Estudiantes de Ingeniería en Sistemas de la UAI participaron del programa internacional Santander X Explorer con un proyecto de prótesis biónicas para niños

Axel Gasser, Florencia Silva y Valentina Heinen, estudiantes de primer año de la carrera de Ingeniería en Sistemas de la Universidad Abierta Interamericana, finalizaron su participación en el programa internacional Santander X Explorer, una pre-incubadora gratuita de emprendimientos de base tecnológica con impacto social. Como cierre del recorrido, presentaron su proyecto ante un jurado internacional, consolidando una experiencia formativa que combinó innovación, tecnología y compromiso social desde los primeros años de la carrera.

Los tres estudiantes coinciden en que su elección por Ingeniería en Sistemas está atravesada por la curiosidad, el desafío intelectual y las ganas de transformar ideas en soluciones concretas.

Axel se define como una persona curiosa, motivada por aprender constantemente y salir de su zona de confort. Su interés por la electrónica, la economía y la resolución de problemas lógicos confluyó naturalmente en la carrera. Florencia, en tanto, destaca su perfil analítico y su atención al detalle, junto con el disfrute por entender cómo funcionan las cosas y construir soluciones eficientes a través de la tecnología. Valentina suma a ese perfil lógico una fuerte impronta creativa: le interesa ver cómo las ideas evolucionan, se estructuran y se convierten en proyectos reales mediante procesos tecnológicos.

El proyecto que llevaron al programa propone el desarrollo de prótesis biónicas de miembros superiores para niños, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3, 10 y 12 de la Agenda 2030 de la ONU. La idea tiene un origen previo al programa. Axel comenzó a interesarse por las prótesis biónicas en 2019, impulsado por su deseo de aprender electrónica. Durante la pandemia profundizó su formación de manera autodidacta y luego, ya dentro del CAETI, en el laboratorio de robótica de la UAI, pudo aplicar esos conocimientos en un entorno académico y técnico. A partir de un modelo inicial, el equipo desarrolló un primer MVP con el objetivo de presentarse en Santander X Explorer. Dentro del programa, el proyecto fue evolucionando y pivotó hacia un enfoque específico: los niños, quienes enfrentan mayores barreras de acceso, adaptación y actualización de prótesis.

Los estudiantes eligieron presentar este proyecto en Santander X Explorer porque encontraron en el programa un espacio alineado con su propósito: innovación con impacto social. Explorer funciona como una pre-incubadora internacional, ofreciendo herramientas, mentorías y acompañamiento para transformar ideas en proyectos reales y sostenibles.

Se enteraron de la convocatoria a través de la universidad y vieron en ella una oportunidad concreta para validar su propuesta, aprender metodologías emprendedoras y conectarse con otros equipos y mentores. Si bien comenzaron con expectativas simples —aprender y ver hasta dónde podían llegar—, la experiencia superó ampliamente lo esperado.

A lo largo del programa atravesaron instancias de formación, intercambio y validación que los obligaron a mirar su proyecto desde nuevas perspectivas. Trabajaron con usuarios reales, incorporaron feedback, ajustaron su propuesta de valor y fortalecieron su estrategia. Además, contaron con el acompañamiento de la UAI, que facilitó vínculos con organizaciones como CILSA y el Área de Discapacidad del Municipio de Vicente López, con quienes se firmaron acuerdos en el marco del proyecto de Innovación Tecnológica Informática para la inclusión de personas con discapacidad.

Uno de los momentos más significativos fue la preparación y presentación del pitch ante un jurado internacional. Condensar meses de trabajo en apenas dos minutos implicó un enorme desafío, pero también una instancia clave de aprendizaje. El equipo tuvo que definir con claridad su misión, el impacto buscado y la forma más efectiva de comunicarlo.

La experiencia estuvo atravesada por nervios, preparación y mucha emoción. Más allá del resultado, ese momento representó la confirmación de que el proyecto tiene sentido, potencial y un camino posible de desarrollo.

El paso por Santander X Explorer dejó aprendizajes que van mucho más allá de lo técnico. En términos tecnológicos, incorporaron metodologías de validación, herramientas de diseño y prototipado, análisis de datos y estructuración de proyectos escalables. En paralelo, desarrollaron habilidades clave como la comunicación efectiva, la presentación de ideas y la toma de decisiones estratégicas.

Sin embargo, el mayor crecimiento se dio en el plano humano: aprender a escuchar activamente a usuarios reales, trabajar en equipo, gestionar la incertidumbre, adaptarse al cambio y fortalecer la resiliencia. Comprendieron que emprender no es solo tener una buena idea, sino transitar un proceso de aprendizaje constante, apoyándose en otros y ajustando el rumbo cuando es necesario.

Actualmente, el equipo se encuentra trabajando en el diseño y desarrollo de los primeros prototipos funcionales. Cuentan con los conocimientos técnicos, una red de contactos y canales para iniciar pruebas iniciales con pacientes. El próximo paso clave para convertir el proyecto en un desarrollo real es el financiamiento, que permita producir prototipos, iterar sobre los diseños y avanzar hacia pruebas en contextos clínicos.

Los estudiantes imaginan un futuro en el que estas prótesis biónicas sean accesibles, adaptables y sostenibles, y donde la tecnología pueda devolver autonomía, dignidad y oportunidades a niños y sus familias.

Desde su experiencia, recomiendan a otros estudiantes animarse a participar en programas internacionales desde los primeros años de la carrera. Esperar el “momento perfecto” —aseguran— suele ser una trampa. Emprender es animarse a probar, equivocarse y aprender en el camino.

Santander X Explorer les permitió complementar su formación técnica con una mirada emprendedora, entender cómo la tecnología puede generar impacto real y descubrir capacidades que no sabían que tenían. Si pudieran volver al primer día del programa, el mensaje sería claro: confiar más en sí mismos, aprovechar cada instancia y disfrutar el proceso.