Investigación de imágenes digitales e interactivas como herramientas simbólicas en niños y niñas con condición del espectro autista
Mariana Sartori es Doctora en Psicología y trabaja como becaria doctoral en el Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (IRICE) del CONICET, además de ser profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario. Con la UAI, donde también fue docente, la une un proyecto de investigación sobre el uso de imágenes digitales e interactivas como herramientas simbólicas en niños y niñas con condición del espectro autista.
El mismo está en etapa de germinación. El proyecto fue recientemente aprobado, actualmente se está trabajando en la revisión de la literatura, evaluando los consentimientos informados por parte del comité de ética y realizando reuniones con instituciones donde tendrá lugar el trabajo de campo, contó Sartori.
En su tesis doctoral, dirigida por Olga Peralta, realizó un arduo trabajo con niños y niñas con desarrollo típico, que sirve de antecedente al estudio que ahora encara en la UAI. En aquella oportunidad participaron más de 120 niños y niñas y 400 adultos.
"Antes de dedicarme a la investigación, trabajé haciendo acompañamientos terapéuticos con niños y niñas con condición de autismo, entre otras cuestiones. Retomando mis primeros pasos en la profesión así como mi investigación doctoral, me interesó construir un proyecto de investigación que indague el uso y la comprensión de imágenes digitales interactivas como herramientas simbólicas en niños y niñas con condición del espectro autista", detalló sobre cómo surgió la nueva investigación.
- Contanos un poco de la investigación que realizaste.
- Hace cinco años me incorporé en un equipo de investigación dirigido por Olga Peralta sobre comprensión simbólica y aprendizaje infantil. Se trata de una línea surgida en los años 80' en Estados Unidos, posteriormente desarrollada también en Argentina, que dio lugar a un modelo teórico, desde dónde comprender y explicar el uso y comprensión infantil de diversos símbolos. Existen muchísimas definiciones y criterios de clasificación de los símbolos. De manera muy general, podemos decir que un símbolo es una entidad que alguien propone para representar algo, y por tanto tiene una dimensión representacional, comunicativa e intencional. Los símbolos que utilizamos cotidianamente no son solo el lenguaje oral y escrito, sino también las fotos, mapas, señales de tránsito, gestos, etc. Es decir, a diferencia del resto de las especies, los seres humanos vivimos en un mundo simbólico. Representamos el mundo externamente y nos expresamos a través de símbolos construidos en el seno de la cultura.
Desde esta línea, en el doctorado estudié la comprensión y uso infantil de imágenes digitales interactivas, provistas por tablets. Realizamos estudios empíricos, en las instituciones educativas y en los hogares de los participantes. Los niños y niñas hoy día manipulan las tablets muchas veces mejor que un adulto, pero más allá de esto: ¿Comprenden simbólicamente las imágenes proyectadas? ¿Cómo interactúan con estas herramientas? Esto es fundamental al pensar en su uso con fines educativos, considerando que constantemente usamos imágenes y objetos como herramientas didácticas y en los últimos años las tecnologías tienen cada vez más presencia.
- ¿Hay un solo tipo de autismo?
- Actualmente, el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su última versión establece como criterios diagnósticos dos grandes aspectos: dificultades en la comunicación e interacción social y patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento. Ahora bien, más allá de esto, la etiqueta autismo a secas dice muy poco, encontrando personas con características y perfiles muy diferentes. Dentro de esta categoría diagnóstica hablamos de un espectro, es decir, de un continuo que implica concebir las capacidades en su dimensionalidad. La recomendación es que el diagnóstico sea realizado por profesionales especializados en el tema. Una buena práctica diagnóstica no sólo debiera establecer las dificultades, sino también las potencialidades de la persona, y en función de eso orientar un plan terapéutico singular, adecuado, que también considere al entorno de la persona.
- ¿Qué puede aportar este proyecto en ese sentido?
- Desde un enfoque socio constructivista se emplean diferentes símbolos como sistemas de apoyo para potenciar la comunicación y el aprendizaje de las personas con autismo. Habitualmente se usan imágenes impresas, pictogramas. Actualmente, hay un interrogante en torno a si las imágenes digitales e interactivas provistas por tablets favorecerían la comunicación y el aprendizaje. Tienen ciertas características particulares por lo que no se puede extender a ellas lo que sabemos sobre al uso y comprensión de otros símbolos. La principal característica es que son interactivas. A diferencia de un libro, la pantalla responde de manera instantánea y acorde a las señales que emitimos. Diferentes investigaciones señalan que los niños y niñas utilizan estas herramientas en soledad, sin acompañamiento adulto. Se ha sugerido que la naturaleza potencialmente autónoma de estas herramientas podrían generar un entorno más cómodo y propicio para las personas con autismo, promoviendo el interés, favoreciendo el aprendizaje y la comunicación. Bajo esta hipótesis, se realizaron diferentes estudios pero aún no hay resultados concluyentes. En función de este recorrido, considerando la investigación previa y los antecedentes teóricos, el propósito es indagar: ¿El uso de imágenes digitales e interactivas favorece la comprensión como símbolo en niños y niñas con autismo? ¿Qué características presenta la interacción con estas herramientas? Este es el corazón del proyecto. Esperamos que los resultados puedan tener implicancias en lo que respecta al uso de dispositivos tecnológicos como herramientas de intervención psico-educativa.
- ¿Cómo fue la interacción en la investigación de los niños y niñas con las pantallas?
- Para la investigación doctoral desarrollé una aplicación, con la asistencia de un ingeniero en sistemas, que instalamos en una tablet. Se trata de un juego que permitió evaluar la comprensión simbólica infantil de este tipo de imágenes. Fue un trabajo arduo pero nos permitió adaptar un procedimiento previamente empleado para este trabajo. Cuando trabajamos en investigación con niños y niñas diseñamos ciertos procedimientos o tareas, siempre a modo de juego, que nos permiten responder nuestras preguntas de investigación.
Respecto a la interactividad es la propiedad de la pantalla de proveer de respuestas físicas y sociales que históricamente fueron provistas por otro ser. Eso es lo novedoso. Una aplicación nos guía, corrige y felicita a través de animaciones, sonidos, etc. Hay una serie de pistas sociales que hoy en día pueden estar mediadas por una pantalla y que históricamente fueron provistas por otros seres humanos. Esto generó una serie de interrogantes, por ejemplo, ¿esto dificulta o favorece la comprensión infantil? ¿La interacción con la pantalla podría ser suficiente en procesos de aprendizaje o el andamiaje adulto es insustituible? Algunas de estas preguntas son las que trabajé en mi tesis.
- Hay todo un debate o el tema está en la agenda social sobre el uso de pantallas en los chicos. ¿Qué hay para decir en ese sentido?
-Ciertas investigaciones demostraron que un mayor tiempo de pantallas impacta negativamente en el desarrollo del lenguaje, habilidades emocionales, se asocia a mayor riesgo de sobre peso y trastornos del sueño. Por esto, la Asociación Americana de Pediatría, la Organización Mundial de la Salud, y en nuestro contexto la Sociedad Argentina de Pediatría han sugerido que los niños y niñas menores al año y medio no usen pantallas, y que los de entre un año y medio y cinco, no excedan una hora diaria. La recomendación es que el tiempo de pantallas no sustituya la interacción social, el juego, la actividad física y las horas de sueño.
Ahora bien, a raíz de la pandemia y más allá de que estemos o no de acuerdo, las pantallas son la vía exclusiva para comunicarnos, trabajar, enseñar, aprender, etc. Entonces, las últimas recomendaciones de los organismos de salud enfatizan la importancia de supervisar la calidad de los contenidos, el acompañamiento y guía adulta, y no sólo el tiempo de uso.
- ¿Cómo surgió tu interés por la psicológía?
- Soy de la generación del polimodal y fui a una escuela con orientación contable. Lo que me quedó de esa experiencia es que, definitivamente, a ese tipo de cuestiones no me iba a dedicar. No quería a ser ni contadora ni nada que se le parezca. Quería orientarme a las ciencias humanas. En su momento, una profesora me acercó material de diferentes carreras para que vaya explorando. Estaba entre Derecho y Psicología y, finalmente… aquí estoy. Cuando empecé la carrera me apasioné pero en el transcurso tuve dudas. Sobre todo porque me iba dando cuenta, desde muy temprano, que no quería dedicarme exclusivamente al área clínica. Así fue que tuve momentos de crisis, que derivó en una gran búsqueda con su cuota de creatividad. Terminé dedicándome a la investigación dentro de la psicología, que es un campo un poco explorado y para mí apasionante.