano formidable”, comentó.
Además, un plus que tiene esta carrera reside en la variada expresión regional de sus sedes (Buenos Aires, Rosario, Cipolletti-Neuquén, Concepción del Uruguay) y la diversidad temática de sus acciones de investigación y extensión. Su formación apunta a otorgar a sus graduados capacitación para la investigación, pero específicamente que ello redunde en una mejor calificación para la enseñanza y la profesión.
Por lo cual la fundación central es ofrecer una nueva oferta de formación dirigida al objetivo de capacitar investigadores que a su vez sean docentes más capacitados e instalados en la voluntad de actualizar y profundizar en forma continua el sable correspondiente a estas esferas disciplinares y específicamente como una más consistente capacidad de practicar la profesión en las dimensiones de la Arquitectura y el Urbanismo.
Sobre este tema, Ricardo Turano explica “en la medida que se producen sinergias y una masa crítica más abundante permiten a uno un mayor intercambio con los pares y aprender de los colegas. Resulta muy positivo la posibilidad de escuchar y ver la formación de otros ámbitos académicos”.
Sobre el doctorado en general, el graduado dice: “Considero que la formación debe ser algo que acompañe la vida profesional. En la medida que nos capacitemos, las oportunidades para ingresar al mercado laboral se van a ver potenciadas. Antiguamente con el título de grado bastaba para realizar el desarrollo de la profesión. Vivimos en un mundo cada vez más competitivo por lo que la capacitación y actualización profesional debe ser una constante. Muchos estudiantes apenas se reciben continúan especializándose con un posgrado. Antiguamente esto no era así. Cambió el paradigma. En arquitectura considero que es de suma relevancia poder realizar un posgrado académico y un “posgrado del ejercicio profesional” entendiendo a esto último como una capacitación para poder aprender el oficio desde el hacer de otros”.
Quienes terminen el doctorado, podrán contar con herramientas para diseñar y llevar a la práctica proyectos de investigación que generen nuevo conocimiento en el campo de la Arquitectura y el Urbanismo, así también comunicar los resultados de sus investigaciones a la comunidad científica y vincular la investigación con la docencia de manera integral, elevando el nivel de la enseñanza. Por otro lado, serán capaces de diseñar y proponer acciones concretas con nuevos instrumentos analíticos y prospectivos que aporten soluciones a las demandas y problemáticas de la construcción social de la ciudad, e integrar y asesorar equipos interdisciplinarios que aborden proyectos relativos al campo de la arquitectura y el urbanismo.
“El posgrado permite ampliar la visión de la disciplina y el contexto en el que nos movemos. La facultad enseña a resolver problemas y pensar. A diferencia de un posgrado donde ya se pone sobre la mesa la exposición de temas que a uno le resulta de interés y desea investigar. Es un momento que ya no se depende tanto de los docentes ya que se supone que uno ya posee los elementos para empezar a ´volar´”, comenta Turano.
Además, Ricardo obtuvo la mejor calificación en su tesis. “Un mi caso gran parte de mi actividad profesional se debe al trabajo en el Ministerio de Desarrollo Territorial por lo que me pareció interesante poder asociar esa instancia con el doctorado. Mi tesis de basó en el desarrollo de una herramienta que permite por medio de indicadores establecer la aptitud de integración urbana de terrenos destinados a la construcción de vivienda social. Busqué estudiar por medio de estos indicadores la noción de hábitat de las localizaciones seleccionadas de manera de poder evaluar previo a la construcción las calidades urbanísticas de los predios. Los recursos del estado siempre son escasos frente a las necesidades de nuestra sociedad por lo que una herramienta de estas características podría contribuir a paliar ese déficit o bien optimizar la asignación de recursos económicos”.
Para finalizar, el especialista dejó una recomendación para aquellas personas que estén pensando en estudiar arquitectura: “La inmediatez en la que vivimos y la profusión de medios visuales ha dejado de lado el acercamiento al papel. La lectura nos abre un mundo que difícilmente podamos encontrar en otro lado. Los arquitectos nos manejamos por medios gráficos, pero al estudiar a grandes arquitectos me di cuenta que todos tienen detrás un bagaje cultural muy grande que es producto de un conocimiento que se produce, no solo del hacer y aprender de pares, sino también a través del saber que está en los libros. Y no limitarse a la disciplina, sino que debemos conocer miradas de otras profesiones que siempre resultan enriquecedoras y nos permiten afrontar problemas desde otras perspectivas. Creo que estas cuestiones son válidas independientemente del nivel en el que nos encontremos de aprendizaje. También recomiendo aprender la profesión desde el hacer de otros y quien tenga la posibilidad de viajar para poder conocer personalmente las obras que hemos aprendido es algo increíble. Debemos agradecer a la arquitectura permitirnos ver el mundo increíble que nos abre a través de sus ojos”.