El Decano de la Facultad de Derecho dialogó con Clarín
El Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Abierta Interamericana, el Dr. Marcos Córdoba, fue entrevistado por Clarín. Allí le preguntaron sobre la posibilidad de que se declare Estado de Sitio en Argentina, debido al coronavirus.
“No hay ninguna razón que permita declarar el estado de sitio. No hay agresión externa y no hay ninguna conmoción interior que atente contra la Constitución ni contra sus autoridades. El DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) es el instituto apropiado para un caso de emergencia sanitaria como este. Pero tenemos que evitar lo que pasó en Italia y España donde las medidas parecían consejos, sugerencias. Es necesario que el decreto o la ley sea una orden. Y que se esté dispuesto a detener y sancionar a quien incumple las medidas” comenzó explicando Córdoba.
Luego, el Decano destaca: “Legalmente tiene todo lo que se necesita en un caso así. Debe ser firmado por el presidente y por todo su gabinete, sin excepciones. En cuanto se hace el decreto, el jefe de gabinete tiene 10 días para mandarlo a la Comisión Bicameral del Congreso. Y esa Comisión Bicameral tiene a su vez 10 días para armar un dictamen que sea refrendado, o no, por las dos cámaras del Congreso. Ante este caso de una emergencia tan grave, está claro que tendrá todo el apoyo”.
Según la reforma de la Constitución de 1994, el Estado de Sitio:
- Debe ser declarado por el Congreso de la Nación, o contar con el acuerdo de las dos cámaras según el caso.
- Si no está sesionando el Congreso, el Poder Ejecutivo puede dictar un DNU poniendo el estado de sitio en vigencia, y al mismo tiempo llamar al Congreso a sesión para que convaliden la medida.
- El Presidente podrá arrestar a las personas o trasladarlas.
- El estado de sitio no puede ser declarado inconstitucional por el Poder Judicial.
- Solo es atributo del Poder Federal y del Congreso de la Nación.
Finalmente, Córdoba agregó: “He charlado recientemente con el premier Italiano (Giuseppe) Conte, y le puedo asegurar que lo que pasó en Italia no fue una insubordinación al poder político: la gente creyó que era una sugerencia y se fue a otro lado de paseo o por miedo. Y llevó el virus consigo. Y el poder político, ante esa reacción inesperada, no supo ejercer rápidamente su poder deteniendo a quien incumplía una medida sanitaria de esa gravedad. Hoy, los italianos están desolados por la muerte de sus seres queridos. Pero no en estado de rebeldía hacia la constitución o a la política. La muerte los encerró en sus casas. Nosotros estamos a tiempo de no repetir esa historia. Hay que cumplir con severidad el aislamiento social obligatorio”.