Terapia ocupacional y los desafíos en pandemia
Por Celina Magalí Miranda*
Luego de haber cursado mi primer año de Terapia Ocupacional presencialmente, el 2020 me tomó por sorpresa.
La situación a nivel mundial lo advertía, pero mi entusiasmo por seguir cursando, por reencontrarme con mis compañeros, por ver lo que me deparaba este año, por realizar mis primeras prácticas, era más grande.
Habitualmente, al concurrir a la Universidad, me tomaba mi tiempo para prepararme y ver que todo estuviera en orden. Pero este año, separar las actividades, tomarme ese tiempo, centrar mi atención específicamente en algo, fue más difícil. La sobreocupación y el desequilibrio se hicieron presentes. Sin embargo, llevando la terapia ocupación a mi propia vida, comprendí eso que día a día nos enseñan: volver a establecer un equilibrio ocupacional en la nueva rutina, separar los tiempos y ordenarlos, y diferenciar los roles que cumplo diariamente.
El 2020 transcurrió y hoy, a dos meses de terminar mi segundo año, pude realizar las prácticas comunitarias. De una manera diferente a como realmente lo esperaba, pero esta modalidad llegó para quedarse. No voy a negar que la incertidumbre y la ansiedad fueron parte del proceso, pero como nos dijo alguna vez nuestro director Marcelo Esper: “Todos los días aprendemos algo nuevo, constantemente estamos aprendiendo y eso ocurre hasta nuestro último día”. Aprendí, me adapté y seguí.
Entendí que las herramientas tecnológicas hoy en día hacen posible nuestra intervención, siendo recursos imprescindibles que permiten acercarnos. De hecho, gracias a su disponibilidad, actualmente es viable el desarrollo de esas prácticas, ver al otro, conectarnos y compartir, intervenir en su realidad y ser parte de la misma. Y lo más hermoso, finalizado cada encuentro, darnos un abrazo a la distancia. Sentir que a pesar de todo podemos seguir estando cerca.
Es importante destacar la adaptación que han hecho nuestros profesores, no solo al momento de dar clases, sino también en su vida laborar. Cuando nos comparten sus experiencias, en lo personal, me dejan un claro ejemplo de pasión y dedicación por la terapia ocupacional y por superar los desafíos que se presentan día a día.
Luego de tanta incertidumbre, hoy siento que lo logré.
*Alumna de la Licenciatura en Terapia Ocupacional – Delegación San Nicolás