El rol de la mujer en la ingeniería
*Por Silvia Poncio
Argentina requiere de una mayor cantidad de ingenieros para cubrir la demanda creciente del sector productivo. En este sentido, la participación de la mujer se vuelve clave en estos espacios para poder pensar y construir un sector que es estratégico, con una impronta interdisciplinaria y más equitativa.
En una disciplina tradicionalmente ejercida por hombres es imperioso profundizar una tarea de concientización para elevar el perfil de la mujer en la actividad, centrando la atención en las oportunidades laborales disponibles dentro del mercado. El sector digital, que se encuentra en pleno crecimiento, y la importancia de la informática en la vida cotidiana, tienen su correlato en la búsqueda de nuevos profesionales, cada vez más cotizados.
Los ingenieros en sistemas son expertos del mundo informático, poseedores de competencias que los habilitan para administrar los recursos tecnológicos y humanos de cualquier organización. La formación universitaria les permite realizar actividades de concepción, diseño creativo, desarrollo e implementación de sistemas completos, en las áreas del hardware, software, de las telecomunicaciones, del análisis y del gerenciamiento.
El contexto actual abre un amplio mercado laboral para los ingenieros, con una creciente demanda en programación, inteligencia artificial o ciberseguridad, entre otros, acompañado por una remuneración muy superior al promedio de los empleos tradicionales. Asimismo, el vertiginoso progreso tecnológico y la digitalización acelerada en todos los ámbitos de la sociedad exige de la presencia de personas capacitadas y actualizadas, convirtiendo a la profesión en una garantía laboral y un trabajo con perspectivas de futuro y crecimiento.
De acuerdo a la última estadística difundida por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación, indica que aproximadamente el 24% de los nuevos matriculados en el sistema universitario lo hace en las diferentes carreras vinculadas a la ciencia y la tecnología. A su vez, dentro de este guarismo, las mujeres representan apenas el 6% del total de los alumnos ingresantes a las carreras científico – tecnológicas.
Es necesario trabajar para que las jóvenes incursionen en un terreno cada vez más fértil para desarrollarse profesionalmente, con igualdad e inclusión. La democratización de la educación superior exige la construcción de nuevos lazos entre las entidades formadoras, las empresas y el sector público, con acciones institucionales para mejorar la formación de los profesionales con una perspectiva de género, lo cual redunda inequívocamente en un mayor crecimiento económico y desarrollo humano para todos.
La Organización de las Naciones Unidas, en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, sostiene que “poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es sólo un derecho humano básico, sino que además es crucial para el desarrollo sostenible. Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”.
La labor de las mujeres ingenieras en la actualidad nos obliga a reivindicar y reconocer su rol, llevando adelante una tarea que desempeñan con talento e innovación dentro de un campo que está transformando al mundo.
*Directora de la carrera de Ingeniería en Sistemas Informáticos de la Sede Rosario – Miembro de la Comisión Mujeres, Género y Diversidad en Ingeniería de la Red de Ingeniería en Informática.