Cambio climático y transiciones justas en debate. Agua, energía y alimentos para nuestro futuro

La Sede Rosario de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) fue el epicentro de un espacio indispensable para el debate sobre el cambio climático y el desarrollo de un modelo sostenible y sustentable. El coloquio internacional, denominado “Cambio Climático y Transiciones Justas: Agua, Energía y Alimentos para Nuestro Futuro”, se llevó a cabo en el Aula Magna de la UAI reuniendo exponentes del ámbito internacional, nacional y local.

Coordinado por las doctoras Gisela Rausch (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET / UAI-, Taller Ecologista) y Marian Sola Álvarez (Universidad Nacional de General Sarmiento – UNGS), el evento contó con el acompañamiento del CONICET Rosario, UNGS, el Taller Ecologista y el Instituto de Salud Socioambiental (InSSa).  

Mario Lattuada (Vicerrector de Investigación, UAI); Gisela Rausch (CONICET/UAI); Marian Sola Álvarez (UNGS)

Asimismo, y gracias al trabajo sinérgico con la Secretaría de Transferencia de la Vicerrectoría de Investigación de la UAI, la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Desarrollo Productivo del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, patrocinó y financió esta actividad a través de la convocatoria de la Agencia Santafesina de Ciencia Tecnología e Innovación (ASACTEI): "ANR Eventos Científicos, Tecnológicos y de Innovación en el Sistema Productivo", que tiene como propósito apoyar y brindar recursos no reembolsables a la realización de eventos científicos, tecnológicos y de economía del conocimiento, que contribuyen al avance y difusión del conocimiento con un impacto significativo en el sistema productivo de la Provincia

Los debates se orientaron en tres ejes. El primero vinculado al agua, la energía y los alimentos, analizando la situación actual de amenaza en los humedales de la región en el contexto del funcionamiento de la Hidrovía Paraguay-Paraná y el proyecto de corredores bioculturales. En segundo lugar, se abordaron las experiencias de generación de energías renovables locales y participativas en la región, junto a la reflexión sobre la matriz energética fósil en Argentina. Finalmente, dialogaron sobre la producción de alimentos desde la agroecología y la consecuente relación entre la salud de la población y las formas de producción participativa y local de alimentos sanos.

 

Ecos de cambio: La transición socio ecológica desde el sur global

Proveniente de Lima, Urphy Vásquez Baca, ingeniera en Recursos Naturales y Energías Renovables, coordinadora del Grupo de Apoyo al Sector Rural del Departamento de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica del Perú y co-coordinadora en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - CLACSO, visitó la UAI para presentar una amplia gama de experiencias exitosas que permitieron encontrar soluciones energéticas situadas y participativas en comunidades peruanas, desarrolladas a partir de la articulación entre la universidad, las organizaciones sociales y las comunidades.

“Es importante debatir las transiciones socio ecológicas desde la justicia, la democracia, y la equidad, siempre desde una perspectiva latinoamericana, porque en nuestras regiones se carece de energía útil para satisfacer necesidades básicas, domésticas y productivas. Eso hace que se generen y reproduzcan pobrezas en términos multidimensionales, no solo desde el punto de vista energético, sino también alimentario, económico, hídrico, etc.”, explicó la especialista peruana e indicó que “las transiciones socio ecológicas justas tienen que ver con la democratización de la energía, el trabajo, cerrar las brechas de las desigualdades socioeconómicas y satisfacer las necesidades que generan bienestar en la sociedad”

Por su parte Antonio Lattuca, ingeniero agrónomo y creador del Centro Agroecológico Biodinámico de Rosario, afirmó: “En América Latina todavía tenemos campesinos y agricultura. En los últimos años hemos perdido esa palabra que viene de cultura y del campo. El trabajo de la tierra, en todas las culturas, era sagrado y solo podían hacerlo los chamanes acá y los sacerdotes en Europa. Esa cultura ancestral se mixtura con el conocimiento académico para crear algo que nos aporte a poder hacer nuestras ciudades más vivas”, y añadió: “Cómo la llevamos a la ciudad y podemos valorizar el trabajo del agricultor en ella, que puede ser una terraza o un patio. De esta manera no se produce solo alimentos, sino que se mejora el ambiente produciendo un nuevo y mejor hábitat”.

En el mismo sentido, Damián Verzeñassi, médico creador del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, advirtió que en el norte global se ha avanzado en la recuperación de habitabilidad en sus territorios después de un proceso de industrialización post Segunda Guerra Mundial que le permitió fortalecerse económica y militarme, a costa de la salud de sus territorios y sus poblaciones.

“Para poder recuperar la habitabilidad ha iniciado la geopolítica de la enfermedad, que es el modelo de traslado de todos los procesos productivos dañinos y contaminantes hacia el sur global de manera que puedan ganar tiempo en la recuperación de su salud y, al mismo tiempo, continuar sirviéndose de los bienes irreproducibles que tiene el sur global, como el agua, el suelo o lo minerales”, aseveró.  Por ello, consideró que “las transiciones eco sociales deben hacerse con una mirada desde el sur, con lo saberes de los pueblos originarios, campesinos y urbanos que, reconociendo las diversidades entre ellos, puedan pensar en otro tipo de organización social que renaturalice las ciudades y permita recuperar la naturalidad de los ciclos vitales”.

El periodista neuquino y miembro fundador del Observatorio Petrolero Sur, Hernán Scandizzo, apuntó que “es necesario pensar una transición ecológica desde América Latina porque lo que se está planteando actualmente es una transición para resolver los problemas del norte global”. Scandizzo dijo que “solo se discute en términos de emisión de carbono y se deja de lado las múltiples aristas de la crisis civilizatoria que atravesamos, sin contemplar las complejidades sociales, económicas, culturales y ambientales de nuestros territorios, que podrían profundizar la crisis”.

Pablo Bertinat, magister en Sistemas Ambientales Humanos e integrante del Taller Ecologista de Rosario, entiende que el mundo vive en una situación de múltiples crisis (climática, de materiales, energética, democrática) que están configurando un nivel de deterioro global no solo en lo que respecta a la naturaleza, sino también en las distintas relaciones como sociedad. “Pensamos en la necesidad de encarar procesos de transformación socio ecológicas que nos permitan construir otro tipo de modelo de sociedad y su relación con la naturaleza, que estén adaptadas a los límites planetarios en lo que respecta a las emisiones de carbono y a los límites materiales, y que ataque el principal problema que es la desigualdad”, concluyó.

Los paneles de expositores se completaron la presencia de Victoria Benedetto (Instituto de Tecnología Agropecuario de Oliveros), Melisa Argento  (doctora en Ciencias Sociales e investigadora del CONICET), María Florencia Marcos (doctora en Antropología y becaria posdoctoral del CONICET), Lisandro Arelovich (Licenciado en Antropología y docente de la Universidad Nacional de Rosario), Jorge Bartoli (referente de la ONG “El Paraná no se toca”), Sofía Naranjo (master en Ciencias Biológicas e integrante del Taller Ecologista) y Evangelina Tifni (doctora en Ciencias Sociales e investigadora del CONICET).

En este contexto de crisis climática, las experiencias orientadas a transformar los sistemas productivos y energéticos muestran un camino hacia una transición socio ecológica justa. En particular, la organización y las acciones que se realizan para la preservación de los humedales y las diversas formas participativas y locales que asume la agroecología y las energías alternativas en los territorios, ponen en evidencia que existen procesos en marcha que brindan pistas sobre la forma que podría asumir un rumbo socio ecológico. Si bien quedan por delante desafíos importantes, la trama comunitaria que se teje en torno a estos temas invita a todos a seguir construyendo redes de colaboración entre distintos sectores de la sociedad y a trabajar con compromiso.