Psicooncología: Escuchando al paciente

“No me dispuse a cambiar el mundo, sino a hacer algo para aliviar el sufrimiento”, Cicely Saunders (Enfermera.1918-2005)

 

Por María Fabiana Correa*

En la actualidad el cáncer sigue siendo una enfermedad con gran incidencia en la morbilidad y mortalidad de la población mundial. Su representación social inscribe el miedo al dolor, al sufrimiento y a la muerte, se generan mitos, prejuicios e imaginarios sociales. Prevenir y afrontar esta enfermedad es un gran aprendizaje, requiriendo de políticas en salud que lo prioricen, educación en la comunidad para lograr el diagnóstico temprano y tratamiento oportuno para propiciar más chances de curación y mejor calidad de vida.

Desde la psicooncología pensamos la enfermedad cáncer más allá de su inscripción en el cuerpo, escuchamos el bagaje simbólico que representa la vivencia de la enfermedad en cada persona, la resonancia psíquica en el paciente, las consecuencias sociales y familiares. Cada uno tiene sus tiempos para hablar de la enfermedad, para nombrarla, simbolizarla e incluirla en su vida. La responsabilidad de afrontar la enfermedad es la prioridad y cuidarse es un gran aprendizaje.

Nos encontramos que el concepto de salud fue evolucionando y desde las últimas décadas del siglo XX se piensa como bienestar bio-psico-social, siendo un derecho humano fundamental.  La relación profesional de la salud/paciente también cambió y posibilitó salir del esquema verticalista y paternalista donde otro/os tomaban decisiones por quien consultaba. Hoy se enfatiza el respeto de la dignidad y la autonomía de las personas como sujetos de derecho, con capacidad de tomar decisiones sobre los procedimientos diagnósticos y terapéuticos.

Humanizar la salud es un deseo que implica buen trato, buena atención, nombrar al paciente, mirarlo a los ojos, ofrecerle tiempo y privacidad. El tratamiento integral contiene este respeto por el ser humano propiciando la atención multidisciplinaria e interdisciplinaria desde equipos de atención: oncología, enfermería, salud mental, cirugía, y kinesiología, entre otros. Una solo disciplina no puede abordar a un paciente con enfermedad crónica no transmisible, como es el cáncer.  

En la interrelación profesionales-paciente/familia y/o entorno se debe priorizar la calidad de vida, la comunicación empática, clara y precisa. La información que se obtiene de los múltiples procedimientos a los que accede un paciente para lograr arribar a un diagnóstico, le corresponde y debe ser dada al mismo con absoluta veracidad. Solo podrá ser omitida en caso expreso que lo determine el paciente. Querer saber, o no, es una decisión que asume como persona responsable de su salud. Se asiste para que su bienestar sea posible, tanto en lo psicofísico como en lo sociocultural.

El Instituto Nacional del Cáncer (INC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirman que el cáncer puede prevenirse, tratarse y curarse. La prevención es un enfoque muy importante para reducir la incidencia de esta enfermedad, mejorar la salud pública y la calidad de vida. La detección temprana es crucial para un tratamiento específico y un mejor pronóstico, permitiendo una mayor y mejor sobrevida libre de enfermedad.

 

Derechos Humanos = Derechos del Paciente

Los derechos de las personas que interactúan en el sistema de salud fueron regulados a través de la ley 26.529 modificada por la Ley 26.742, “Derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud”. La norma reconoce a las personas derechos fundamentales: a la asistencia médica, a la dignidad y la autonomía, a la información sanitaria y el consentimiento informado, a la intimidad, a la confidencialidad y la protección de sus datos personales, como al acceso de sus datos médicos clínicos, a otorgar directivas anticipadas y a la muerte digna, entre otros.

Por su parte, la Ley 27.678 (Ley de Cuidados Paliativos) legisla sobre el derecho del paciente a recibir cuidados paliativos integrales. Para la OMS, este enfoque especial en el cuidado de las personas que tienen enfermedades graves constituye un planteamiento que mejora su calidad de vida y la de sus allegados, cuando afrontan problemas inherentes a una afección potencialmente mortal. Previenen y alivian el sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento correcto del dolor y otros problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o espiritual.

La psicooncología es un campo interdisciplinar que participa en la prevención, acompañamiento del paciente y su familia en la búsqueda del diagnóstico, en lo específico del mismo, el afrontamiento de la enfermedad, cuidados paliativos, rehabilitación y la resolución de la enfermedad. Formamos parte del equipo tratante, interactuamos en el accionar sanitario, comunitario y educativo. Así como en la reflexión del modo en que nos comunicamos. Acompañar, atender y contener al paciente con cáncer, a la familia y al equipo tratante es uno de nuestros objetivos.

*Psicóloga. Docente de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la Universidad Abierta Interamericana.