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Laboratorio experimental de investigación en diseño biofílico en Rosario

Daiana Zamler (37) es arquitecta graduada de UAI, docente e investigadora del Centro de Altos Estudios en Arquitectura y Urbanismo (CAEAU) en Rosario. Después de recibirse en Buenos Aires, tuvo la oportunidad de presentarse a una beca doctoral cofinanciada por UAI-Conicet, que está llegando a su fin.

A partir de su desarrollo como becaria doctoral empezó también a colaborar y tener distintos proyectos de investigación a cargo en el CAEAU y ahora dirige un laboratorio de investigación en el que unas 20 personas experimentan con patrones de diseño biofílico en un caso de estudio en el que ella ya venía trabajando en su tesis.

En lo que significó un largo proceso con avances interconectados, toda la experiencia que Zamler ganaba a través de los años se fueron volcando y combinando para terminar de crear el laboratorio. "Una cosa llevó a la otra, todo se fue retroalimentando: mi trabajo como investigadora, el foco de la tesis doctoral, el producto de los proyectos radicados en el CAEAU y la experiencia docente", destacó la especialista.

Daiana Zamler.

Concretamente trabaja en teorías que provienen del campo de la Psicología Ambiental. "Me encontré con un documento de patrones de diseño específico, que se llama '14 patrones de diseño biofílico', su teoría proviene del campo de la Psicología Ambiental, pero fue concebido para una aplicación concreta y directa en el campo proyectual arquitectónico", clarificó.

"La inquietud e interés por estos innovadores patrones me motivó a armar un grupo, un equipo en principio con estudiantes, para probar estas pautas de diseño sobre el caso de estudio que venía elaborando en la tesis doctoral", señaló. Específicamente, experimentan para aplicar estos patrones pensando en rediseñar dos parques de la ciudad de Rosario: el Parque España Sur y el Parque de las Colectividades, ambos sobre la costa central del río Paraná.

Son emblemáticos a nivel cultural, patrimonial, arquitectónico, social, etc., y Zamler los investiga desde el año 2018, indagando cuáles son las relaciones entre las formas de uso y la configuración espacial.

"Cuando empiezo a integrar cuestiones de la Psicología Ambiental, comienzo a estudiar cómo el espacio nos afecta en las percepción, y cómo nuestra percepción de los lugares que experimentamos, que vivimos, afecta, entre otras cuestiones, nuestras emociones y estado de ánimo. Y, finalmente, una de las cuestiones más reveladoras de la integración de esta teoría es nuestra salud, tanto física como mental", destacó.

Y continuó: "El diseño biofílico habla de nuestra conexión innata, filogenética a la naturaleza y cómo esa conexión afecta nuestra salud emocional y física porque está dentro de nuestro ADN". Además, vale aclarar que justo este tema tomó aún más relevancia con las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.

Sobre el armado del laboratorio, aseguró que la experiencia fue muy interesante, ya que al principio pensaba que solamente le podría interesar a dos o tres personas, pero que se sorprendió al ver que, por algún motivo, el tema generó un interés más amplio. "Empezamos siendo 15, nos mantuvimos en un equipo estable de 12”.

"El interés continuó y, a pesar de haber terminado el año lectivo, el laboratorio siguió funcionando e incluso creció", contó. Recientemente se integraron docentes y en estos días se están incorporando cuatro colaboradores más, con lo cual la trayectoria cuenta con al menos 20 personas. "La innovación consiste en experimentar una teoría emergente aplicada a procesos de diseño proyectuales, y también en el propio método pedagógico que se basa en el trabajo colaborativo y en el aprendizaje a partir de la investigación y del proyecto en forma simultánea", detalló.

Y dijo que algo a destacar es la experiencia en el sentido del trabajo colaborativo. "Estamos teniendo un ida y vuelta muy enriquecedor entre estudiantes y yo, que soy profesora e investigadora, y ahora también se anexaron dos profesoras de la facultad. Hoy en día, que lo que nos motive sea un interés genuino por querer hacer algo, aprender, o porque nos preocupa un tema, es algo muy valioso", aseveró.

Y dijo que esto es más valorable en el ámbito académico. "A mí misma me sorprende ver que este sea un tema que atrae más allá de mi propio interés por la investigación. Evidentemente hay una inquietud en el ámbito de la Facultad de Arquitectura por empezar a preguntarse sobre este tipo de cuestiones que tocan temas como la salud y el bienestar desde lo psicológico, lo emocional y lo físico en relación a los espacios construidos. Y hay que reconocer que no es algo tan común que se trate como tema en la formación académica y profesional", concluyó.

- ¿Cómo llegaste a ver temas del campo de la Psicología Ambiental?
- Es parte de mi trabajo de investigación de los últimos seis años en el que me empecé a preguntar sobre estas relaciones entre lo subjetivo, lo que perciben las personas, y lo espacial, especialmente enfocado en los espacios públicos. En esta búsqueda es que encontré que muchas de las respuestas a preguntas muy incipientes que tenía en los inicios de la investigación, estaban en esta otra área de conocimiento. Así, como parte de mi formación doctoral hice un intercambio disciplinar específico bajo la tutoría del doctor en Psicología Social, Sergi Valera Pertegás, de la Universitat de Barcelona, que me ayudó a instruirme y sumergirme en este campo de estudio. Esta búsqueda comenzó en el 2018, hasta que me encuentro con estos patrones en el 2022.

- ¿Por qué la elección de estos parques?
- Caminando por Rosario, especialmente en la zona de la Costa Central, que por esos tiempos la recorría casi a diario, me llamaba mucho la atención que, a priori, había una diferencia de uso y de afluencia entre los dos sectores. Uno repleto y desbordado, y otro mucho más despojado y despoblado. Me empecé a preguntar qué cuestiones del diseño podrían incidir ahí. Entonces inicié una investigación de campo basada en otra metodología para empezar a entender estas cuestiones, y esos resultados me llevaron también a conocer algunos aspectos específicos que tienen que ver con la configuración espacial, las formas de uso y las sensaciones de confort.

- Podrás nombrar algunas...
- Si. En el parque España Sur, por ejemplo, prácticamente no hay sombra, si alguien tiene que elegir ir a pasar un largo rato en verano, no lo hace porque no tiene un espacio o árbol dónde protegerse del sol o del calor. Lo mismo sucede con los baños, ante su escasez se eligen mayormente otros espacios. Las personas suelen optar naturalmente por lugares que ofrecen una mixtura entre sombra, sol, verde, paisaje (natural o construido) y actividades para hacer. Y este parque, si bien tiene una visual muy atractiva por ofrecerse como un "balcón" al río y por ser parte del patrimonio cultural urbano, aún así es muy árido. El Parque de las Colectividades, en cambio, está en una parte más alta, sobre la barranca que da al río, pero también tiene otra calidad de verde, tiene baños (aunque escasos) y otro tipo de equipamiento que lo hace más atractivo. Desde ya que hay mucho más por decir que esto, pero básicamente estamos hablando de confort físico y cognitivo. Sin embargo, en esta arena se integran también temas de seguridad, mantenimiento, infraestructura, y otras cuestiones urbanas materiales y simbólicas que se dan todas en simultáneo al hablar del espacio público.

- Estas teorías y experimentos sobre cambios en los parques que están investigando: ¿Luego lo presentarán para concretarlos?
- Nuestra idea a futuro es poder presentar o lograr una propuesta completa entre lo teórico y lo proyectual que argumente las decisiones que estamos elaborando, experimentando, pensando, para rediseñar estos parques y sacarla del laboratorio. Hay varias opciones potenciales que estamos considerando. En principio nos estamos centrando en el contenido, en el aprendizaje y los resultados de la propia experiencia investigativa y proyectual. Estamos integrando en el proceso proyectual estrategias de diseño basadas en teoría científica. Es un ida y vuelta, en el que vamos de la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría. Ese es el corazón de la investigación y del ensayo en desarrollo.

- ¿Estos patrones pueden aplicarse a cualquier construcción?
- El diseño biofílico está siendo una práctica emergente que todavía no está muy difundida, especialmente en América Latina, pero sí tiene aplicaciones concretas. Uno de los ámbitos donde actualmente los patrones son mayormente aplicados es en el diseño de oficinas. Esto es porque hay evidencia sobre los efectos que puede tener el contacto con la naturaleza, con elementos o materiales naturales y con otras cualidades de diseño en los niveles de concentración, así como en los niveles de estrés o salud, que finalmente llevan a reducir las ausencias por enfermedad y el aumento en la productividad.

Nosotros en este caso decidimos aplicarlos en el diseño de estos dos espacios públicos por diversos motivos entre los que podríamos destacar dos. El primero, es por el protagonismo que cobró el espacio público recreativo en el contexto urbano, como lugar para el alivio físico y mental de las presiones cotidianas, pero también en situaciones extremas como las que se vivieron en los tiempos de encierro durante el 2020. El segundo, es porque se contaba como antecedente con los datos y resultados de la investigación de campo que se hizo 2018-2020 que no solo aporta información valiosa, sino que resulta un aporte necesario para ser integrado al diseño biofílico y concebir así proyectos arraigados a las formas reales de uso de lugares específicos.