La investigación como práctica emancipatoria
Por De Cerchio, Nicolás Licenciado y Profesor en Psicopedagogía Universidad Abierta Interamericana Rosario.
Según el diccionario de la Real Academia Española (2020), investigar significa “indagar para descubrir algo”, así como también “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia”.
Ahora bien, si hay algo que pude descubrir a nivel individual como participante de un equipo de investigación en UAI y que me gustaría poner de relieve es que, además, el acto investigativo lleva consigo, inherentemente, una cualidad “emancipatoria”, de transformación, en favor de, y a partir del profundo análisis que implica, generar un pensamiento crítico y la posterior construcción de aprendizajes significativos.
Gran número de autores y autoras asocian esta particularidad al concepto de “educación popular”. Cano (2012), concibe a la misma como un “movimiento político-cultural” donde pueden encontrarse un conjunto heterogéneo de prácticas, que más allá de sus diferencias (de contenidos, de ámbitos, de estrategias metodológicas), tienen en común una vocación transformadora, un fin liberador organizado en base a la coherencia entre fines y medios. Entonces, en pocas palabras, para mí, investigar es por excelencia un acto de transformación político-cultural.
Dicho esto, y adentrándome a lo que me convoca, nuestro equipo de investigación, uno de otros tantos dentro de la universidad, está compuesto por la Directora de Carrera Patricia Dimángano, las Doctoras y Profesoras Adriana Delgrosso y Mariana Arbe, y la colega Licenciada y Profesora Josefina Pascual.
Particularmente recibí la invitación por parte de la Dra. Delgrosso, quien fuera mi profesora y co-formadora docente en las cátedras de Semiología y Lingüística y Psicolingüística en la carrera de la Licenciatura en Psicopedagogía. Cuando para esta nota se me invita a describir el “grupo” de investigación, lo primero que emerge en mí es realizar la correspondiente diferenciación al concepto de “equipo”, ya que la característica principal del mismo es el trabajo interdependiente.
Si bien generalmente existe quien ejerce una dirección y coordinación, y en nuestro caso, cabe la mención, se destaca Adriana Delgrosso, además de la división de roles según la 2 singularidad de cada protagonista, todos y todas accionamos de un modo cohesivo a fin de dar respuestas a los propósitos y objetivos que nos planteamos.
Sepan disculpar la insistencia, pero vuelvo a subrayar la particularidad emancipatoria que encuentro en hacer investigación. Más aún dentro del campo disciplinar de la psicopedagogía. La mayoría de nuestros marcos teóricos actuales provienen de otras esferas tales como la psicología, la fonoaudiología, las ciencias de la educación, entre otras. Es así como, de algún modo, nuestra profesión se ve “colonizada” por otros ámbitos disciplinares.
Creo entonces, esencial e indispensable producir conocimiento y marcos referenciales propios desde nuestra perspectiva y quehacer profesional y, por ende, perfilarnos como una disciplina independiente en clave de, una vez más, emancipación. En otro orden de ideas, y a fin de describir los equipos y la investigación en UAI, formar parte de uno de ellos en la facultad es una experiencia maravillosa y enriquecedora desde cualquier punto de vista. Tanto desde la formación académica y profesional como en el plano vincular y humano.
Los aprendizajes significativos que subyacen, aunque sin restarles importancia, superan en gran medida los de los proyectos de investigación concretos a abordar. Asimismo, he de advertir que participar en estos equipos dentro de la universidad es una posibilidad abierta a toda la comunidad educativa, es decir, estudiantes, docentes, profesionales, etc. No obstante, y a modo de opinión personal, creo que es necesario difundir más y mejor estas oportunidades.
Es sabido que gran número de compañeras y compañeros no se enteran de la posibilidad de participar en instancias como éstas. Finalmente, y para concluir, este tipo de prácticas ayuda y beneficia a todos y todas las participantes, ya sea estudiantes, docentes y profesionales, como a la universidad misma y a la comunidad en general, dado que el fin último apunta a realizar aportes para generar transformaciones culturales que expliquen o den respuestas a muchas de las diferentes necesidades evidenciadas desde nuestro plano de acción e intervención profesional.