Becaria del CAECIHS ganó una prestigiosa beca para trabajar en un laboratorio de Suiza
Participación destacada en ASIA 2024
María Victoria Rocca Freytes, joven científica argentina, Licenciada en Biotecnología graduada de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y becaria del Centro de Altos Estudios en Ciencias Humanas y de la Salud (CAECIHS) de la UAI, ganó la beca de la Unión Europea llamada "Marie Sklodowska Curie-Project-RISE" (Research and Innovation Staff Exchange) REFRACT, por la que trabajará tres meses en Suiza. Lo hará en la Zurich University of Applied Sciences ZHAW junto a la profesora Maria Anisimova.
Victoria trabaja en el CAECIHS desde finales del 2020, entró en plena pandemia y desde enero del 2021 comenzó sus trabajos experimentales de Laboratorio. El 4 de marzo pasado defendió su trabajo de grado con éxito y se sacó nada menos que un 10. Su camino para llegar a ganarse la beca de Suiza fue largo. Como tantos otros jóvenes científicos vernáculos, pelea para poder ingresar a un sistema que en Argentina es más que complejo. Ahora tendrá la posibilidad de conocer y generar lazos en el "primer mundo", justamente en un país donde todo funciona y lo hace bien: su símbolo más conocido es un reloj.
Una de las directoras del trabajo final de Victoria fue la Dra. Jimena Cabilla, quien fue testigo del esfuerzo de su colega para llegar hasta aquí. "Entró como estudiante de la Licenciatura en Biotecnología de la UNQ para hacer su trabajo final de grado. La UAI le otorgó un estipendio para poder desarrollarlo. Fue aprendiendo técnicas, formándose, y al final de su trabajo de grado comenzó en el laboratorio del Dr. Mariano Belaich, con el cual tenemos una colaboración", rememoró. Relató que fue hasta allí fue para desarrollar un vector baculoviral que se necesitaba para realizar sus experimentos. Luego volvió al CAECIHS para corroborar en vivo su trabajo final.
"Nuestro laboratorio tiene dos grandes temas de trabajo. Uno es la oncología experimental, y el otro es toxicología. Victoria entró en el tema de la oncología, donde estudiamos dos proteínas de una enzima que se llama 'guanilil ciclasa soluble', compuesta por dos subunidades: una alfa y otra beta. Lo que hacemos en el laboratorio es investigar el rol que tienen cada una de éstas en procesos tumorales. Sobre todo, en tumores hormonodependientes como endometriales, de cuello uterino y de mama", detalló Cabilla.
Según la tutora, el trabajo de Victoria fue estudiar el rol de la subunidad alfa en el desarrollo en el cáncer endometrial y cervicouterino o cervical, y los resultados confirmaron algunas de las evidencias previas de que esa subunidad tiene un rol pro-tumoral. Es decir que, cuando esta se expresa, estos tipos de tumores proliferean y migran más: son más agresivos.
"Victoria hizo experimentos tanto in vitro, en cultivos celulares usando líneas tumorales derivadas de humanos, así como en ensayos in vivo. Para esto último utilizamos ratones inmunodeprimidos a los cuales se les inyectaron estas células que modificamos con el vector que desarrolló en el laboratorio del Dr. Belaich, que nos permite sobreexpresar esta proteína en las células", aseguró sobre el objeto de estudio.
Respecto de qué es un vector, Victoria explicó que para identificar qué función tiene lo que sea que se quiera estudiar dentro de la célula, por ejemplo, una proteína, "se debe modificar o alterar algo dentro de la célula". "Una de las formas es cambiando los niveles de expresión de esa: podés aumentarlos o bajarlos. En base a ese aumento o disminución, vez qué efecto causó y podés sacar conclusiones", aseguró.
La beca de Suiza y ser científica en Argentina
Siempre en el contexto de su trabajo final, Victoria había aplicado a dos becas, una de la CIC (Comisión de Investigaciones Científicas) y otra la CIN (Consejo Interuniversitario Nacional), para el desarrollo de ese vector. En el plan nacional de ambas se establece la colaboración entre los laboratorios CAECIHS y el de la UNQ (a cargo del Dr. Belaich). Victoria se presentó a las dos y ganó ambas, pero optó por la beca de la CIC.
"Me presenté para la beca doctoral en el CONICET con la UAI como lugar de trabajo principal y la UNQ como secundario, para poder nuevamente desarrollar un vector y, a su vez, me presenté en el doctorado de la UNQ como lugar donde voy a defender el doctorado", contó. A través de ese doctorado con la UNQ finalmente aplicó para obtener la beca de Suiza, un proyecto particular dentro de un grupo mayor llamadas "Marie Curie".
Para poder presentarte tenía que cumplir ciertos requisitos como estar inscripta al doctorado, tener alguna manera de financiarse, un buen promedio, la tesis defendida (ser Licenciada) y un lugar de trabajo. "Tenés que estar en tema, no podés presentarte así nomás", sentenció Victoria. A raíz de esa beca en la que quedó, pudo elegir distintos laboratorios de Europa y eligió Suiza "porque era el proyecto que más me gustaba, donde está la Dra. Maria Anisimova, quien me va a dirigir durante los tres meses que estaré allá".
"Voy a realizar tareas de bioinformática, que es una herramienta que está todo el tiempo creciendo y es importante que lo aprendamos, al menos en nuestro laboratorio. Y, quizás, si la directora de ahí me lo permite, puedo mechar algunas cosas que estoy haciendo en CAECIHS", dijo. El pasaje y la estadía se lo tuvo que pagar ella, ya que ninguna beca contempla eso. Sí le pagarán 2100 euros por mes para poder vivir.
"Está bueno por todos lados. Primero, porque voy a aprender de bioinformática que lo único que vi fue un cuatrimestre en la carrera, y es una herramienta que te permite hacer muchas investigaciones sin muchos costos, porque es con la computadora y bases de datos. A nosotras (por Jimena) nos gusta hacer relaciones con varios laboratorios y no quedarnos solamente en uno, porque es muy difícil abarcar todos los campos por costos y por equipos. Entonces, generar vínculos es bueno", aseguró.
Respecto de lo que espera del choque cultural entre la Argentina y Suiza, Victoria cree que "los tiempos van a ser mucho más rápidos". "No solamente por el tipo de investigación, sino que si necesitás hacer algo experimental en el laboratorio, entiendo que sería mucho más rápido. Los reactivos te llegan en el día o en uno o dos y acá quizás te tarda de uno a seis meses. Para hacer un doctorado tenés cinco años. Entonces, si estás esperando a que te llegue un reactivo seis meses... Se te atrasa todo", explicó.
De esto último se desprende lo difícil que es hacer investigación y ciencia en nuestro país. Jimena dijo al respecto que el problema es "la financiación". "Victoria se presenta en la beca doctoral del CONICET, cuyos resultados tendrían que haberse dado en diciembre del año pasado y todavía no están. Todos los chicos como ella están en un limbo en el cual no saben si entraron al sistema científico, o si tienen que buscar trabajo de otra cosa. En ese marco es muy difícil trabajar", detalló.
Bajo su óptica, los recursos humanos como Victoria, jóvenes que están altamente formados, con un promedio excelente, con empuje, curiosidad y con ganas de hacer contactos, son un desperdicio si llegan a emigrar por una cuestión de financiación. "Por eso también es tan valorada la ciencia argentina, porque con muy poco tenemos un nivel de competitividad equiparable a lo que se ve en Europa y EE.UU. Y eso está mal porque nos dicen: 'Te la rebuscás con lo que sea'. Pensemos cuánto se podría hacer si realmente tuviésemos los recursos mínimos", insistió.
En todo este contexto, destacó también "el enorme apoyo dado por la Secretaría de Investigación de la UAI, que otorga financiamientos y actualizaciones constantes garantizando la continuidad de nuestras investigaciones".
"Uno tampoco pide lujos, sino garantizarles a estas jóvenes promesas el hecho de poder entrar al sistema científico. Son chicos que se capacitaron, que estudiaron carreras muy difíciles y duras para entrar y seguir apostando a un sistema científico que está muy bastardeado. La gente está emigrando y es grave el tema de la fuga de capital humano en ciencia. Hacemos un montón con lo que podemos", reiteró.
Por último, Victoria dijo que en Suiza espera poder generar vínculos con otros laboratorios, no solamente con el que va a ir, "para ver si nos pueden ayudar, si hay algo que podamos hacer en colaboración con ellos". "La realidad es que no me quiero quedar en Suiza, no es mi idea irme del país. Por eso saqué pasaje ida y vuelta: voy a volver. Cuando vuelva veré qué pasará con el CONICET y veremos", concluyó.