Encuesta UAI: Una radiografía del verano argentino
En una entrevista realizada en “Viva la Radio”, el programa que conduce Lucas Correa en Cadena 3 Rosario, la directora de la Facultad de Turismo y Hospitalidad de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), Dra. Analía Brarda, trazó un mapa minucioso del verano que viene. Lo hizo a partir de una encuesta elaborada por el Departamento de Opinión Pública de la UAI, que desde 2018 toma el pulso a las preferencias y expectativas vacacionales de los argentinos (escuchar nota completa cliqueando AQUÍ)
Este año participaron mil personas mayores de 16 años y el resultado, como sintetizó el propio conductor al presentar el tema, marca una tendencia inequívoca: “Esta encuesta realizada por la UAI indica que los argentinos, primero, que no muchos van a vacacionar o que cada vez menos son los que vacacionan y a su vez menos días en este verano”, dijo Correa planteando el eje de la conversación.

En términos de intención de viaje, el dato clave es la retracción. “De los encuestados, el 57% dice que no va a vacacionar este verano y de ellos, el 65% está diciendo que no lo va a hacer por motivos económicos”, detalló Brarda, una cifra que, comparada con el año pasado, evidencia un incremento del desaliento: la negativa a viajar aumentó 7 puntos frente a 2025 y 2,2 puntos respecto de 2024.
En perspectiva histórica, señaló que el punto más bajo se registró a finales de 2020, en plena pandemia, cuando el 69,6% aseguró que no viajaría; una marca que actúa como referencia del piso de aspiraciones. Cuando Correa le pidió trazar el “dibujo” de la serie, con el impacto de la pandemia en medio y los subsiguientes altibajos, la directora fue precisa: “Yo te diría que estamos casi en el mismo momento del 2020. El pico fue en 2023 y 2024, en cuanto a la cantidad de gente que salía”, indicó, subrayando que el repunte ya quedó atrás y que hoy vuelve a imponerse la cautela.
Pero la foto no se limita a la decisión de salir o no salir, también cambia el formato del descanso. La duración se acorta y se consolida la “escapada” como modalidad dominante. “De los que van a vacacionar, el 30% lo va a hacer pocos días, cuatro o cinco días, y un 27% lo va a ser 15 días. Ya no tenemos más esas vacaciones de un mes entero o más de un mes. La gente prefiere de alguna manera dividir las vacaciones a lo largo del año, aunque sean menos días, pero poder irse con más frecuencia”, sostuvo Brarda.

De acuerdo con la medición, la semana concentra el 30,1% de las preferencias, mientras que la quincena cosecha el 27,4%; una inversión respecto de los años previos: en 2025, el 27,3% dijo tomarse 15 días y el 18,8% una semana; y para 2024, la quincena representó el 31,7% y la semana el 17,3%. Es decir, además de que menos argentinos se irán, quienes sí lo hagan tenderán a viajes más breves, segmentados, con descansos repetidos en el calendario en lugar de una única estadía prolongada.
Un verano doméstico
El mapa de destinos también se reorganiza, con una marcada preferencia por el turismo interno. “Me parece que es interesante que cambió esto de la modalidad de vacaciones y también que hay una tendencia a vacacionar dentro del país. Dentro de los que van a salir de vacaciones, la mayoría lo va a hacer dentro del país y el segundo destino es Brasil, las playas de Brasil”, explicó la directora. La encuesta confirma que el 67,3% proyecta vacacionar en Argentina, y que la Costa Atlántica vuelve a ser el gran imán del verano, con el 60,3% de las preferencias, seguida por el Sur (12,3%), el Centro (9,9%) y el Noroeste (8,6%).
Ese sesgo doméstico se consolidó respecto de la medición anterior, con un aumento de 5,6% en la intención de viajes locales. Cuando Correa preguntó por las opciones dentro del país, Brarda enumeró la terna clásica de la temporada: “La costa primero, el sur y después el noroeste”, y puntualizó que esas métricas se sostienen tanto para enero como para febrero.

La logística revela otro desplazamiento que habla de bolsillo y de uso práctico: el auto reemplaza al avión. “Los transportes de los que vacacionan la mayoría lo hace en automóvil, lo que encarece es, digamos, la cuestión del aéreo”, señaló Brarda. La encuesta lo reafirma: el 45,1% eligió viajar en auto, mientras el transporte aéreo pierde terreno por su costo.
En paralelo, el alojamiento se mueve hacia opciones que permiten ajustar gastos cotidianos. “Muchos que van a departamento, ya no van tanto a hoteles, o sea que es un tipo de turismo bastante diferente de lo que había hace tiempo atrás”, dijo la directora, alineada con el dato de que el 33,1% se hospedará en casas o departamentos, contra el 23,2% que optará por hoteles u hostels. También, explicó que “muchas veces hay un subregistro de los alquileres temporarios, porque no se declaran las propiedades en alquiler en los grandes centros urbanos. Ese registro no se tiene con exactitud”.
Las promociones, que en otros contextos operan como palancas para la decisión, llegan poco. “En relación con eso las encuestas de los que viajaban solo el 17% dijo que logra aprovechar alguna promoción para planificar sus viajes, para el resto como que todavía no existe esto”, explicó Brarda, en línea con un comportamiento financiero conservador.
El 40,2% de quienes viajarán recurrirá a ahorros para poder hacerlo. Consultada por Correa sobre el eventual endeudamiento, si hay que “romper el chanchito” o tomar créditos para vacacionar, la directora describió una estrategia de priorización sin financiarse: “Hoy preferimos vacacionar antes que hacer algún otro tipo de gasto, así que o juntamos todo el año para salir de vacaciones o lo vamos prorrateado”.

El calendario muestra sus propias lógicas, atravesadas por la composición del grupo. “En enero tienden más a salir la familia, y febrero más las personas que están solas o con amigos”, respondió Brarda. Los números revelan que enero vuelve a ser el mes más elegido con el 37,9%, seguido por febrero con el 29,4%.
En cuanto al tipo de viajeros, predomina el grupo familiar: “En general es el grupo familiar nuclear, digamos. En esta encuesta el 53% de las personas van a salir en familia y solo lo van a hacer en pareja el 22%”, precisó. Para esos grupos, el auto es clave: “El grupo familiar utiliza el vehículo, el auto, entonces no pagas lo que es un micro o un aéreo que implica muchísimo costo”, agregó la directora.
Los jubilados, en cambio, aprovechan la baja temporada para abaratar y evitar aglomeraciones. “Prefieren para viajar en marzo – abril, que es un poco más bajo el costo del viaje y entonces utilizan esos meses para viajar porque no tienen problema de estacionalidad. Tienen esa preferencia y a lo mejor hacen viajes con menos días”, dijo Brarda, dibujando un perfil de viajes más breves y estratégicamente fuera del pico de precios.
Mapa del descanso
La conversación, que transitó por la intención de salir y por cómo, dónde y con quién se viaja, dejó un título que el propio conductor sintetizó: “Nos quedamos con que menos argentinos saldrán de vacaciones y lo harán menos días, y lo harán fundamentalmente dentro del país”. La directora coincidió, sumando matices que completan el cuadro: modalidades en transformación, viajes más cortos y repartidos a lo largo del año, alojamiento con cocina para contener gastos, transporte terrestre –en particular el auto– para evitar el costo del aéreo, y una relación con las promociones todavía limitada.
En paralelo, la serie histórica marca que, tras el repunte de 2023 y 2024, las aspiraciones volvieron a niveles cercanos a los de 2020, aunque ya sin las restricciones sanitarias de entonces, lo que sugiere que el ajuste actual responde a la reorganización de prioridades y a la necesidad de optimizar recursos que a la imposibilidad material de viajar.

Hay, además, un cambio cultural en el modo de pensar el descanso. Cuando Brarda indica que “ya no tenemos más esas vacaciones de un mes entero o más de un mes”, no solo describe una duración; está señalando un nuevo régimen de consumo del tiempo libre, que distribuye pequeñas dosis de descanso a lo largo del año en lugar de concentrarlas en un bloque.
El verano 2026 será más breve, más doméstico y pragmático. La encuesta de la UAI, con su continuidad desde 2018, ofrece además un valor agregado: permite leer que no se trata de un sobresalto coyuntural, sino de una tendencia que, con matices y variaciones, va encontrando su forma. Como concluyó Brarda, “cambió la modalidad de las vacaciones”; y el verano que se aproxima, con sus números y sus voces, lo confirma.


